Hay función o película de suspense, según se prefiera, y los actores principales del Movistar en la Vuelta son dos; un mallorquín y un colombiano, que podrían ser tres si Alejandro Valverde no tiene la desgracia de caer y abandonar en la sierra alicantina. Son Enric Mas y Miguel Ángel López, al que todos llaman ‘Superman’.

Son los ciclistas que este lunes, sin permiso para bañarse en el mar, porque en su caso no tocaba, buscaron la compañía de la playa para entrenar por las carreteras que bordean el Mediterráneo, en una ruta hacia el cabo de Gata que casi estaba más transitada por ciclistas de la Vuelta, en el día de descanso, que por centenares de turistas. Hacía mucho viento, el sol andaba escondido. Y, ver para creer, hasta caía una gota; sí, de agua, desde el cielo con una temperatura que no bajaba de los 30 grados.

Y eran un mallorquín de Artà, del norte de la isla, de 26 años, y un colombiano de Pesca, Boyacá, con un año más; ambos, amigos y residentes en Andorra.

Es Superman el máximo encargado de proteger y marcar a Mas el camino a seguir. Fue el que en Velefique se convirtió en el ángel de la guarda de Mas; el que le abrió el ataque y el que luego se contuvo a pocos metros de su compañero mallorquín, solo hacia la cima; eso sí, acompañado por Roglic. Y esa es la piedra en el zapato del Movistar, al que hay que desnudarlo de rojo, al que hay que esperar, sobre todo en la tercera semana, que tenga un día malo, y al que no solo Mas debe restarle 28 segundos, sino como mínimo otro minuto y medio porque el corredor esloveno tiene un colchón de 33,8 kilómetros en la contrarreloj final de Santiago, envuelto en el oro olímpico que conquistó en Tokio como el mejor de la especialidad. «A Roglic se le puede derrotar, pero no voy a contar la táctica del equipo. Pero yo voy a por el ‘maillot’ rojo porque salgo a ganar esta Vuelta», palabra de Mas, en el día de descanso.

«Sé que tengo que distanciar a Primoz antes de la contrarreloj, porque la etapa final lo beneficia como campeón olímpico. Pero en esta Vuelta tengo mucha confianza porque acabé el Tour cansado pero no muerto, pude descansar después y llegar aquí en muy buena forma», descubre Mas.

«Estoy en una situación muy buena. Sé que, aunque ahora lleguen etapas para fugas, en esta Vuelta siempre hay que estar atento porque cada día es importante. Tengo que jugar mis cartas y confiar, aunque es difícil, que Roglic pueda tener una etapa mala, porque cuando luchas por la general siempre tienes un momento malo», advierte el corredor de Artà. «En Velefique salí a controlar la situación para estar presente en todos los ataques. Si no voy a por Yates, Roglic nos deja el trabajo a nosotros». Este martes vuelve la competición en el inicio de la segunda semana de una Vuelta apasionante.