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Árbitro de Segunda División
Entrevista

Mateo Busquets: «Me quedé en ‘shock’ con el ascenso a Segunda, no me lo esperaba»

El mallorquín Mateo Busquets se define como un árbitro «con el que se puede dialogar» -«Si te llega a afectar una falta de respeto o un fallo igual no vales para esto», apunta

Mateo Busquets posa en la redacción de este diario. B.RAMON

Trece años desde que comenzó el arbitraje han llevado a Mateu Busquets Ferrer (1993, Palma) a conseguir formar parte del fútbol profesional. Tras varias temporadas en Segunda B y Primera RFEF, el próximo curso el colegiado mallorquín dirigirá encuentros en Segunda División. Junto a él asciende como asistente el también mallorquín Víctor Jiménez Yustos. 

¿Se esperaba el ascenso?

Decir que sí es ser un poco pretencioso. Hay 60 árbitros en la categoría y solo suben 3, así que es complicado. Llevaba 2-3 años a muy buen nivel y lo notas más cerca, pero nunca te acabas de hacer a la idea de que se haga realidad. 

¿Qué sintió cuando le dijeron que era nuevo árbitro de Segunda División?

Me quedé en ‘shock’, no me lo esperaba. Me derrumbé un poco porque son muchos años de sacrificio y privarte de muchas cosas. Somos jóvenes y eso conlleva responsabilidad. Llamé a mi familia y fue una emoción inmensa.

¿En qué se basan para ascender a un árbitro?

Durante todo el año tenemos una pruebas físicas y teóricas. En cada partido hay un informador del comité y nos evalúa. A partir de ahí, junto a las opiniones que tienen de nosotros, hacen las listas.

¿Siempre tuvo claro que quería dedicarse al arbitraje?

Empecé con quince años. Jugaba a fútbol y a raíz de un mal partido mi padre me lo comentó medio en broma. Al lunes siguiente fui a mirarlo y justo empezaba un curso. Me apunté con mi tío y lo fui compaginando mientras seguía jugando a fútbol. Cuando acabé la etapa de juvenil me centré totalmente en el arbitraje y hasta hoy. 

«Las manos son el caballo de batalla del arbitraje, alguien nunca estará de acuerdo con nuestra decisión»

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Pasa al fútbol profesional. Eso son palabras mayores. 

En Segunda firmamos un contrato profesional. Nos exigen exclusividad absoluta con el arbitraje. No puedo dedicarme a ninguna otra cosa. Mi vida ha dado un cambio tremendo de la noche a la mañana.

¿Hay algún estadio que le haga especial ilusión visitar?

Como me dieron la noticia hace tan poco todavía sigo que no me lo creo y no he pensado mucho en eso. En Primera RFEF he ido a estadios muy bonitos, pero sé que ahora todos los campos van a ser de ese estilo. 

¿Estudia a los equipos que le toca arbitrar?

La gente solo cree que trabajamos los noventa minutos del partido. Cada día entrenamos y nos preparamos mucho psicológicamente. Estudiamos a los equipos para saber más o menos qué nos vamos a encontrar. 

¿Cómo se define cómo árbitro?

He cambiado bastante. Al principio era muy autoritario y no me gustaba demasiado hablar. Con el tiempo uno tiene sus herramientas y las usa a su favor. Ahora me considero bastante dialogante. 

¿Es tarjetero?

Al final cada partido es un mundo. Habrá alguno en el que tengamos que ser más rigurosos disciplinariamente y en otros lo manejamos de otra forma. Intentamos sacar las menos tarjetas posibles, pero a veces es complicado. 

¿Admira a algún árbitro?

Desde que era muy joven tengo una gran amistad con Guillermo Cuadra Fernández. Para mí siempre ha sido un referente. Me encanta el fútbol y me apasiona el arbitraje. Tengo muchos referentes en Primera y me sirven mucho para mi trabajo.

En el fútbol la figura del árbitro parece menos respetada que en otros deportes. ¿Cómo le afecta eso?

Creo que es parte del trabajo. Lo veo como algo normal y nunca me ha afectado demasiado el insulto o la falta de respeto. Si te llega a afectar igual no vales para esto. Lo tengo bastante normalizado y no tendría que ser así, sobre todo en categorías de formación. Eso no quita que lo vea como algo muy difícil de cambiar.

La violencia ha sacudido los campos de fútbol en Balears en los últimos meses. ¿Alguna vez le ha ocurrido algo?

Faltas de respeto te diría que casi en cada partido, pero a nivel físico nunca he tenido ningún episodio violento. Todos deberíamos hacer un ejercicio de conciencia. 

«Mi vida ha dado un cambio tremendo de la noche a la mañana con el ascenso a Segunda»

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¿Cómo lo llevan sus padres? No es fácil estar en la grada y escuchar insultos hacia un hijo. 

Mi padre es un hombre de fútbol y lo ve como algo normal. Mi madre se ha acabado acostumbrando. Me acuerdo una vez que estaba haciendo de asistente y le dije que no volviese a venir, porque no me dejaba estar pendiente del partido ya que se estaba medio enzarzando con uno de la grada. 

¿Hay algún partido que recuerde con cariño?

Todos los partidos de playoff de ascenso a Segunda A son muy bonitos. Los he hecho cuatro años y son especiales por la carga emocional que tienen. Es un reconocimiento hacia tu temporada. 

El VAR llegó para acabar con la polémica, pero parece que no lo consigue.

Hay que entender que es una herramienta muy novedosa y nueva. Necesita un periodo para corregir ciertos aspectos y llevará tiempo. Hay que entender que el VAR lo llevan personas y que la polémica es inherente al fútbol. Esa charla de bar los lunes por la mañana no va a desaparecer. Se han reducido mucho los errores, es una herramienta justa. 

¿Qué se podría mejorar?

No sabría qué decirte, para mí se aplica bien.

¿Por qué son tan distintos los criterios con las manos?

Las manos es el caballo de batalla del arbitraje. Son situaciones totalmente subjetivas. Nosotros tenemos un criterio, pero al final tiene que decidir el árbitro. Evidentemente esa decisión a alguien no le va a parecer bien. Se está intentando unificar los criterios para ser previsibles. Que la gente vea una jugada y digan: ahora va a hacer esto. Pero es complicado. 

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