Mo Farah era el símbolo del atletismo británico hasta que la semana pasada anunció su retirada. Pero este no ha sido el anuncio más impactante que tenía previsto dar el campeón olímpico, mundial y europeo de 5.000 y 10.000 metros. El abanderado del Reino Unido en los últimos Juegos ha revelado en el documental 'The Real Mo Farah' de la BBC que en verdad no se llama Mo Farah sino Hussein Abdi Kahin. Nació en Somalia y fue víctima de tráfico de personas y de la esclavitud. Con nueve años fue obligado a ejercer como empleado doméstico en Inglaterra.

"La verdad es que no soy quien tú crees que soy", sentencia antes de contar su impactante infancia. "La verdadera historia es que nací en Somalilandia, al norte de Somalia, como Hussein Abdi Kahin. Pese a lo dicho en el pasado, mis padres nunca vivieron en el Reino Unido. Cuando tenía 4 años, mi padre murió en la guerra civil y mi familia quedó dividida. Me separaron de mi madre y me trajeron ilegalmente al Reino Unido con nueve años con el nombre de otro niño llamado Mohamed Farah. A menudo pienso en el otro Mohamed Farah, el niño al que quité la plaza en aquel avión. Espero realmente que esté bien".

En Inglaterra creía que viviría con unos parientes, pero no fue así, porque la mujer que le había acompañado rompió la información del contacto de sus familiares delante de él: "Tenía los contactos de mis parientes, pero una vez llegamos a su casa en Hounslow (oeste de Londres), la señora me los quitó, los rompió delante de mí y los tiró a la basura. Entonces me di cuenta que estaba en problemas".

Su captora le dijo que a sus nueve años tendría que hacer las tareas del hogar y cuidar de los niños "si quería tener comida en la boca". "Si alguna vez quieres volver a ver a tu familia, no digas nada (...). Yo a menudo me encerraba en el baño y lloraba", confiesa.

El deporte, la salvación

Hasta los 12 años no le escolarizaron y allí el deporte le cambió su vida. "Lo que realmente me salvó, lo que me hizo diferente, fue que podía correr". "El único idioma que parecía entender era el de la educación física y el deporte", recuerda en el documental su profesor de educación física de Farah, Alan Watkinson. Este maestro se ganó su confianza hasta el punto que Mo le reveló lo ocurrido y Watkinson habló con servicios sociales para que y ayudó a Farah a ser acogido por una familia somalí.

Ahora que ha colgado las botas ha decidido colgar también aquel nombre impuesto y hacer público su secreto. "Me lo guardé durante mucho tiempo, pero es difícil cuando estoy cara a cara con mis hijos y a menudo me preguntan 'papá, ¿cómo fue eso?'. Tienes siempre respuestas para todo, pero no la tienes para eso... Esa es la principal razón por la que estoy explicando mi historia. Quiero sentirme alguien normal y no como alguien que esconde algo".