«No sé si alguien se ha roto una costilla aquí, pero es un dolor complicado», aseveró Rafel Nadal en rueda de prensa al recordar la final de Indian Wells contra Taylor Fritz. El mallorquín llegó a aquel encuentro tras 20 triunfos consecutivos y perdió en un partido marcado por una lesión de costilla que le frenó a la hora de sacar. Esta tarde, entre las 16 y las 16.30 (Vamos de Movistar) horas, ambos jugadores se verán las caras en la pista central de Wimbledon por una plaza en las semifinales.

Nadal se lesionó en semifinales. Sufrió, en palabras de su médico, el doctor Ángel Ruiz Cotorro, una fisura de estrés del tercer arco costal izquierdo que le dejó fuera de juego durante seis semanas. Jugó aquella final visiblemente tocado y aun así obligó al estadounidense a dar su mejor nivel y a batirle en dos apretados sets (6-3 y 7-6). «Claro que se puede tener en cuenta ese partido, porque perdí«, dijo Nadal, sin excusarse en el problema físico que terminó con el mejor inicio de temporada de su vida, ese que le llevó a ganar Melbourne, el Abierto de Australia y Acapulco y le dejó a las puertas de su cuarto Indian Wells.

El Fritz que se encontró aquel día era un jugador mucho más hecho que al que derrotó en su primer enfrentamiento en la final de Acapulco 2020, uno de los últimos torneos que se disputó antes de la pandemia. Fritz, que rompió una maldición de 21 años sin un campeón estadounidense en Indian Wells (desde Andre Agassi en 2001), tuvo una irrupción muy temprana en el circuito y ganó su primer partido con 17 años en Nottingham 2015. Ese es el Fritz que se encontrará hoy Nadal.