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Opinión

Es el momento de demostrar que el Mallorca quiere salvarse, por Sebastià Adrover

La deplorable imagen ante el Elche no es la mejor previa para el trascendental duelo ante el Alavés de un equipo bermellón que debe dejar claro que desea seguir en Primera

Javier Aguirre, junto a Toni Amor, bebe agua antes del partido entre el Elche y el Mallorca.

No hay tiempo para asimilar la deplorable imagen que ofreció el Mallorca en el Martínez Valero. Fue una puesta en escena decepcionante, un bajón en toda regla, sobre todo porque daba la impresión de que Javier Aguirre había dado con la tecla tras el triunfo ante el Atlético de Madrid (1-0). Está por ver si fue un espejismo, pero la versión mostrada ante el Elche (3-0) preocupa casi tanto como las declaraciones del técnico mexicano, que se atrevió a decir que le había gustado la imagen de su equipo a pesar de la derrota. ‘El Vasco’ las ha visto de todos los colores, por lo que es mejor pensar que en privado le dirá a sus pupilos lo que realmente piensa y que en público se limitó a protegerles ante el reto de mañana.

Sin excusas ante el Alavés. No es una final, pero como si lo fuera. El partido se juega en casa y los vascos son los colistas, pero aunque viniera el Manchester City de Guardiola o la Brasil del 70, el Mallorca debe demostrar que quiere quedarse en la Primera División. Ganar no sería definitivo, ni mucho menos, pero acercaría un poco más la salvación. Mejor no pensar qué sucedería en el caso de empatar o perder, pero hay que mentalizarse que este final de campeonato será una agonía y que, a día de hoy, los bermellones dependen de sí mismos para mantenerse. Estaría bien que lo dejaran claro y que no volvieran a las andadas, como en Elche. 

El Atlético Baleares necesitaba una alegría de este calibre. Ni el más optimista, ni siquiera el incombustible presidente y propietario Ingo Volckmann, hubiera soñado que los blanquiazules vivirían una mañana tan plácida en el Estadi Balear. Golear a este Barcelona B, que llegaba a la isla tras cuatro triunfos consecutivos, tiene mérito. Pero no hay que engañarse. El que sale más reforzado de este 6-2 es el técnico Eloy Jiménez, que estaba cuestionado en algunos círculos de los hinchas del Atlético Baleares. Queda mucho, pero el play-off está más cerca.

Algo le pasa al Palma Futsal. Perder a solo 22 segundos del final es una desgracia, sobre todo en casa y ante todo un Movistar Inter. Llevaba una 2022 de ensueño, pero lleva tres derrotas seguidas y necesita volver a ser fiable para el tramo decisivo del curso. Este club siempre se puede ver desde dos puntos de vista, y seguramente ambos están cargados de razón. Por una parte hay que valorar que sea capaz, después de tantos años, de luchar de tú a tú con los grandes, con mayores presupuestos, pero que la exigencia no pase de ahí. Es una corriente más conformista, o realista. Y por el otro la que apuesta por obligarse a dar un paso más para luchar por los títulos. Todavía falta algo para eso, las cosas como son. 

Lleno en el Palau para ver a Marc Gasol. Casi cuatro mil personas abarrotaron Son Moix el sábado para ver de cerca a Marc Gasol en su partido ante el Palmer Palma. Ojalá la mitad, seguro que lo firmarían en el club, se enganchara cada semana a animar a los inmobiliarios. Fue un gran espectáculo, todo un regalo para el equipo y los aficionados de la isla. ¿Por qué no se puede repetir? Es una pregunta que tiene difícil respuesta, el debate es eterno, pero lo que está claro es que en Mallorca se ama el baloncesto y todavía está más claro que algo falla. Lo triste es que no es un problema de este año.

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