Con la llegada del calor y el buen tiempo muchos aficionados a la escalada se ponen el bañador para practicar psicobloc. Esta modalidad consiste en trepar paredes y acantilados sin ningún tipo de sujeción, únicamente se utilizan unos pies de gato y una bolsa de magnesio para mantener las manos secas.

Javier Robles y David Picazo son dos amigos que llevan años practicando esta actividad física. Ambos lo realizan de manera amateur, pero disfrutan de todas sus ventajas. "El psicobloc es una terapia perfecta. Cuando estás trepando una pared te evades de todos los problemas que tienes. Además es un deporte muy bonito ya que lo practicas en el mar, tomando el sol y disfrutando de unas vistas preciosas", afirman.

Javier empezó en el psicobloc junto a David gracias a un amigo. Ir acompañado en tus inicios y durante su práctica es vital. "Para empezar es muy recomendable ir con una persona que te enseñe un par de trucos, pero no solo es importante ir acompañado en tus inicios. Siempre hago psicobloc con alguien porque puedes caer al agua tan cansado tras subir una pared que no puedas ni seguir nadando. Yo nunca iría solo", asegura.

Para practicarlo es importante ser consciente del riego que supone realizar esta actividad física. Caer de la forma correcta en el agua es clave para evitar lesiones graves. "Cada vez que subes una pared corres el riego de caer al mar. Es importate saber controlar el impacto con el agua para evitar lesiones importantes. Una amiga nuestra se lesionó dos vertebras por una mala caída", comenta Javier.

Un error que se debe evitar a la hora de realizar psicobloc es añadir elementos de escalada a tu equipamiento. Cuanto más peso añadas a tu cuerpo, más te costará salir del agua. "He visto gente con cuerdas y elementos de escalada haciendo psicobloc. Eso es bastante peligroso ya que cuanto más peso tengas encima más te costará salir del agua. Si luego le sumas el cansancio de estar escalando un acantilado o una pared pueden faltarte las fuerzas y hundirte", explica David.

Una de las cosas más importantes para realizar esta actividad física es mantener la calma y buscar siempre soluciones ante los problemas que se encuentran durante la escalada. "Cuando estás a ocho metros de altura y no ves un hueco donde poner la mano o el pie para seguir subiendo la vía es importante estar tranquilo y buscar una solución. Caer al agua no es una de ellas, ya que volverías a empezar de cero con menos energía. Nunca sabes donde hay una grieta oculta que te pueda salvar, por eso no hay que rendirse", defiende Robles.

Precisamente, la lucha contra uno mismo es de las cosas que más enganchan a Javier y a David. "Eres tú contra la piedra. No compites contra nadie, solo contra tu resistencia y la dificultad del ascenso. Cuando logras tu objetivo es un sentimiento de superación precioso".