La selección española es consciente de que ha llegado al punto de no retorno y que esta tarde Serbia, en los cuartos de final del Campeonato de Europa, es la puerta de entrada hacia la gloria y la lucha por las medallas o la puerta de salida hacia el infierno de los puestos quinto al octavo. Tres derrotas en ocho partidos, en lo que llevamos de campeonato en Eslovenia, han hecho que la zozobra se instale en el aficionado, máxime cuando el equipo ha entrado en los cruces de cuartos de final por la puerta trasera, por la eliminación de Grecia y no por méritos propios.

El equipo ha demostrado un buen nivel de baloncesto, una más que notable defensa en muchos minutos de la mayoría de partidos y, también, no saber jugar los minutos finales en partidos más apretados. En ataque, luces y sombras. Luces que han encendido alternativamente Marc Gasol, José Manuel Calderón, Víctor Claver o Sergio Rodríguez y sombras que han oscurecido a todo el equipo a la hora de la verdad. Los jugadores dicen haber tomado nota. Por boca de su capitán, Rudy Fernández, se ha dicho que están "cabreados" y "jodidos" y que han "hablado en el vestuario".

La ausencia de un gran jugador siempre cambia la faz de un equipo y el equipo español tiene la ausencia de cuatro grandes jugadores como Pau Gasol, Juan Carlos Navarro, Felipe Reyes y Serge Ibaka. Nadie quiere que suene a excusa, pero es una realidad. Ahora, "los jugadores que están aquí tienen calidad suficiente", en palabras del capitán, para asumir esta empresa de llegar a la lucha por las medallas.

El crédito ganado en los dos anteriores Europeos, dos medallas de oro, no merece quedar en el olvido, pero tampoco es un salvoconducto sin fecha de caducidad.

La selección se la juega ante Serbia. Es su punto de no retorno. La victoria abrirá la puerta de la gloria por poder volver a luchar por las medallas; la derrota, la del infierno. Y muchos querrán ejecutar el aval del crédito.

Juan Antonio Orenga, entrenador de la selección española, se enfrenta con cierto optimismo al cruce contra Serbia y aún reconociendo errores apuesta por que el equipo dará "el máximo" y que Serbia se encontrará "delante un rival que no se espera". "Estamos donde queríamos, aunque no de la forma que queríamos. Pero lo importante es que estamos en cuartos de final. El rival, ya lo hemos dicho, daba igual porque todos los equipos son de nivel. Y también hay que decir que a nadie le hace gracia jugar contra España. Todos queremos jugar al máximo y que nos salga el día redondo", dijo Orenga.

La derrota ante Italia y la forma que se produjo, en la prórroga, podía haber dejado ´tocado´ al equipo, extremo que descartó el entrenador. "El equipo está magullado, pero bien. Está cabreado por haber dejado escapar el partido ante Italia, pero lo que cuentan son las sensaciones y tras un inicio malo supimos dar la vuelta al partido con una gran defensa en zona, aunque en los últimos minutos dejamos escapar la victoria", observó. "Por un lado estamos tranquilos, pero por otro hemos cometido errores y yo he dejado que ocurrieran", reconoció.

Orenga.