Acompañada en todo momento del entrenador de toda su vida, Pedro Mir, Cintia Rodríguez (Inca, 1994) ha anunciado este martes su adiós a la gimnasia, que no será delante de un micrófono, sino compitiendo, el próximo sábado en el Palau de Son Moix con motivo de la Liga Iberdrola. Con un permanente brillo en los ojos al encontrarse en el día “en que pensé que nunca llegaría”, la mejor gimnasta mallorquina después de la inigualable Elena Gómez, ha confesado que lleva “meses pensando en la retirada. Es la mejor decisión. No hay un motivo. Desde los ocho años, en que empecé a competir, he cumplido los objetivos con Pedro Mir a mi lado, campeonatos de España, la selección y participar en un Mundial”. La única espina clavada es “no haber podido ir a unos Juegos Olímpicos. Sin duda esto es lo peor”, ha señalado.

“Dije que después de Tokio me retiraba. He prolongado mi carrera dos años más y por eso estoy supercontenta”, comenta Cintia, que este miércoles cumple 28 años. “No es la lesión la que dice basta, soy yo. La rodilla y la cabeza no están como me gustaría”, ha dicho.

Cintia es toda una autoridad cuando habla de lesiones. Y es que ha pasado hasta nueve veces por el quirófano en los últimos doce años, cinco veces la rodilla derecha y cuatro la izquierda. La última, el mes de junio del año pasado, cuando, haciendo ejercicios en el sofá de su casa, se dañó el ligamento cruzado anterior y el menisco interno de la rodilla izquierda. Un mazazo porque se quedó sin poder participar en los Juegos de Tokio, a los que la selección española se clasificó tras una actuación clave de Cintia, al ser la única española que se clasificó para la final del concurso general del Mundial de Stuttgart, en 2019. “Fue un golpe muy duro”, confiesa la gimnasta de Inca. “La recuperación iba muy bien, pero mentalmente es muy difícil, se agotan las fuerzas de seguir luchando. Pedro insistió y tuve un buen nivel en el campeonato de España”.

"Fue un golpe muy duro", describe su última lesión antes de los Juegos de Tokio, que le obligó a pasar por el quirófano por novena vez

Cintia, que estudia el último curso de Criminología, ha dicho estar eternamente agradecida a la gimnasia “por todo lo que me ha dado”. Habitual de las redes sociales, además de por sus logros deportivos destaca por su carisma: “Estoy muy agradecida de la admiración que recibo. Intento demostrar en las redes lo que significa para mí la gimnasia”.

Pese a dejar el deporte activo, asegura que de alguna manera seguirá vinculada a la gimnasia. “De hecho, soy miembro de la junta directiva del Xelska. Siempre estaré enganchada al club de mi vida, y si puedo seguir ligada como entrenadora, o como jueza, ya se verá”.

La gimnasta de Inca, que en su antebrazo izquierdo luce un tatuaje en el que se puede leer “resiliencia”, que explica mejor que nada su forma de ser y de afrontar la vida, ha explicado cómo ha sido el proceso de tener que abandonar el deporte. “Hoy está siendo uno de los días más difíciles, ha sido un constante sube y baja de emociones, hoy bien, mañana triste, pero he tenido la suerte de que mi pareja y mis entrenadores me han apoyado y tengo la vida encaminada”.

Ilusionada por su última competición el próximo sábado en Son Moix -“es muy especial, espero que venga mucha gente”-, envió un mensaje para todos aquellos que se quieran dedicar al deporte de su vida: “Todo lo que se le da a la gimnasia, esta te lo devolverá. Hay que ponerle mucha pasión”, ha comentado, para acordarse de su entrenador, Pedro Mir, a su lado también el último día: “Pedro y mis compañeros son una parte muy importante de mi vida, dentro y fuera del gimnasio”.

Pedro Mir

Su entrenador y amigo Pedro Mir ha puesto en valor lo que ha significado Cintia Rodríguez en el mundo de la gimnasia española: “Será irrepetible, ha marcado un estilo, una línea, en los entrenamientos habrá un vacío, pero le he dado lo que se merecía. Se va como la mejor gimnasta en el último Mundial clasificatorio y es una gran alegría. Son veinte años a su lado, mucho tiempo”, explicó como último comentario de una despedida muy emotiva.

Y Cintia explotó en lágrimas cuando se ha levantado y ha abrazado a su pareja. El sábado, en el Palau de Son Moix, protagonizará su última función.