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Ainhoa Arteta: "Los ministerios de Turismo y de Cultura deberían estar juntos, así atraeríamos un turismo de cultura y no de chancleta"

La cantante actúa este sábado 20 de abril, a las 20 horas, en el aparcamiento del Teatre Principal de Santanyí, con un aforo de 600 personas y todas las entradas vendidas

El concierto se enmarca en el 6º Festival MallorcÒpera

Ainhoa Arteta

Lleva años viajando a Mallorca. ¿Qué le sugiere esta isla?

Suelo ir mucho a Mallorca y también a Eivissa, pero a la Eivissa tranquila. Son islas que me inspiran una cantidad de energía brutal.

Actuará por cuarta vez junto al pianista Francesc Blanco.

Su principal cualidad es que trabaja muchísimo con cantantes, y eso se nota, porque para acompañar a un cantante necesitas tener la experiencia de estar entre ellos, porque los cantantes somos todos distintos. Y aunque es verdad que más o menos nos ceñimos a lo que está escrito en la partitura hay muchas veces que durante la actuación tenemos que respirar por ejemplo en un sitio donde nunca respirábamos, y en ese momento el pianista tiene que estar al quite. A los pianistas siempre les digo, a Xisco no porque no hace falta, que respiren conmigo, y ahí toman el pulso y saben así hasta dónde va a poder llegar la frase. También es muy importante, según el color con el que ataca el cantante cierta frase o con el que la deja, que el pianista tenga la virtud de poder imitar con el piano el color con el que ha dejado el cantante la frase, para que haya una coherencia en el fraseo, tanto del piano como del cantante. El pianista acompañante es una clave imprescindible para los cantantes porque se tienen que amoldar. Son unas rara avis a los que adoro y cuido mucho.

¿Qué placeres encuentra cuando su voz está únicamente arropada por un piano?

Todo el placer del mundo. El recital, en el que llevo 35 años, es para mí una especie de néctar en el mundo de la música, porque se conjugan los mejores poetas con los mejores compositores. Estos eligen a los poetas que les gustan, las canciones siempre van acompañadas de una poesía exquisita, y de una música todavía más exquisita, si es posible. La verdad es que este tipo de canción, el lied, es un ejercicio estupendo para conocer microplanetas, porque cada canción es un pequeño planeta. Tienes tres minutos para entrar, contar y salir, y después volver a entrar en otra que no tiene nada que ver. Es un ejercicio de interpretación muy importante para un solista. En la ópera entras en un momento y la trama es la misma durante tres horas. Sin embargo aquí son pequeñas historias, cada una distinta a la otra, y supone un enriquecimiento brutal. Prepararlas también es un placer, porque te llevan a estudiar muchísimo sobre los poetas y los compositores. Muchas veces son obras de compositores que ya no están, y a través de la obra y de analizarla muchísimo llegamos a poder entender incluso la psique del compositor. Disfruto muchísimo haciendo recitales y cuando más disfruto es cuando veo que el público se entrega, ahí hay un silencio increíble porque están escuchando todo lo que tiene la obra. Para mí es una experiencia maravillosa. Creo que tengo muchos años por delante, y el recital no lo he dejado ni lo voy a dejar. Hago dos o tres óperas al año, como mucho, y me dedico más al recital, algo sublime para mí.

Ainhoa Arteta y Francesc Blanco .

Lacerda, De la Torre, Halfter, Guastavino, Albéniz, Matilde Escalas, Manuel de Falla, Guridi… ¿Qué buscaba al diseñar el programa que ejecutará en Santanyí?

Hace tiempo que voy detrás de un proyecto: la música hispana. En este concierto hago un abanico con coherencia, todo está bien planificado, para que el público haga un recorrido por toda la música, no solo la actual, también de otros siglos. Si no hacemos nosotros esta labor no la hará nadie, porque los extranjeros no se meten a defender un recital de música hispana, lo hacen más en el alemán o el francés, que yo también lo hago cuando canto en el extranjero, pero siempre la segunda parte del programa suele ser de España, para defender nuestro patrimonio musical, y ahí entra el catalán, el vasco, todos los idiomas que tenemos. Algo de Mallorca tengo que sacar, a ver si encuentro una sorpresa para el sábado. En España a veces nos cuesta reconocer nuestros propios talentos. Yo creo mucho en la cantidad de talento que hay en nuestro país.

El aforo para el concierto de Santanyí es de 600 personas y ya está todo vendido.

Eso me hace muchísima ilusión. Yo estudié y me formé en la escuela americana, donde el marketing es muy importante. Desde el principio de mi carrera ha habido un gran marketing y creo que el resultado es este, que al final pones tu nombre en el cartel y la gente acude, algunos porque ya te conocen y te han escuchado, y otros porque quieren escucharte por primera vez porque han oído mucho hablar de ti o te han visto en tantos lugares. Al final es lo que hace falta, que los teatros se llenen. Me alegro muchísimo de que se hayan vendido todas las entradas, y también me alegro porque suelen acudir muchos niños a los recitales.

La cantante Ainhoa Arteta .

Su concierto se enmarca en la sexta edición del festival MallorcÒpera. ¿La lírica en España goza de buena salud?

No, para nada. España es un país cainita, no es un país que ayude a sus cantantes, a sus músicos. Y es una pena, porque verdaderamente tenemos cantantes de muchísimo talento. Si este país explotara el patrimonio histórico-cultural que tiene y lo acompañara con todos los teatros y auditorios que hay con programaciones ambiciosas atraeríamos un turismo de cultura y no de chancleta. El ministerio de Turismo y el de Cultura deberían estar juntos y deberían ser conscientes de que la cultura está en todo el país, no solamente en dos ciudades.

En estos tiempos de guerra que vivimos, ¿cree que la música puede funcionar como bálsamo?

Totalmente. Mira el gran Barenboim la maravillosa orquesta que hizo entre israelitas y palestinos. Allí había una hermandad. La música siempre toca una parte del alma del ser humano que tenemos todos en común. A través de la música y de las artes se puede llegar a entendimientos mucho mejores y más productivos. Yo estoy convencida de que la humanidad no se ha destruido porque hay una parte muy grande que es culta, porque sino ya estaríamos todos en otra parte. La cultura es indispensable para cualquier país.

Hoy vivimos un infierno a nivel mundial, aunque usted tuvo su infierno particular en 2021, cuando estuvo a punto de morir. ¿Qué aprendió de aquella experiencia?

Muchísimas cosas. De lo malo y de lo peor se aprende mucho. De lo bueno no se aprende nada, en realidad lo bueno nos gusta a todos, a quién no le gusta triunfar, que le salga todo bien. Lo malo es lo que nos hace pensar, crecer. Lo que me pasó en 2021 fue muy duro. Casi me muero, no sé ni cómo estoy aquí todavía. Una de las cosas más fundamentales que me pasó es que perdí la voz. Ha sido un camino muy duro. Y sí, he aprendido mucho, he visto quiénes son amigos y quiénes no lo son tanto. He aprendido que hay que ver la parte más positiva en la vida, porque si no vivimos amargados. No pensemos que la vida es un camino de rosas, la vida tiene muchos momentos malos, y hay que saberlos superar. Hay que saber sacar siempre la lectura positiva, eso te eleva como ser humano y te enseña a respetar a los demás. 

  

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