La situación del Club Voley Palma es más crítica que nunca. A día de hoy, casi dos semanas después de que Feníe Energía comunicara que no renovaría su acuerdo de patrocinio, la entidad de Ciutat sigue sin tener garantizada su viabilidad económica para afrontar otra temporada en la Superliga. Desde la directiva presidida por Carlos García no esconden que ya han agotado varias opciones con empresas mallorquinas, pero reconocen que apurarán todas las vías hasta mediados de este mes.

Hay que recordar que la competición no arranca hasta el 1 de octubre, pero la pretemporada está planificada a partir de septiembre. En ese plazo de dos semanas, García y el entrenador Abel Bernal deberían recomponer la plantilla en caso de no haber podido cubrir los cien mil euros que requería el presupuesto estimado para el curso 2022-23. Con todos los fichajes apalabrados, que debían suplir las cinco bajas del siete titular, el Voley Palma ha visto como alguno de ellos ha escuchado otras ofertas ante la incertidumbre de que el proyecto del equipo que juega en el Palau d’Esports de Son Moix sea viable.

García está a la espera, durante la próxima semana, de un par de respuestas a su propuesta para patrocinar el nombre del equipo en la máxima categoría del voleibol nacional. El mandatario no descarta intensificar su búsqueda llamando a más puertas para sacar adelante una situación que parece un ‘déjà vu’ de la pesadilla vivida la pasada temporada. Si bien es cierto que esta vez el equipo ya se había inscrito en la Superliga antes de conocer la marcha de la compañía energética, el estrecho margen de tiempo apremia para encontrar una solución solvente para un proyecto al límite de la supervivencia, pero que logró sobreponerse a las dificultades alcanzando las semifinales en la Copa del Rey y el play-off por el título de la Superliga.

Hay ‘Plan B’

La prioridad en el Club Voley Palma es la de salir a competir en la máxima categoría del voleibol español. Es por ello que García y su equipo trabajan en un segundo escenario, en caso de no hallar suficiente financiación para suplir las salidas de jugadores importantes en las posiciones de opuesto, colocador, líbero, central y receptor.

Este ‘Plan B’ pasaría, dependiendo del montante presupuestario disponible, por mantener el máximo número de fichajes posible y contar con aquellos jugadores de la casa que completaban la plantilla y entraban en la rotación de Bernal, además de haber rendido en el equipo de categoría juvenil a nivel insular y nacional.