Entre el caos general emergió este sábado el ciclista que nunca pierde y el que este domingo ganará su tercera Vuelta de forma consecutiva, Primoz Roglic. Poco podrán justificar la actuación táctica los equipos que rompieron la carrera en una etapa tan explosiva como intensa, tan apasionada como peleada, si se exceptúa el Bahrein, la escuadra que siempre sobresale cuando su líder se cae y abandona, muchas veces Mikel Landa.

Roglic fue en carroza tras el lío que se organizó cuando a 60 kilómetros de la última de las cinco cimas gallegas, tan desconocidas como preciosas, atacó Adam Yates para destrozarlo todo, empezando por su equipo, el Ineos. No hizo otra cosa el corredor británico que cortar a Egan Bernal, que se despidió de intentar subir al podio y que cedió el jersey blanco como mejor joven menor de 25 años. Se la robó un joven suizo que apunta alto, Gino Mäder y que corre con el Bahrein, el conjunto que colocó al australiano Jack Haig en el podio de una Vuelta que finaliza hoy en Santiago con una contrarreloj donde solo hay un favorito para ganarla, el campeón olímpico, el jersey rojo, el corredor imbatible si no se cae, como ocurrió en el Tour, o está en carrera su compatriota Tadej Pogacar.

Incomprensible lo que tácticamente hizo el Ineos, que se irá de la Vuelta sin victorias de etapa, como en el Tour, aunque allí situaron a Richard Carapaz en la tercera posición del cajón de los Campos Elíseos; siempre algo mejor que un ciclismo español que por primera vez en la historia terminará las tres grandes (Giro, Tour y Vuelta por orden de disputa) sin una victoria de etapa.

Un francés llamado Clément Champoussin surgió como si saliera de una cueva para atacar a dos kilómetros de la última cima y llevarse una victoria por sorpresa. A 60 kilómetros de la llegada se quedaron solos Roglic, Enric Mas, Haig, Yates y Mäder. A 60 kilómetros se quedó cortado Superman y enloqueció. No fue culpa de nadie en particular. Bernal sí podía quejarse por la maniobra de su compañero inglés. ¿Pero Superman? Miguel Ángel López comenzó a ver asfalto de por medio. No hizo otra cosa que hablar una y otra vez con su director, Patxi Vila, a través de la emisora del Movistar, y cuando supo que tenía el podio perdido no se le ocurrió otra cosa que adoptar la peor decisión en un deporte que solo acostumbra a atender a las heroicidades. Superman abandonó para deshonra suya y su equipo.

El ciclismo es el deporte en el que cuando nadie llevaba casco los ciclistas llegaban a meta con la cabeza abierta. El ciclismo es y era el deporte en el que no se pide el cambio cuando uno se lesiona. Se cruzan metas con huesos rotos y los médicos cosen heridas a corredores que se agarran a su coche entre chillidos de dolor. Y el Movistar es el equipo que siempre está llamado a meterse en líos inesperados. Superman acabó la etapa en el coche del Movistar cuando era el sexto de la general. Nadie pudo convencerlo. Fue tan lamentable como cuando Superman, en 2019, entonces en el Astana, llamó al Movistar el equipo de «los mismos tontos de siempre», después de que forzase un ataque tras una caída camino de Toledo. Fue un abandono que merece una respuesta contundente de su equipo, que al menos pudo asegurar con Mas, salvo sorpresa mayúscula en la contrarreloj, el segundo puesto.

Enric Mas: «No sabía nada de Miguel Ángel»

El mallorquín Enric Mas (Movistar) lamentó no poder pelear por el triunfo de la etapa entre Sanxenxo y Mos Castro de Herville tras el sorpresivo ataque del francés Clement Champoussin (AG2R Citroen), a poco más de un kilómetro de la línea de meta. «No ha podido ser. Nos estábamos atacando y parando a ver quién venía y quién no venía», explicó sobre la vigilancia a la que se estaban sometiendo entre los cuatro primeros de la clasificación para el triunfo parcial de etapa una vez eliminado su compañero el colombiano Miguel Ángel López.

De hecho, cuando le preguntaron a Mas sobre el abandono de su compañero, lo primero que dijo fue: «¿se ha caído?» y cuando le aclararon que simplemente se había bajado de la bicicleta afirmóo: «No sabía nada». «Al margen» del abandono de López, que traerá mucha cola, el mallorquín aseguró que «en el equipo tenemos que estar contentos por el podio». «El domingo queda la etapa contrarreloj, que es larga y dura», recordó para un último día en el que en principio no debería tener problemas para conservar la segunda posición que ahora ostenta.

Del desarrollo de la etapa y el momento en el que se formó la selección en la que no entró López, apuntó que fue en un momento en el que «había mil ataques entre Adam Yate y los Bahrain».