Nueva polémica en Francia con el París Saint-Germain. Y esta vez no se debe al ego sobredimensionado de sus galácticos, sino a sus privilegios. Los desplazamientos en jet privado de los futbolistas del conjunto parisino en ciudades relativamente cercanas a París han suscitado una acalorada controversia en el país vecino. Empezó a raíz de la visita el sábado al campo del Nantes, situada a unos 380 kilómetros al oeste de la capital, una distancia que puede recorrerse en apenas dos horas en un tren de alta velocidad. El Parlamento francés aprobó el año pasado una ley que prohíbe los vuelos nacionales siempre que exista una alternativa ferroviaria de menos de dos horas y media, pero esta no se aplica en el caso de los aviones privados.

Como no podía ser de otra forma, la polémica surgió en la Tierra Santa de la indignación: las redes sociales. Las típicas imágenes de Neymar, Marquinhos o Verratti bromeando en el avión, aparentemente banales, suscitaron una oleada de críticas de internautas reprochándoles la absurdidad climática y energética de ese desplazamiento. No solo lo hicieron en avión en lugar del tren —mucho menos contaminante—, sino que el autobús del club viajó vacío desde París para recogerlos en el aeropuerto en Nantes. 

“Vamos a viajar con un vehículo con vela”

Alan Krakovitch, uno de los directivos de la empresa ferroviaria SNCF, hizo un tuit el domingo en que recomendó al PSG utilizar el tren de alta velocidad: “Renuevo mi propuesta de una oferta de un TGV específico y adaptado a vuestras necesidades y a nuestros intereses comunes: seguridad, rapidez, servicios y movilidad sostenible”. Probablemente, todo hubiera quedado en una polémica más de la red del pajarito, si no hubiera sido por las declaraciones el lunes por la tarde del entrenador Christophe Galtier, en que echó más leña el fuego.

“Esta mañana, he hablado con la empresa que organiza los viajes. Vamos a valorar la posibilidad de si podemos desplazarnos con un vehículo con vela. Solo necesitaríamos nueve horas, con un viento bien orientado”, respondió con sarcasmo el técnico del PSG, tras ser preguntado sobre este asunto, en la rueda de prensa previa al debut en la Liga de Campeones, contra la Juventus. Mientras hacía estas declaraciones, Kylian Mbappé, sentado a su lado, reía a carcajadas por el comentario jocoso de su entrenador.

Estas imágenes no gustaron a la opinión pública gala ni a sus dirigentes. “Su reacción (de Galtier y Mbappé) no está a la altura de un asunto como el cambio climático”, criticó este martes la ministra de la Transición Energética, Agnès Pannier-Runacher. “Invito sinceramente al PSG a que se tome muy en serio esta cuestión, porque los franceses no entenderían que se crean por encima del resto respecto al cambio climático y que no asuman su parte en un esfuerzo colectivo”, añadió. “Es importante que se den cuenta del mundo en que vivimos”, aseguró, por su lado, la primera ministra Elisabeth Borne. Incluso la ministra de Deportes, Amélie Oudéa-Castera, conversó telefónicamente con dirigentes del PSG sobre ello.

Debate en Francia sobre la prohibición de los aviones privados

Aunque los desplazamientos de las estrellas del fútbol no es una cuestión que se deba tomar a la ligera ni tratar con demagogia, puesto que no solo está en juego su comodidad sino también su seguridad, también resulta comprensible el malestar provocado por sus privilegios y la sensación de que viven encerrados en su torre de marfil, ajenos a los problemas actuales. Otros equipos ya habían generado polémicas de este tipo, como el Real Madrid volando menos de 20 minutos para ir a Valladolid o un vuelo de 10 minutos del Manchester United para jugar contra el Leicester. El mismo Lionel Messi recibió críticas este verano por sus 52 viajes en avión privado entre junio y agosto

En el caso de Francia, esta controversia se produce tras un acalorado debate público durante el verano sobre los jets privados. La coalición unitaria de la izquierda (NUPES) anunció en agosto que presentará un proyecto de ley para prohibir los vuelos en aviones privados. Primero, el Gobierno de Emmanuel Macron dijo que pretendía regular este sector, pero luego tachó esta cuestión de "demagógica". Una posición que no apaciguó las críticas sobre un medio de transporte que simboliza el impacto sobre el cambio climático de los más ricos, que suelen emitir mucho más CO2 que las clases medias y trabajadoras. Y entre estas élites con estilos de vida antagónicos a la urgencia climática también hay las estrellas del fútbol.