Son palabras de Llorenç Gelabert: «El Requiem de John Rutter es una de las obras más representativas del estilo sacro del autor, pues si bien es de carácter intimista, con texturas armónicas muy hermosas, la obra invita a la reflexión sobre lo que es una misa de difuntos», y añade: «Sin duda es una obra que combina muy bien el dramatismo y la exultación, a partes iguales».
Pues bien, será el propio Gelabert quien dirija, el próximo sábado en la iglesia de La Porciúncula, esa importante obra del siglo XX, que el compositor inglés estrenó en 1985 en la iglesia metodista Lover’s Lane de Dallas.
La crítica especializada señaló, desde el mismo día del estreno, que esta obra está más cerca de la que sobre la misa de difuntos escribió Fauré que de las de Verdi o Berlioz, «debido al uso que hace el autor de la tonalidad y la expresividad», explica Gelabert.
La partitura contiene partes en latín, tomadas de la misa de réquiem gregoriano a las que el compositor añade algunos salmos en inglés. En concreto de la misa tradicional aparecen los fragmentos que hablan más de consuelo y esperanza que los que inducen al drama y por lo que los salmos se refiere, aparecen textos de Desde las profundidades (salmo 130) y de El señor es mi pastor (salmo 23), ambos alejados del dolor y la muerte.
Escrito para una voz de soprano solista, coro mixto y orquesta de cámara, ese Réquiem ha tenido una larga trayectoria internacional, pues ha sido interpretado por algunas formaciones de referencia, formando parte del repertorio habitual. Es muy recomendable la grabación que dirigió el propio compositor, con la City of London Sinfonia y The Cambridge Singers.
En el concierto del próximo sábado, Llorenç Gelabert dirigirá a la soprano Júlia Farrés y al coro y orquesta del Art Vocal Ensemble. La cita es a las 20.00 horas.
