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Entrevista

Marcell Jacobs: "Logré lo que quise desde niño, ahora correr será una diversión"

El campeón olímpico de los 100 metros lisos, concentrado en Tenerife como lleva haciendo desde 2017, rezuma determinación y confianza en su discurso

Marcell Jacobs, en los tacos de salida de la recta de meta del Estadio Antonio Domínguez de Los Cristianos.

El pasado 1 de agosto, Marcell Jacobs asombró al olimpismo llevándose el oro en Tokio en los 100 metros lisos. El primer europeo en lograrlo después de casi tres décadas. Ahora, concentrado en Tenerife tal y como lleva haciendo desde 2017, rezuma determinación y confianza en su discurso. Dos de los factores que le han llevado a la gloria.

Acceder estos días al tartán del Estadio Antonio Domínguez de Playa de Las Américas (Arona) es lo más parecido a vivir los momentos previos de cualquier prueba de la Diamond League. Y es que unos 300 atletas profesionales de diversos países europeos coinciden en el recinto del Sur de Tenerife. Un trasiego de élite en el que las rectas de meta y contrameta se quedan pequeñas ante la demanda de unos deportistas atraídos, cual flauta de Hamelín, por el benévolo clima de la Isla en esta fase de la pretemporada.

Turnos para evitar aglomeraciones y máximo aprovechamiento del tiempo disponible con el fin de sacar partido de cada centímetro de pista. Mismas condiciones para todos. También para Marcell Jacobs (El Paso, Texas, 1994). De padre norteamericano, madre italiana y cien por cien 'tricolore'. Desde bebé ha vivido en el país de la bota, al que siente como el que más. Aquel joven para el que hace seis inviernos era un privilegio entrenarse en el Sur de Tenerife rodeado de atletas de primer nivel mundial. Ahora, fiel a su cita con la Isla, todas las miradas se dirigen a él. Su condición de campeón olímpico en la prueba reina de Tokio 2020, los 100 metros, es reclamo más que suficiente. Pese a todo, el nuevo velocista de moda mantiene la misma naturalidad de siempre.

¿Cómo lleva el haberse convertido en un deportista famoso?

No me siento famoso. Sí noto, y me gusta, que la gente me reconoce cuando ando por la calle, en Italia y también aquí, en Tenerife. Me dan las gracias porque lo de Tokio les hizo llorar y vivir momentos hermosos y de alegría. Cosas así me hacen darme cuenta de que me he convertido en alguien importante, pero dentro sigo siendo el mismo chico de antes. Todos los días. En la pista, en el gimnasio y por la calle. Incluso con más constancia.

Pero algo sí le habrá cambiado la vida...

Sí, me ha cambiado, en parte porque todos te reconocen, y vives un poco diferente. Ahora vas a algunos lugares donde antes no sabían quién eras. Realmente puedo hacer lo que quiera, entre comillas, pero también con un nivel de responsabilidad. Responsabilidad porque ahora otras personas me han tomado un poco como ejemplo de que con tu trabajo puedes llegar a hacer grandes cosas; y debo ser consciente de ello.

Apariciones en fiestas, con celebridades, muchos actos de reconocimiento... ¿Con qué momento se queda de estos cinco meses que han pasado desde el oro de Tokio?

He vivido muchos buenos momentos, sí, pero me quedo con haberme ido de vacaciones con mi pareja, algo que no sucedía desde hacía mucho tiempo. Durante años no pude porque la temporada no terminó de la mejor manera y mi intención fue empezar a trabajar de inmediato para mejorar al año siguiente. Esta vez fueron nuestras primeras vacaciones juntos, unas vacaciones reales, y las disfruté. También me quedo con otros momentos como el Festival de Cine de Venecia, cuando fui a la Fórmula 1 en Imola... Muchas cosas que había soñado y al final pude hacer. Pero en realidad solo fueron 20 días de relax porque después volví a entrenar. Sé que 2022 será un año más difícil en comparación con el anterior; soy el campeón olímpico y todos esperan mucho. Aunque yo mismo soy el primero que desea mejorar aún más porque pienso que estamos solo al comienzo de un camino. Hemos dado un gran paso, pero para mejorar la calidad tengo que trabajar aún más duro.

¿Tener colgada la etiqueta de campeón olímpico le da mayor responsabilidad o en cambio le quita un peso de encima por haber alcanzado ya la cima?

Las dos cosas. Más presión porque soy alguien que quiere mucho más, nunca estoy satisfecho. Con el 9’80” en los Juegos me dije ‘Lástima que no hice algo menos’. Siempre quiero más y siempre quiero mejorar. Es una presión que me pongo yo mismo, no me preocupo de lo que me llega desde fuera. Creo que he alcanzado lo más grande que un atleta puede ganar. Los Juegos es lo máximo. Logré lo que quería desde niño, y eso en parte me permitirá afrontar ciertas competiciones con mucha más serenidad; que lo que venga de ahora en adelante sea cuestión de diversión. Correr con sencillez y facilidad. Aunque por otro lado siempre estará ese deseo de hacer más y más, y demostrar a los rivales que soy cada vez más fuerte. Por eso habrá presión y relax, pero siempre correré con mucha felicidad.

"Usain Bolt siempre será Usain Bolt, pero fue mi referencia y me gustaría acercarme un poco a lo que él hizo"

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¿Pero es consciente de que a partir de ahora, en cada carrera, todos los focos apuntarán a Marcell Jacobs?

Sí, sí, sí. Estoy listo para ello. He aprendido que tengo que pensar cuál es mi objetivo, no el de los demás. En 2021 fui muy rápido porque empecé a entender que tenía que hacer las cosas por mí, no en función de las expectativas de los demás. Hay que separar estas dos cosas, porque si intento hacer un camino perfecto para llegar a las Olimpiadas en mi mejor forma, al final no eres ni un atleta ni una persona, eres un robot. No puedes rendir al máximo desde la primera carrera hasta la última, sino hacer un camino. Si yo hago caso a lo que dice la gente tendría que hacer 9’70” en mi primera carrera y acabar el año con un récord del Mundo. Y por supuesto que deseo algo así, pero repito, no somos robots y tenemos que trabajar para alcanzar ese tope en el momento exacto. El año pasado lo hicimos para los Juegos y este año será para el Campeonato de Mundo, que es lo que más nos importa. En ese recorrido previo habrá veces mejores y veces peores, pero eso es lo normal. Claro que me gustaría tener un botón en mis zapatillas, apretarlo y correr en 9’70”. Pero lamentablemente no es así, y además hay tantas cosas que entran en juego como el viento en contra, el mal tiempo, el haber dormido mal... tantas cosas; y solo puedes controlar tu cuerpo.

Su primera carrera será el 4 de febrero en Berlín. Seis meses después de su última vez en los tacos de salida. ¿No habrá sido mucho tiempo parado?

En realidad no es tanto, creo que es el tiempo correcto. En mi mente están las temporadas de los últimos años, que siempre comenzaron en Berlín, duraron de febrero a agosto, y acabaron siendo muy largas. Y esta lo volverá a ser, así que creo que he tenido suficiente tiempo para recuperarme y, sobre todo, para trabajar más duro y llegar bien a estas carreras. Obviamente la pista cubierta irá siempre en función de lo que vaya a hacer al aire libre. En indoor no soy muy fuerte y debo trabajar más, por eso creo que es conveniente involucrarme para entender qué aspectos mejorar y emplear luego en carreras de 100 metros.

¿Son palabras mayores entonces aspirar al Mundial de pista cubierta en 60 metros?

Es obvio que sería un gran objetivo, pero soy consciente de que la primera parte de esa prueba es más complicada para mí y pierdo un poco respecto a los demás corredores. Trataré de ser más rápido que los demás, pero teniendo claro que mi principal objetivo son los 100 metros.

De saltador de longitud a oro olímpico en 100 metros. ¿Hay vuelta atrás?

Por suerte o por desgracia no, a causa de mis problemas de rodilla. Unos problemas que todavía arrastro y que me obligan, de vez en cuando, a realizar algún tratamiento para tratar de mantenerla estable. Me gustaría volver a saltar porque nací como un saltador de longitud, y tengo tatuado en el pecho Crazylongjumper, que además es mi nombre en Instagram. Es algo que llevaré siempre en la sangre, pero es un camino que no puede tener retorno por todos los problemas y lesiones que me provoca. Como campeón olímpico de 100 metros es difícil volver atrás y cambiar de especialidad otra vez, por lo que trataremos de mantenernos en este camino.

Su aparición en el primerísimo nivel internacional le llegó con 26 años. ¿Cuánto le queda para alcanzar su madurez?

Bueno... Creo que desde 2017 estoy participando en competiciones internacionales, sobre todo Europeos, y si no he estado en Mundiales es por todas esas lesiones de las que he hablado, incluso cuando ya estaba clasificado. Ahora me sigo sintiendo muy joven a nivel muscular, también porque todo el camino que he hecho quizá no haya sido como el de otros atletas que ya con 20 años trabajaron mucho. Mi recorrido ha sido mucho mas lento y largo, sin estresar demasiado mi cuerpo, solo tratando de que madurara de manera más autónoma y no forzándolo. Por eso pienso que aún me quedan muchos años para dar a un alto nivel.

¿Y qué es lo que debe mejorar?

Detalles. Es el coach (Paolo Camossi) el que me dice qué debo mejorar; lo escucho y confío totalmente en él. Muchas veces tienes la sensación de que has corrido muy fuerte y en realidad no es así; y al contrario también. Los atletas nos podemos equivocar en nuestras sensaciones, por lo que confío totalmente en lo que me dice Paolo. Si con él he ganado dos oros olímpicos, no voy a dejar de hacerle caso.

"Antes de hacer algo debes imaginarlo; y todo lo que estoy viviendo ahora es lo que imaginé hace años"

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Da la sensación de que Paolo Camossi es más que un entrenador para usted...

Paolo es un referente para mí. La persona con la que me veo cada día, alguien verdaderamente fundamental que me llevó a convertirme en el hombre que soy hoy. Me genera un gran equilibrio y la armonía adecuada para trabajar cada día, siempre con una sonrisa... Llevamos juntos casi siete años y nunca hemos discutido, sino que caminamos en una única dirección porque queremos lograr las mismas cosas. Incluso será mi padrino en la boda con mi pareja.

Renuncia al salto de longitud, pero sí parece que se atreverá con los 200 metros...

Sí. Todo dependerá de lo que hagamos en los 100 metros, pero creo que este año correremos dos o tres 200. Es el doble de lo que estoy acostumbrado y eso requiere una cierta preparación, pero algunas competiciones haremos, sí.

¿También se ve capacitado de mejorar su registro de 6’47” en los 60?

Sí, pienso que es muy posible mejorarlo, porque el año pasado lo hice cuando estábamos tratando de mecanizar muchos movimientos y todavía no era muy efectivo en la salida. En Tokio, con viento cero, pasé por los 60 metros en 6,40” por lo que creo que puede haber una gran mejora personal este año.

Usain Bolt...

[Risas...]

¿Aburre que le quieran comparar con él?

Bueno, es normal... Usain Bolt es el dios del atletismo, el dios de los 100 metros; él ganó los últimos Juegos Olímpicos, y ahora los he ganado yo, por eso veo normal esa comparación entre lo que fue y lo que es ahora. Él siempre fue mi punto de referencia; cuando comencé en el atletismo vi a Usain Bolt y dije ‘¡Wow!’ Leí su libro, vi su documental y me inspiré mucho en él. Ser el que ganó los Juegos después suyo supone para mí una gran alegría, aunque compararnos es algo difícil. Él tiene el récord del mundo y ganó nueve oros olímpicos. Somos dos mundos diferentes y Usain Bolt siempre seguirá siendo Usain Bolt, pero claro me gustaría acercarme un poco a lo que él hizo.

"El año pasado aprendí que debo hacer las cosas por mí, no en función de las expectativas de los demás; no soy un robot"

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Supongo que en estos seis meses alguna vez sí se habrá imaginado mejorando el 9’58”...

Sí, es normal. Cuando yo era más joven y hablaba con otros atletas sobre qué queríamos hacer en la vida, ellos decían que participar en los Juegos Olímpicos. Yo les decía que ganar los Juegos. Creo que antes de hacer algo debes imaginarlo en tu cabeza, y todo lo que estoy viviendo ahora en la pista y fuera de ella es lo que imaginé hace años. Así que trato de cambiar mi futuro recreándolo ya mismo, y obviamente en estos seis meses piensas en mejorar tus tiempos, aunque ese [9’58”] te da miedo imaginarlo. Por eso, repito, si realmente quieres algo solo debes tenerlo aquí [se señala a la cabeza], si no lo piensas y solo lo finges, eso no llegará.

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