El Mundial de Catar empezará el 21 de noviembre de 2022 y ahí estará España, participando en el gran evento del fútbol, histórico en su 22º edición porque se celebrará a final de año y no al final de la temporada convencional. Sin embargo, no hará frío, sino calor, en la desértica península arábiga.

No podía fallar España, con todo a favor, en su sede fetiche de Sevilla, con la estadística a su favor (no ha perdido nunca como local en una fase clasificatoria mundialista) y en un partido en el que no estaba obligada a ganar gracias a los resultados de la penúltima jornada. Solo bastaba con no pifiarla.

"Esto no será una fiesta hasta que el árbitro pite el final", había anunciado Luis Enrique. Se equivocó por cinco minutos. Los que faltaban hasta el 90 cuando Álvaro Moratael denostado, insultado y amenazado Morata en junio, a golpe de ir fallando goles uno tras otro, recogió un rechace del larguero tras un zambombazo de Dani Olmo y batió con ingenio y suavidad a Olsen.

Evitar riesgos y jugar en la mitad de campo sueca fueron las premisas de Luis Enrique. En la tácita represión de osadía transmitida en el vestuario, destacó la insolencia de Gavi. Que no le vengan a él con restricciones a los 17 años, jugando su cuarto partido consecutivo con la selección (todos de titular, desde su debut ante Italia el 6 de octubre), y actuando por primera vez en Sevilla, ante sus paisanos, convertido ese niño de Los Palacios y Villafranca , a 30 kilómetros de de la capital, en una estrella.

Dani Olmo, en una acción del partido contra Suecia. EFE

El niño es fuerte

Gavi extremó su desparpajo. Quiso lucirse y lo consiguió con sus acciones individuales. Pero lejos de procurarse el brillo particular con el balón en los pies, ya que fue muy austero en el pase como había escuchado, peleó y se fajó como un jornalero, robando infinidad de balones tal que el recién llegado al grupo estuviera encargado de barrer la cuadra.

Parecía Gavi un niño por su pequeñez respecto a sus rivales, pero vieron que era sólido y fuerte como ellos. Superada la sorpresa inicial, comprobaron la robustez de sus piernas y admiraron su valentía para meter el pie y el cuerpecillo para arrebatarles la pelota. Le zarandearon y le revolcaron por el suelo y no se la quitaban.

El público acabó coreando el nombre de Gavi cuando ya estaba Zlatan Ibrahimovic en el campo, a sus 40 años, en el milagroso remedio que buscó el seleccionador sueco en el fondo del banquillo, tras desmontar su delantera y retirar a Forsberg, el mayor peligro de los suyos con sus llegadas desde la segunda línea.

Suecia decretó el final del juego más o menos hilvanado –más menos que más, porque ligó solo una tercera parte de los pases que dio España– y el lanzamiento de balones al área. Se estiró el cuadro nórdico y dejó los espacios que había estado cerrando con tanta eficacia. Olmo se inventó un tirazo desde fuera del área y Morata se encontró solo ante el portero sueco.

De Tomás, el nueve titular, nunca se vio en esta guisa. No obstante, aportó la frescura del que siente que está pasando una prueba y debe exprimir hasta la última décima para aprobar. Desde ayer entraba en la nómina de aspirantes para ir al desierto de Catar.

- Ficha técnica:

1 - España: Unai Simón; Azpilicueta, Laporte, Pau Torres, Jordi Alba; Gavi (Brais Méndez, 89), Busquets, Carlos Soler (Mikel Merino, m.73); Sarabia (Morata, m.59), Raúl de Tomás (Rodrigo Moreno, m.59), Dani Olmo (Rodri, m.89).

0 - Suecia: Olsen; Krafth (Martin Olsson, m.84), Lindelöf, Nilsson, Augustinsson; Claesson, Kristoffer Olsson, Ekdal, Forsberg (Svanberg, m.63); Kulusevski (Quaison, m.63), Isak (Ibrahimovic, m.73).

Gol: 1-0, M.86: Morata.

Árbitro: Felix Brych (Alemania). Amonestó al español Brais Méndez (m.91) y por parte sueca a Krafth (m.77).

Incidencias: Partido de la décima y última jornada de la fase de clasificación para el Mundial de Catar 2022. Lleno en el estadio de La Cartuja, en Sevilla, con 51.844 espectadores, entre ellos unos 1.700 suecos.