El artista visual británico Julian Opie (Londres, 1958) se muestra tranquilo pese a la magnitud del montaje de su exposición en Palma y durante la mañana de este jueves accede a explicar sus obras de arte, que a partir de este viernes, 26 de abril, se podrán ver en la Llotja, pero también en el Casal Solleric, el Born y el paseo Sagrera. Opie da muchos detalles sobre sus esculturas, instalaciones y películas, pero prefiere no salir fotografiado -dice que para dar el protagonismo a su trabajo-, por lo que, a cambio, ofrece una serie de autorretratos, como el que acompaña esta información.

La exposición de Opie ha sido organizada por el Govern balear con la colaboración del Ayuntamiento de Palma y con la galería portuguesa Mario Sequeira, que trabaja con el artista. En la Llotja, invadida estos días por maquinaria pesada con la que se han podido colocar las esculturas, se podrán contemplar 12 piezas, distribuidas según las cuadrículas del suelo de este edificio. 

19

Montaje de la exposición de Julian Opie en la Llotja de Palma Guillem Bosch

Opie, considerado exponente de la nueva escultura británica, visitó Palma unos ocho meses atrás. Hasta ese momento, solo había visto la Llotja por fotografías. «Vine y lo vi y pensé que era irresistible hacer una exposición, pero también que era algo muy difícil porque el edificio es más hermoso que cualquier cosa que puedas poner aquí, así que la única forma que se me ocurrió fue intentar, de alguna manera, una fusión con el edificio, como para convertirlo en algo más decorativo, no estoy seguro de las palabras, no las encontré todavía, pero algo así», relata el artista.

Desde esa primera visita, ha ido preparando este gran proyecto empleando la realidad virtual, con la que ha explorado el interior del edificio y las calles donde quedarán instaladas sus esculturas hasta el 31 de agosto.

Figuras humanas de líneas rectas y caras inspiradas en 'Tin Tin'

En el interior de la Llotja, ha colocado alineadas cuatro figuras humanas fabricadas en aluminio y pintadas cuyos modelos son gente real que fotografió en Corea, donde preparaba una exposición. En el centro del espacio, se han instalado otras tantas esculturas de hierro que reproducen distintos edificios que dibujó estando en Lisboa. En ellas, evidencia Opie, también podrían verse esas verjas londinenses de las casas, o edificaciones sin acabar: «A menudo me impresiona cuando están haciendo edificios en la ciudad, pero antes de que estén terminados, y ves en el cielo esa increíble estructura de las vigas... Y luego la cubren y no es tan interesante... Pero hay un momento en el que es muy elegante, como un dibujo en el cielo», profundiza.  

En la Llotja también hay cuatro caras de grandes dimensiones fabricadas en hormigón, rostros que pertenecen a personas que le han transmitido felicidad. Uno de ellos es de un atleta británico del equipo olímpico y otro es el de su hija. A partir de sus fotografías, él ha dibujado esas caras de una manera especial, influenciado por los cómics de Tin Tin que leía de pequeño: «Intento hacer una especie de emoji o logotipo para empresa», explica. Esa expresión contrarresta «la brutalidad» del material empleado, señala el artista. 

En el exterior del histórico edificio ya se pueden ver dos siluetas de acero de grandes dimensiones, Joshua y Julia, las dos personas que pasaban por delante de su estudio un día y que se prestaron a ser fotografiadas. Son figuras de perfil y de líneas rectas, algo que caracteriza el trabajo de Opie.

Muy cerca, en el paseo Sagrera, en una gran caja negra con una pantalla LED se exhibirá una película animada en la que se verá un caballo, también dibujado por él, imagen y tecnología que buscan sorprender. Habrá otra escultura animada en el Born, mientras que en el escaparate del Solleric se proyectarán figuran en película LCD. En el patio de este edificio, además, ya cuelgan paneles con esos dibujos de esqueletos de edificios que tanto le gustan. 

Entre las diferentes piezas existe «una relación por el dibujo y los sistemas de construcción», asegura el artista, que trabaja con fábricas de distintas ciudades del mundo para obtener materiales y pinturas. A Palma se ha desplazado parte de su equipo, formado por 12 personas.