Siguen sucediéndose las reacciones ante la nueva norma federativa que restringe la alineación de jugadoras que forman parte del Centre de Tecnificació Esportiva de les Illes Balears (CTEIB) a dos licencias por club y categoría que aprobó la Balear de voleibol (FVBIB). Entre las siete jugadoras discriminadas que ficharon por el Garden Hotels Mallorca Volley Club se encuentra Carlotta Pascual, hija del considerado mejor jugador español de todos los tiempos, Rafa Pascual (Madrid, 1970).

«Confié la formación de mi hija al CTEIB porque creo que es de los pocos centros, en Madrid no hay, donde podrá estudiar y vivir en una residencia compaginándolo con el deporte», explica a DIARIO de MALLORCA el campeón de Europa en 2007. Pascual alaba el «gran trabajo que ha hecho el Govern con el centro y, por supuesto, hay una persona de mí confianza, como es Ernesto Rodríguez», que fue su compañero en la selección española.

El exjugador del Son Amar Palma, en las etapas de 1991-92 y 2004-05, confiesa que esta situación «duele porque, si Carlotta está aquí, es también por la vinculación especial que tengo con la isla», además de agregar que su hija y el resto de compañeras «no lo entienden y no se dan cuenta, pero llevan dos semanas sin competir y no jugar es dejar aprender». Pascual prioriza que, para que las jugadoras «hagan deporte y se diviertan», hay que evitar «ponerles trabas para que no se distraigan y dejen este deporte, porque están en una etapa determinante en su formación».

«Al final unas chicas de 16 años tienen que salir con una pancarta y de verdad que da pena porque no concibo que no puedan jugar por una norma», reivindica el designado como mejor jugador del mundo en 1998. Pascual reconoce que entiende que la FVBIB trate de regular para «equilibrar una competición», pero resalta que la norma «no se puede votar sin apenas explicarla y no dar tiempo a los clubes que ya tenían sus equipos cerrados para que se adapten».

El laureado exjugador recuerda que el CTEIB «no forma parte de la FVBIB y esta no puede hacer normas que vayan contra su interés y el de las jugadoras seleccionadas». Pascual aboga para que el Govern «medie entre todas las partes para que el voleibol balear, dentro de las diferentes formas de pensar, trabaje seriamente hacia el mismo objetivo, además de dar solución a un problema que podría obligar a las familias a renunciar al programa de tecnificación para que nuestras hijas jueguen en el club que elegimos», finaliza.