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Juegos Olímpicos de Invierno

Juegos de Invierno 2030: las 5 claves de la fallida candidatura de Cataluña y Aragón

Franco, Blanco y Vilagrà, en la sede del COE de Madrid. COE

Alejandro Blanco oficiará el funeral de la candidatura conjunta de Cataluña y Aragón. Un proyecto que nació torcido y que olía a muerto desde que Javier Lambán se desmarcó el 1 de abril del acuerdo técnico pactado. Dos meses y medio después el fuego olímpico incinerará una propuesta marcada desde el inicio por los incendios.

Matrimonio de conveniencia

Cataluña planteó en 2010 por primera vez la idea de optar a los Juegos Olímpicos de Invierno. En los estudios que había hecho la Generalitat desde 2018 se apuntaba que Catalunya podría acoger la mayoría de las pruebas, a excepción del esquí de fondo y el patinaje de velocidad, además de las pruebas de skeleton, bobsleigh o saltos (que se proponía hacer en Sarajevo). En 2019 el COE planteó a la Generalitat que, para evitar dispendios innecesarios, se pudiera sumar Aragón para suplir las carencias del proyecto olímpico. Ese fue el inicio de un matrimonio de conveniencia que ha terminado en divorcio sonado.

Bronca desde el pitido inicial

La tensión política se ha vivido desde que Pere Aragonès dio, el 15 de julio de 2021, el pistoletazo inicial de la carrera olímpica. No habían pasado ni 48 horas de la carta en la que el president pedía al COE formalmente organizar los Juegos cuando ya ha hubo el primer incendio. Y sonado. El presidente de Aragón, Javier Lambán, anunció la ruptura por parte de su gobierno de su compromiso con la candidatura conjunta con Catalunya, denunciando que su confianza en la Generalitat era "inexistente" tras la "deslealtad" de su homólogo. Una dinámica que se ha mantenido durante los últimos 11 meses.

Lambán rompe el acuerdo

Pese a los aspavientos de Lambán, los técnicos de Cataluña y Aragón trabajaron con el COE y el CSD en un acuerdo técnico sobre la candidatura, dejando para más adelante cuestiones más espinosas como el nombre del proyecto o dónde se hacían las ceremonia de apertura y clausura. El COE y los gobiernos catalán y español validaron el 1 de abril "la propuesta presentada, debatida y acordada" ante la silla vacía que había dejado Aragón, que se desmarcó a última hora del pacto. Lambán calificó de "desafío" la reunión y afirmó que su gobierno "no podía aceptar por dignidad" un reparto que daba 54 pruebas a Aragón y 42 a Cataluña. Y ahí se empezó a apagar la llama olímpica.

Los órdagos de Blanco

En los dos últimos meses Blanco ha intentado limar diferencias políticas y persuadir a Lambán para que regresara al barco olímpico. Primero con una contrapropuesta que tampoco convenció al presidente aragonés. Luego con dos órdagos: primero fijó el 20 de mayo como fecha límite para un acuerdo, pero Aragón no se movió; y después al anunciar que, en caso de no haber acuerdo para una candidatura conjunta, una asamblea extraordinaria del COE votaría entre las propuestas de Cataluña y Aragón. Esta vez sí que hubo reacción aragonesa pero no en la línea esperada, ya que desde el gobierno aragonés pusieron el grito en el cielo y le llamaron "comisario político" a las órdenes de Cataluña. Dos semanas después de la última e infructuosa reunión, Blanco sepultará este martes definitivamente el proyecto.

La Moncloa, de perfil

El gobierno español incluyó los Juegos compartidos con Aragón en su agenda del reencuentro. Pero ha delegado en el COE la candidatura y ha evitado implicarse en el conflicto, pese a que Lambán instó a Pedro Sánchez a tomar las riendas. El gobierno ha evitado tanto desautorizar a Blanco como enfrentarse a Lambán. No quería un pulso con el barón socialista, que amenazaba con un "conflicto territorial grave" si había candidatura catalana en solitario, y menos en plena campaña andaluza. Desde la Generalitat han afeado que el ministro Miquel Iceta se haya puesto de perfil y han señalado que "el PSC es también responsable" del fracaso olímpico.

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