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Champions femenina

De Dream Team a Dream Team: de Wembley-92 a Turín-22

Los primeros campeones de Europa del Barça analizan el impacto del equipo femenino azulgrana, que busca su segunda corona en Turín

Hristo Stoichkov y Alexia Putellas. Reuters

Un equipo de leyenda es el Barça de 1992 y un equipo de leyenda es el Barça de 2021 en la versión femenina. Habrá otros equipos más o menos mejores, más o menos triunfales, más o menos atractivos en la historia azulgrana, pero aquel y este tienen una característica común que los convierte en únicos: han sido los primeros. Los primeros en ser campeones de la Copa de Europa de fútbol.

El del 92 repitió final dos años más tarde, pero sucumbió ante el Milan (4-0). El del 21 había caído dos años antes con semejante estrépito (4-1) ante el Olympique Lyon, el rival de hoy. El Barça interrumpió el reinado del cuadro francés, siete veces campeón, cinco de forma consecutiva. La final brinda a las azulgranas la impagable oportunidad de sacarse la espinaza que tienen clavada desde Budapest en 2019. Nueve de las once titulares azulgranas siguen en el equipo.

Integrantes del vestuario de 1992, con la familia Cruyff, Joan Laporta y Xavi Hernández, en el acto organizado por 'Amics de Johan' el pasado lunes. Jordi Cotrina

Nuevas referentes

Los héroes de Wembley reviven la hazaña de la que se cumplieron justamente 30 años ayer, cuando batieron a la Sampdoria y se instalaron en el Olimpo culé, y reconocen en ellas, a las componentes de este Barça, la condición de referentes que aún conservan ellos. No solo por el triunfo histórico, acompañado por cuatro Ligas consecutivas además, sino por el estilo que les distinguió sobre el césped.

Aquella idea de fútbol, aquella filosofía impuesta (inculcada suena mejor) por Johan Cruyff, modelada con el tiempo, la modernización, la sapiencia y la tecnología, es la misma con la que la plantilla de Jonatan Giráldez se está inscribiendo en la historia del fútbol femenino español y europeo.

Ellos permanecen en la memoria y vaticinan que ellas también permanecerán.

"Ahora las jugadoras están disfrutando de una época maravillosa y el club puede sentirse muy orgulloso de la categoría que ha adquirido el equipo"

Guillermo Amor - Centrocampista del Barça (1988-98)

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El Barça es la locomotora

"Cualquier deporte necesita un referente que lo haga crecer: un ciclista en el Tour, Ballesteros en el golf, las chicas de la natación sincronizada… y el Barça es la locomotora que tira del fútbol femenino español", afirma Julio Salinas, que como el resto de sus compañeros del Dream Team opina que ese crecimiento debe consolidarse con una liga más competitiva, el incremento de los patrocinadores y el mayor eco de los medios de comunicación.

Juan Carlos Rodríguez asegura que la proyección del fútbol femenino no ha hecho más que empezar. "El germen ya ha arraigado", sostiene. Es una voz autorizada por su experiencia.

"Hace 12 años fui el seleccionador femenino de Castilla y León. Hacer un seguimiento por toda la región para confeccionar el combinado autonómico era complicadísimo: hoy, solo en Valladolid ya, hay varios equipos donde elegir. Las chicas tienen opciones cuando han de dejar los equipos mixtos", dice el exdefensa. "El Barça ha crecido tan rápido que no ha dado tiempo a los demás a colocarse a su nivel", entiende el exfutbolista leonés.

La atención popular y mediática es una consecuencia de un trabajo "de muchísimo tiempo y de muchísimos años", subraya Guillermo Amor, recordando que en su época de jugador ya existía el equipo femenino, arrinconado hace 30 años a una presencia meramente testimonial, sostenido por la voluntad de unas pocas y la dedicación amateur.

"Hace 12 años fui el seleccionador femenino de Castilla y León. Hacer un seguimiento para la selección era complicadísimo: hoy, solo en Valladolid ya, hay varios equipos donde elegir"

Juan Carlos Rodríguez - Defensa del Barça (1991-94)

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Julio Salinas escucha a Miquel Àngel Nadal el pasado lunes en el acto de 'Amics de Johan' celebrado en el auditorio de Mediapro. Jordi Cotrina

Y dos récords mundiales

"Ahora las jugadoras están disfrutando de una época maravillosa y el club puede sentirse muy orgulloso de la categoría que ha adquirido el equipo", subraya el excentrocampista de este Barça poseedor del triplete del pasado curso e invicto en todas las competiciones del actual (excepto la vuelta ante el Wolfsburgo), con el brillantísimo 30 de 30 en victorias en la Liga. Otro título simbólico son los dos llenazos con dos récords mundiales de asistencia seguidos en las dos últimas eliminatorias de Champions frente al Real Madrid (91.553 personas) y el Wolfsburgo (91.648). Una multitud continúa en procesión hacia Turín.

Aunque el panorama invita a soñar, que mantenerse "alerta". "Son tan favoritas como se decía de nosotros en la final de Atenas", avisa Juan Carlos, rememorando la goleada sufrida ante el Milan en Atenas cinco días después de ligar la tercera Liga consecutiva. Aquel disgusto supuso un punto de inflexión en la era Cruyff.

Juan Carlos pide que estén alerta: "Son tan favoritas como se decía de nosotros en la final de Atenas"

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Un ejemplo de "las repercusiones" que genera el primer equipo de fútbol a diferencia de las otras secciones del club. "Si no hubiéramos ganado en el 92, igual nos habrían echado a varios; de hecho, perdimos en el 94 y nos echaron a Zubi y a mí entre otros", apunta Salinas. El exdelantero bilbaíno lanza una pregunta incómoda: "Este año se pueden conquistar varias Copas de Europa en el club. ¿Cuántas cambiaría la gente por la del Barça de fútbol?".

Melanie Serrano alza la Liga 2021-22 en el Estadi Johan Cruyff. @MEL_SERRANO89

Metodología que sirve

Juan Carlos también se marchó en 1994, y entonces se dio cuenta de que el fútbol que practicaba el Barça era mucho más complejo que el de los demás. "¡Y no fui al Valladolid, sino al Valencia!", subrayaba. La salida traumática se añadió a ese bajón cualitativo y competitivo en que se vio inmerso. Por eso confiere un gran valor a que las mujeres del Barça jueguen igual que los hombres. Con todas las salvedades del mundo.

"No se trata de distinguir entre chicos y chicas, fútbol base o profesional. El Barça tiene una metodología ya testeada que sirve para cualquier equipo", comenta Salinas del estilo futbolístico con el que el femenino se impone. "Me gusta muchísimo y me enorgullece como culé que sigan la misma idea después de tantos años", asegura Amor, uno de los que coincidió con el cambio operado en el club con la llegada de Cruyff y la transformación total de la cantera.

Vicky Losada levanta la Champions femenina conquistada en Göteborg la pasada campaña. EP

Albert Ferrer vivió aquella revolución, difícil y traumática al principio mientras se adquiría una «identidad propia» que ha logrado perdurar de Wembley-92 a Turín-22. El defensa confiesa sentirse entusiasmado con el nivel del Barça femenino y le augura una trayectoria brillante "que no será pasajera". "Es una nueva atracción para el público, pero esto perdurará», vaticina, negando que el socio culé haya encontrado un refugio de alegría y celebraciones con las Alexia, Mapi, Graham Hansen y compañía. "Son dos equipos que va en paralelo".

El equipo, con el trofeo. Joan Cortadellas

Para marcar una época

Conquistada una Champions, ahora toca mantenerse. Lo más difícil, coinciden todos. Cumplir el viejo lema de ganar, ganar y ganar. "Tiene un equipo para marcar una época. Hay equipos que pasan tres años buenos y luego se vienen abajo sin pelear por los títulos, ¡han de evitarlo!", remarca Amor.

El Barça femenino empezó en un solar, entre barracones, olvidadas, espabilándose por su cuenta. Nadan en esta época entre la abundancia, subidas a una ola a la que no se le adivina el ocaso.

"Ellas ya han ganado la Champions. Van sobradas. Vienen de un triplete y han culminado una Liga invictas. No es la misma situación en la que estábamos nosotros", envidia sanamente Salinas.

Julio Salinas - Delantero del Barça (1988-94)

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El planteamiento individual del partido, la mentalidad con la que cada una ha de saltar al césped de Turín, no debería variar de la que sentía Albert Ferrer el 20 de mayo de 1992. Aparte de que había reaparecido 17 días antes de una grave lesión de ligamentos cruzados en la rodilla y eso le generó "un sufrimiento que duró del primer minuto al último". Primero por la misión de marcar a Roberto Mancini –"le sigues hasta el lavabo", le ordenó Cruyff– y luego por poder aguantar los 120 minutos.

"Has de tomarte el partido como lo que es; un partido de 90 minutos en el que te han encomendado una tarea y has de cumplirla, sin pensar que es una final ni en lo que pasará después, que eso no te afecte lo más mínimo. Solo has de preocuparte de hacer el trabajo lo mejor posible; todo lo demás, bueno o malo, ya llegará”, aconseja 'Chapi'. 

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