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Entrevista

María Escarmiento, la 'bruja' que salió volando de Operación Triunfo

La artista madrileña cocina su carrera alejada del 'mainstream' y acaba de publicar su primer disco, 'Cosas de brujas', una pócima repleta de un pop bañado en éxtasis electrónico

María Escarmiento, en una imagen promocional.

María Escarmiento se puso la capa de bruja nada más acabar 'Operación Triunfo' -participó en la edición de 2018- para hacer pócimas fuera de los focos. No le interesaban los trucos de magos corrientes con conejos, cartas marcadas o sacudir varitas de plástico. Seguramente una de las concursantes menos prototípicas musicalmente del 'talent show', la madrileña está cómoda en una capa no invisible pero sí translúcida y tirando por un camino que poco tiene que ver con la autopista del 'mainstream', la vía por la que parece que por guion le tocase circular. "Las decisiones que he tomado seguramente no son las que me han ido mejor a nivel de números, de éxito", explica en conversación con este diario.

Tras su ya lejano paso por el programa de televisión, María Escarmiento (María Villar, de 31 años) se ha movido con naturalidad en territorio 'underground' y haciendo lo que a ella la estimulaba. "Nunca me indentifiqué con la música más 'mainstream', no es algo que consuma, ni mis amigos, ni mi círculo. No es algo impostado, es donde me siento cómoda", expone la artista, que el pasado viernes publicó su primer álbum, 'Cosas de brujas', disco de un pop bañado en éxtasis en el que las emociones son siempre extremas. "Me estimulan los sonidos rotos, la distorsión… Ese sonido me atrae mucho: la música que te rompe y que te hace sentir cosas en el pecho, algo más visceral...", comenta sobre el estilo del disco (con buenas dosis de hyperpop e incluso algunos de los principales actores del género como MDA y Fran Laoren), que ha supuesto también un cambio de registro.

Antes de este, en 2020, lanzó un destacable EP de reguetón de club oscuro, 'Sintiéndolo mucho'. "Desde que salí [de 'OT'] lo pensé y llegué a la conclusión que no podía tomar decisiones por lo que el público esperaba de mí o lo que yo creía que el público esperaba de mí. Estoy consiguiendo que, haciendo lo que yo quiero hacer y estando cómoda, a la gente le guste".

'Cosas de brujas' (título que es un guiño a la serie que marcó su infancia, 'Sabrina, cosas de brujas') contiene algunas de esas canciones que en el fervor del ritmo eufórico de las instrumentales (la electrónica llega al hardcore incluso) disfrazan sentimientos superprofundos. Gozar brincando mientras cantas ('Mejores que ayer'):"Sabes lo que quiero, pero no me lo das; lloro por las noches si te das la vuelta; parece imposible pero va a llegar; tengo muchos miedos, pero hoy los guardo en el cajón". "Me gusta mucho ese momento de éxtasis, que puedes tener a la gente botando mientras dices tus pensamientos muy profundos", comparte la madrileña.

María Escarmiento dice que, por su experiencia (ella ha estado dentro de esa pantalla a la que miran millones de personas), "eso de indagar en Twitter... La verdad es que se pasa mal". Y que los días de estreno, como el del pasado viernes, le suelen generar nervios y ansiedad, pero que esta vez, con el disco, lo ha sentido como el inicio de una nueva etapa que encara con ganas. La artista mira hacia adelante, como ha hecho siempre, buscando cual es la siguiente curva que tomará. "La música cambia rapidísimo. Siempre me ha generado interés lo nuevo… Me parece que es un signo de exploración, de darle importancia al arte y no quedarte estancado", zanja sobre el futuro.

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