«Necesito tiempo para descansar», comunicó ayer Rafa Nadal para anunciar su decisión de poner fin a la temporada por la lesión que arrastra en el pie izquierdo desde hace quince años, que en estos últimos tiempos ha reaparecido causándole dolores que le impiden jugar a su mejor nivel tenístico. 

«Hola todos: quería comunicaros que desgraciadamente tengo que poner fin a la temporada 2021. Sinceramente llevo un año sufriendo mucho más de lo que debería con mi pie y necesito tomarme un tiempo», señaló el manacorí en sus redes sociales.

Después de haber renunciado a jugar en Wimbledon y los Juegos Olímpicos de Tokio por esa lesión, Nadal ha intentado volver al circuito en la gira estadounidense, en la que solo ha podido jugar dos partidos en el primer torneo de Washington donde reapareció pero, posteriormente, se vio obligado a darse de baja en los Masters 1.000 de Toronto y Cincinnati y, finalmente, anunciar que no estaría en el Abierto de EEUU (comienza el 30 de agosto).

«Después de haberlo hablado con el equipo y familia se ha tomado esta decisión y creo que es el camino a seguir para intentar recuperarme y recuperarme bien», resaltó Nadal. 

«Es un año que me he perdido cosas que me importan mucho, como Wimbledon, como son las Olimpiadas, como va a ser ahora el Abierto de Estados Unidos, como muchos otros eventos que son también importantes para mí. Y en vista de que durante este último año no he tenido la capacidad de poder entrenarme y prepararme y competir de la manera que realmente me gusta hacerlo, pues llego a la conclusión que lo que necesito es un tiempo para recuperarme», añadió. 

Convivir con el dolor

A sus 35 años, Nadal ha convivido con el dolor desde los inicios de su carrera. En 2004 se fisuró el escafoides del pie izquierdo, donde en 2005 se le detectó la necrosis del hueso que arrastra desde entonces y que, ahora vuelve a causarle problemas. No es la primera vez que Nadal se ve obligado a parar tanto tiempo. El exnúmero 1 ha visto como esa lesión en el pie, solucionada hasta ahora con las plantillas, ha derivado en problemas en sus rodillas. En 2009 se le detectó una dolorosa tendinitis que le afectó en su primera derrota en Roland Garros aunque no le impidió recuperarse para volver a ser número 1 en 2010 ganando Roland Garros, Wimbledon y el Abierto de EEUU.

Una rotura del tendón rotuliano de su rodilla le dejaría de nuevo fuera de combate ese año el final de temporada, sin poder participar en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, donde iba a ser el abanderado, sin poder reaparecer hasta la siguiente temporada.

El largo descanso le permitió recuperarse físicamente para afrontar en 2013, la que sería, hasta el momento, su mejor temporada ganando 10 títulos, entre ellos Roland Garros, Wimbledon y el Abierto de EEUU para acabar el año como número 1 mundial, pero en 2014 sufrió una lesión en la espalda en un la final del Abierto de Australia que perdió con Stan Wawrinka y empezó un nuevo via crucis.

En 2015, Nadal sufrió un bajón deportivo por problemas de ansiedad y en 2016 una pequeña fisura en la muñeca le obligó a abandonar en Roland Garros.

Pero, por tercera vez, Nadal renació para volver al número 1 en 2017, ganando seis torneos, entre ellos Roland Garros y el Abierto de Estados Unidos, un éxito que repitió en 2019 donde volvió a acabar el año como número 1 por quinta vez en su carrera, para en 2020 igualar a Roger Federer con 20 Grand Slams, en una temporada atípica por la pandemia del coronavirus.

Djokovic, se queda solo

La baja de Nadal se une a la de Federer que hace una semana anunció su retirada para pasar por el quirófano por tercera vez por sus molestias en la rodilla izquierda. La ausencia de los dos tenistas deja a Novak Djokovic como único representante del ‘Big Three’ en el Abierto de Estados Unidos, donde el actual número 1 mundial se presenta como el gran favorito para ganar el título y conseguir el 21 Grand Slam de su carrera, superando a Federer y Nadal. 

Si el tenista serbio lo consigue será el primero en ganar en una temporada los cuatro grandes desde que el australiano Rod Laver lo consiguió por última vez en 1969.

El síndrome Müller-Weiss

Nadal padece una lesión conocida como el síndrome Müller-Weiss, una lesión congénita producida por la deformación del escafoides del pie, hueso en el que se insertan múltiples estructuras tendinosas y ligamentosas.

A Nadal le detectaron ese problema en 2005 y algunos de los médicos consultados le advirtieron que podía impedirle jugar al tenis profesional pero gracias a unas plantillas a medida salvó el problema.

Atienden a Nadal por dolor en el pie durante un partido de Indian Wells en 2008.

Atienden a Nadal por dolor en el pie durante un partido de Indian Wells en 2008. EFE

En su comunicado en las redes sociales el tenista hacía hincapié en esa lesión. «Hay que intentar entender cuál ha sido la la evolución del pie de estos en estos últimos tiempos. No es una lesión nueva es una lesión que tengo desde el 2005 y que no me ha impedido desarrollar mi carrera deportiva durante todos estos años. Sí es verdad que llevo una temporada que las cosas no van como deberían, como nos gustaría a todos, y es el momento de tomar decisiones, buscar un tipo de tratamiento un pelín diferente para encontrar una solución a este problema o al menos que mejore de cara a poder seguir teniendo opciones durante los siguientes años», destacó.