El dramaturgo, actor y director Paul Berrondo (San Sebastián, 1967) trae este fin de semana al Teatre Principal de Inca (el domingo, 28 de mayo, a las 20 horas) Desig. Un tramvia, su "versión personal y libre" del clásico de Tennessee Williams que en el cine protagonizaron Marlon Brandon y Vivien Leigh. Aunque esta obra habla de monstruos interiores en cada uno de los cuatro personajes, encarnados por Cristina Brondo, Iván Hermés, Maria Lanau y Sergio Matamala, su autor también destaca que es un espectáculo teatral ágil y divertido de una hora y veinte minutos, mucho más breve que el original.

Esta es la quinta vez que Berrondo ejerce de director y la tercera que lo hace con un texto propio, en este caso a partir de un clásico que le ha permitido hablar de «masculinidad tóxica, lucha de clases y salud mental»

«Tennessee Williams es un autor que me fascina porque tiene una prosa poética con la que me identifico muchísimo, con su mundo, sus personajes. Y como en Més Teatre, la asociación que tenemos, el tema central siempre es el monstruo que llevamos dentro, es una obra que nos va perfecta», explica Berrondo sobre los motivos por los que escogió versionar y traer a la actualidad Un tranvía llamado deseo

Además, el texto de Williams le permitió abordar un tema que asegura que siempre le ronda por la cabeza: «Cómo enfrentarse al monstruo que tenemos dentro. Todos tenemos un pequeño monstruo que tenemos que dominar y nos tenemos que enfrentar a él, mirarnos al espejo, reconocerlo y aprender a vivir con él».

En este caso no hay una Blanche Du Bois, ni un Stanley Kowalski, Stella o Mitch. Los protagonistas son Estel, Blanca, Martí y Aitor, este último nombre en homenaje al origen vasco de Berrondo.

La conexión con el texto original, comenta Paul Berrondo, se limita a esos cuatro personajes y al eje principal, pero todo el texto es de nueva creación, en el que el autor solo ha mantenido «tres frases míticas que la gente espera oír». «Es una versión libre mía, porque me he encargado de acercarla al siglo XXI. Es una obra de los años 50 del siglo pasado y quieras o no, es muy moderna para aquel tiempo, pero al hacer una relectura hoy, hay cosas, como la masculinidad tóxica, la lucha de clases, la salud mental que había que acercarlo a ahora, para que la obra la pueda entender desde un chico de 15 años a alguien que haya visto la original», señala Berrondo sobre el trabajo realizado.