«Primer día de entrenamientos», escribe el Xelska en su cuenta de Twitter con una imagen del gimnasta Nicolau Mir, acompañado de su entrenador, Manuel Martínez, visiblemente concentrado en Tokio. Levanta el pulgar con una media sonrisa, pero la procesión va por dentro. La cuenta atrás ha empezado para los más de once mil deportistas que disputarán los Juegos Olímpicos, entre los que figuran los mallorquines que ya han aterrizado en tierras niponas para vivir una experiencia única. Saben que deben aprovechar el tiempo, disfrutar el momento, eso lo que más les han repetido los suyos antes de subirse al avión, pero ahora quieren competir a su máximo nivel. Para eso han llegado a esta cita, un año más tarde de lo esperado, aunque eso ya no es lo importante.
Igual sucede con el futbolista Marco Asensio, que con la selección española está en Sapporo porque debuta mañana (9:30 horas), incluso antes de la inauguración, prevista para el viernes, ante Egipto. El palista Marcus Cooper, el triatleta Mario Mola, el nadador Joan Lluís Pons o la baloncentista Alba Torrens ya conocen de sobra lo que supone disputar unos Juegos, una sensación que experimentará por primera vez la regatista Paula Barceló, que está en la subsede de la isla de Enoshima.
La del Club Náutic s’Arenal, que participa en la clase 49er FX junto a Támara Echegoyen, agradece los días previos a la primera navegación para preparar el barco. «Fueron bastante productivos y necesarios; preparamos todo el material y el primer día de agua ya estaba todo listo para centrarnos únicamente en navegar. Han sido jornadas largas, pero parece que ya se van acortando un poco los días, que cada vez hay menos trabajo», explica ilusionada. Lo mejor está por llegar.