Philippe Coutinho ya no es jugador del Barça. El fichaje más caro en la historia del club (120 millones de euros más 40 en variables de fácil cumplimiento se abonaron al Liverpool en enero del 2018) se ha convertido en un negocio ruinoso. Y ahora, obligado por la angustiosa situación económica que sacude al Barça, se desprende del brasileño.

Lo vende al Aston Villa, donde juega cedido desde este pasado mercado invernal, por 20 millones, seis veces menos de lo que costó hace poco más de cuatro años demostrando el error, tanto deportivo como económico, que supuso su contratación. Y el club azulgrana se reserva un 50% "de la plusvalía de una futura venta del jugador".

No solo obtiene esos 20 millones la junta de Laporta, imprescindibles en tiempos tan míseros como los que vive el club, sino que se ahorra la ficha de Coutinho, una de las más altas del vestuario del Camp Nou. De este modo, liberará masa salarial, un factor imprescindible para encajar en el fair play que fija la Liga, abriendo la inscripción a jugadores como Kessié (Milan) y Christensen, ambos llegarán a partir del 1 de julio a coste cero.

Coutinho vino para sustituir a Iniesta, que abandonaba el Camp Nou en el verano del 2018. Pero nunca dejó huella alguna. Superado por la presión y castigado por las lesiones, el brasileño transmitió un aire melancoólico, mucho más allá de las discretas cifras que proyectaron su rendimiento (106 partidos, 25 goles y 14 asistencias). 

El problema es que Coutinho nunca fue una solución para el Barça. Más bien fue un verdadero problema. Por su encaje en el equipo, no se supo si fue interior, extremo o falso extremo, y, sobre todo, porque jamás transmitió sensación de fiabilidad e impacto. Hasta se enfadó con el público del Camp Nou cuando marcó un gol, cansado como estaba de recibir tantas y críticas. 

Apenas aguantó año y medio en el Barça, que pronto le buscó una cesión al Bayern de Múnich, donde logró incluso la Champions participando, y de forma activa, en el 2-8 al equipo de Setién que certificaba el final de una era azulgrana. Volvió el brasileño al Camp Nou tras atender la llamada de Koeman y, de nuevo, otra vez resistió año y medio, buscando una segunda cesión.

Se queda en la Premier

De vuelta a la Premier, la Liga donde mejor ha expresado Coutinho su talento, e Inglaterra, el país donde se ha sentido más cómodo. Steven Gerrard, su viejo compañero en el Liverpool, que es el actual entrenador del Aston Villa, le hizo hueco para que se reencontrara con las sensaciones que nunca tuvo cuándo vestía la camiseta del Barça.

Ha disputado el brasileño 16 encuentros en esta Premier, marcando cuatro goles y regalando tres asistencias. Cansado de tanto y tanto trasiego porque en cuatro años y medio ha jugado Coutinho en tres clubs (Barça, Bayern y Aston Villa) quiere un poco de estabilidad. Desaparecido del primer nivel del fútbol mundial, y a punto de cumplir los 30 años (lo hará el próximo 12 de junio), no quiere volver al Camp Nou. Ni tampoco lo quieren en el Barcelona, que se libra de un serio problema económico asumiendo, eso sí, que el negocio le ha salido fatal.