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Piragüismo

Joan Toni Moreno: "Los Juegos son una oportunidad que no puedo perder"

El palista mallorquín del CN Port de Pollença, que acaba de lograr el oro en el Mundial, asegura que su deporte «es muy duro psicológicamente»

Joan Toni Moreno posa con su reciente oro conseguido en el Mundial de Canadá. Jordi Sánchez

Joan Toni Moreno (Pollença, 2000) se ha unido a la élite del piragüismo español, comandada por Sete Benavides y Marcus Cooper Walz, tras conquistar el Campeonato de Europa en 2021 y el Campeonato del Mundo hace unos días en Canadá. Pese a que de pequeño fue gimnasta, «la sensación de la piragua sobre el agua» conquistó a un joven que a día de hoy ya sueña con llegar a los Juegos Olímpicos de París 2024.

Cómo se gestó la preparación del Mundial?

La experiencia comienza con el hecho de que nos vamos a competir a Canadá, otro país, otro continente, y eso da un extra de emoción al irte tan lejos. Nosotros tratamos de aclimatarnos al tiempo durante los entrenamientos que hacíamos aquí, nos intentábamos ir a dormir tarde y levantarnos pronto. Cuando llegamos ahí ya estábamos preparados.

Se enfrentaron a grandes rivales. 

Estaba Ucrania, campeón del mundo el año pasado, aunque finalmente Polonia fue la embarcación más fuerte. Trajeron un gran equipo, no ganamos el oro porque no hubiese rivales de nivel. Hay que tener en cuenta que al ser Canadá un país lejano, muchos equipos no pueden permitirse el coste de viajar.

Pese a los grandes éxitos obtenidos por España últimamente, el piragüismo no tiene excesiva repercusión. 

Al final es un deporte minoritario. Creo que tiene mucho que ver con la cantidad de gente que lo practica, por la cantidad de dinero que se da. Una federación tiene dinero gracias a la ayuda de los gobiernos, a los patrocinadores, y deportes como el fútbol o el tenis tienen muchos más practicantes y por ende mucha más ayuda económica. Para poder hacer dinero debes como mínimo ir a unas Olimpiadas, y así generar algo de ingresos.

Cómo compagina sus estudios y la práctica a un alto nivel?

Es muy difícil. Estoy estudiando fisioterapia en la UIB, y en mi caso los horarios es lo más complicado. Estudio en Palma y pierdo una hora de ida y otra de vuelta por la mañana para después tener que entrenar por la tarde. Además debes dedicarle tiempo al estudio, por lo que debes restar esas horas de tu descanso o de tu vida personal. A este deporte debes dedicarle muchas horas, es muy duro psicológicamente. Yo intento hablar con los profesores para que me ayuden a adaptar mis horarios, pero como no eres un Rafa Nadal o una superestrella no hay nada que hacer. Además, existe un escalón entre gente como yo que gana un Mundial o un Europeo y la gente que va a los Juegos. Y es una realidad. 

Esto debe repercutir en su salud mental.

No tienes tiempo de relajarte. Si has tenido un mal día, da igual porque tienes que entrenar. No tienes ese tiempo para irte a tomar cuatro cervezas con tus amigos, porque sino al día siguiente lo pagas. Es muy duro, tienes que saber llevarlo y hay gente que no puede. Es algo a lo que se le está empezando a dar más importancia y está muy bien que la gente se dé cuenta de que existe un factor mental muy importante aparte del físico.

Todavía es joven, viene de ganar varias competiciones importantes, ¿cómo se plantea el futuro?

Aún no tengo la vida formada, no tengo unas obligaciones excesivas, y eso me da esa libertad de poder estar yendo y viniendo sin tener una ubicación fija y tampoco me genera mucho estrés.

París 2024. ¿Lo tiene en mente?

Este fin de semana tenemos los clasificatorios para el Europeo del año que viene, en el que se juega la clasificación para los Juegos Olímpicos. Realmente está difícil. La clasificación de España está casi asegurada, pero la mía es más complicada. Yo daré todo lo que tengo, se me presenta una oportunidad de oro. Aunque alomejor no salgan bien las cosas y no llegue a París, Los Ángeles son en seis años. Si no llego a los Juegos será un palo, pero sé que tengo cualidades como para alargar la temporada y haré todo lo que pueda para ir.

Ha tenido la suerte de haber entrenado con medallistas olímpicos como Sete Benavides o Marcus Cooper Walz. 

Han sido mi referencia desde pequeño y realmente todo mi éxito proviene de haberlos tenido a ellos como espejo. Gracias a eso he sabido que si cada vez me acercaba más a ellos, algún día podría llegar a algún lado. De hecho, en júnior tenía muy buenos resultados y cuando di el salto a senior en 2019 no pasaba de media tabla a nivel nacional. Pasé de ganar a no acercarme a los puestos de arriba y fue un año muy difícil, no sabía si seguir. Llegó el COVID, no hubo competiciones y decidí que si no conseguía algo lo dejaría. Al año siguiente vino el Europeo y este el Mundial.

Cómo se inició en el mundo del piragüismo?

Yo de pequeño hacía gimnasia artística. No era malo, pero cuando te vas haciendo más mayor se van complicando los ejercicios que haces y empecé a cogerle miedo a algunos ejercicios hasta que dejé de disfrutar yendo a entrenar, era como un castigo. Finalmente decidí dejarlo y cambiarme de deporte. Como vivía en el Port de Pollença, estaba el Club Náutico y me interesé por la vela y la piragua. Venía de entrenar tres horas todos los días y quería un deporte que me ofreciese esa ocupación horaria que yo necesitaba. Me dijeron que en piragua sí que entrenaban todas las tardes y fui a probar, y cuando me senté en la piragua y sentí la sensación de la piragua sobre el agua, cómo patinaba, cómo navegaba... Eso me llamó mucho la atención y a partir de ahí me cogió Kiko, mi entrenador, y me dijo que haría canoa. Empecé en febrero, nadé mucho en febrero, y creo que ese también fue uno de los motivos por los cuales pude aprender rápidamente. Ese año ya me llevaron al Campeonato de España, aunque no hice nada, pero ya fue un indicio de que se me daba bien, ya que tenía 14 años y eso es un poco tarde para iniciarse.

Al entrenar a un alto nivel y dedicarle tantas horas, no conseguir medallas debe afectar mucho.

Yo no saco grandes notas en la universidad, a veces me quedan asignaturas, pero es porque no soy capaz de dedicarle todo mi esfuerzo a entrenar y a estudiar a la vez. Debo descartar, y como mi sueño es llegar a los Juegos Olímpicos y optar por una medalla, priorizo el deporte. Al final con 30 años puedo seguir estudiando, pero si con esa edad me lesiono quizás el sueño de los Juegos se desvanece. Quién sabe, ahora tengo 22 años y soy muy joven, pongas lo que me pongas delante lo aguanto, pero cada vez que me vaya haciendo más mayor aumentan los riesgos de lesiones. Al final unos Juegos ocurren cada cuatro años y es una oportunidad que no puedo perder y que quiero aprovechar.

Entrenar en Mallorca debe ser un privilegio. 

Tenemos una climatología que en invierno nos permite entrenar mucho y en verano, si el calor respeta, también. Aquí en Alcúdia el Lago Esperanza tiene unas cualidades muy particulares, su agua salada da mucha flotabilidad y eso es algo inusual en las pistas de piragüismo, además de tener poca profundidad y un agua muy dura. Entrenar aquí es muy duro, y el hecho de que sus condiciones suelan cambiar bastante es muy beneficioso porque te prepara para todo. Cuando sales fuera a competir no sabes qué te vas a encontrar, y psicológicamente te prepara mucho para unas nuevas condiciones. Considero que, de todas las pistas en las que he estado, es de las mejores, incluso del mundo. 

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