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Eudald Carbonell, codirector de Atapuerca: «La globalización quizás sea el invento ideológico más nocivo que ha creado el ser humano»

«Las piedras hablan, pero no solas, tienes que darles conversación, hacerles preguntas»

Eudald Carbonell: "El futuro es lo que estamos construyendo en el presente"

Eudald Carbonell: "El futuro es lo que estamos construyendo en el presente" Redacción

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Eudald Carbonell: "El futuro es lo que estamos construyendo en el presente" Pere Estelrich i Massutí

Doctor en Geología del Cuaternario. ¿Las piedras hablan?

Curiosamente un colega americano ha publicado un libro con un título que me parece genial: Cuando las piedras hablan. Y es que sí, las piedras hablan, pero no solas, tienes que darles conversación, hacerles preguntas, intuir incluso lo que quieren decirte. Pero para entenderlas debes tener la formación adecuada y conocer su lenguaje. Hablar con lo que es inanimado es muy interesante y a mí me gusta y me cuesta realmente poco.

Investigador y especialista en el Cuaternario. ¿Qué tiene esa época de la humanidad que le seduce tanto?

Pues que en ella seguramente se han producido cambios fundamentales por lo que respecta al ser humano, así que es un periodo geológico que calificaría de muy humano. En el Cuaternario nos humanizamos, cosa que nos ha singularizado respecto a otros animales, apareció el Homo Sapiens, se produjeron cambios culturales. Todo esto que llamamos humanización y que se produjo en esa época para mí es muy importante.

¿Cómo pueden las investigaciones geológicas explicar cómo vivían nuestros antepasados?

Las piedras, las arcillas, los lagos, las arenas, el mar, los cauces de los ríos, han registrado la memoria del sistema, por eso es tan importante relacionar la geología con la vida sobre la Tierra.

Uno de sus campos de trabajo ha sido el estudio de la tecnología prehistórica. ¿Tecnología?

Estudiamos, desde un punto de vista tecnológico, las técnicas que utilizaban los habitantes de hace miles de años. La tecnología es una palabra moderna y es el resultado de la aplicación de la ciencia a las estructuras técnicas, pero en la construcción como humanos intervienen utensilios, armas, y eso es lo que estudiamos: la técnica ancestral analizada a través de la tecnología moderna. Y ese estudio me interesa más que el de la evolución biológica.

Ha publicado hace poco un libro titulado El porvenir de la humanidad. Por tanto, para usted el futuro está garantizado.

(Sonríe). Tengo un principio y es el de la esperanza. Sin la esperanza los humanos no hubiéramos llegado a ningún sitio, aunque, todo sea dicho, viviremos tiempos difíciles y complejos. Para sobrevivir debemos cambiar de paradigma, los cambios son necesarios e imprescindibles si queremos evitar mucho sufrimiento. Ha sido así siempre, cuando hay un cambio social hay pérdidas demográficas. Toda revolución, todo conflicto, conlleva pérdidas humanas. Y ahora el hecho de metabolizar la revolución científico-tecnológica hará que mueran muchas personas.

¿Cómo conjuga el verbo colapsar?

Colapso es la palabra que indica que un sistema está desestructurado, que no da soluciones a los problemas de las personas, que está obsoleto. Piense en un edificio que colapsa, significa que se derrumba, pues eso aplicado a la sociedad sería algo parecido.

¿Colapsan las personas o las sociedades?

Las sociedades, porque están formadas por personas. Y probablemente, de forma consciente, el ser humano sea el único capaz de llegar a la autodestrucción. Así que falta una consciencia operativa que evite esta posibilidad.

¿Ser humanos nos lleva pues a la autodestrucción?

Ser humanos nos lleva a un elemento propio de la evolución que en casos puede ser autodestructiva. Quiero pensar que no llegaremos a ello, pretendo ser optimista, pero nunca en ciencia puedes decir que algo no puede ocurrir.

¿Qué significa ser humano?

Implica ser contradictorio, somos la contradicción de la propia evolución. Debemos volver al antropocentrismo en el sentido que somos los únicos que podemos aportar, como humanos, elementos para la conservación de la naturaleza, dando la vuelta al deterioro actual, que hemos provocado nosotros mismos.

¿Hablar de hominización a qué época nos remite?

Pues a hace cuatro o cinco millones de años.

Hominización y humanización son sinónimos?

No. Uno va sobre el otro. La humanización está formada por aquellas características y adquisiciones humanas que se han realizado por encima del gran eje biológico.

Hablemos de ciencia: ¿método científico y pensamiento científico se complementan?

Cierto. El método científico organiza la información y el pensamiento científico la interpreta.

En su campo, ¿qué no es ciencia?

Hacer filosofía, cosa tan importante como la ciencia, pero son dos cosas diferentes. De todas maneras, pienso que elucubrar también es importante, tiene que ver con la imaginación, es una forma de elaborar teorías.

Eudald Carbonell, en el yacimiento Els Clossos de Can Gaià,en Felanitx. MANU MIELNIEZUK

¿Dónde ponemos la intuición en el proceso científico?

Si no hay imaginación, si no hay capacidad de pensamiento utópico, si no hay quimeras, muy difícilmente existirán vías para llegar al conocimiento. El olfato es muy importante en ciencia. He tenido muchos alumnos y muy pronto podía intuir quiénes tenían olfato y quiénes no. No es un tema de ser más o menos inteligentes, se trata de otra cosa, de la intuición como científicos.

Y el azar, ¿dónde lo situamos?

(Sonríe). El azar es un tema de probabilidad difícilmente contrastable. Las cosas no pasan por azar, el problema es que el azar está siempre presente. Parece contradictorio, pero no lo es.

¿En qué época le hubiera gustado vivir?

Me gustaría vivir dentro de tres mil años. Como broma diré que me gustaría poder estar durante cinco minutos en el bar de La guerra de las galaxias para poder convivir con la diversidad, pues ese concepto me seduce mucho. La diversidad es riqueza.

¿Y dónde ponemos la globalización?

Quizás sea el invento ideológico más nocivo que ha creado el ser humano y pone en peligro el futuro de nuestra especie. Debemos cambiar hacia la planetización que incluye mantener la riqueza que implica la diversificación. Uniformar es terrible.

¿Cómo influye la tecnología sobre la selección natural?

La tecnología forma parte de la selección cultural, que es hija de la natural. Me gusta el concepto de selección técnica, que es lo que hace que si te encuentras enfermo puedas sanar a través de unas hierbas o de un medicamento o de un ingreso hospitalario. La selección técnica ha de permitir darle la vuelta a la presión selectiva.

En algunos de sus libros pone sobre la mesa el concepto de consciencia. ¿De qué estamos hablando?

En ningún modo de inteligencia, sino de las consecuencias que tiene la socialización de la inteligencia. No somos sociables por ser humanos, lo somos por naturaleza y somos humanos porque aceptamos la socialización como forma de adaptarnos.

Antonio Damasio habla del «error de Descartes». ¿Qué opina del «Pienso, luego existo»?

Desde mi perspectiva como científico, el cartesianismo ha sido fundamental, incluso en los trabajos de campo. No puedo estar de acuerdo con Damasio o con quien cuestiona el cartesianismo.

Es obligado referirnos a Atapuerca. ¿Qué ha significado para usted el yacimiento?

Citaré una frase que me gusta repetir: «No saldré de esta excavación si no es con los pies por delante». Con ella quiero decir que en Atapuerca ha estado mi vida y lo seguirá estando.

Homo Sàpiens, Homo antecessor, Neandertales... ¿De dónde venimos realmente?

No lo sabemos. Informaciones recientes sobre ADN nos indican que los humanos somos una red. En este campo nos damos cuenta que no tenemos la respuesta para todo. No sabemos nada sobre el origen de la vida, por ejemplo.

Y de cara el futuro, ¿cómo seremos como especie?

Seremos varias especies de humanos, tal como lo fuimos hace cuarenta mil años; esa es mi teoría. La inteligencia artificial se hibridará con la inteligencia natural, la humanización cambiará, cosa que no tiene por qué ser mala. El gran combate es cómo utilizar la entropía, el desorden, para corregir el propio desorden.

¿Y dónde situamos el coronavirus?

Ha hecho bien y mal y, sobre todo, nos ha puesto un espejo delante. No hemos sabido aprender casi nada de lo ocurrido. No hemos rectificado, pues no estamos acostumbrados a hacerlo. No somos autocríticos, grave error que acabaremos pagando caro.

El feminismo o, mejor, el papel de la mujer, es uno de los temas que aborda en su último libro.

Históricamente hemos hecho las cosas muy mal en este campo. Pienso mucho en la feminización de la especie, ya que si funcionáramos independientemente del sexo, seríamos una especie mejor adaptada. El sexo nos ha condicionado, como también lo ha hecho el saber que vamos a morir. Piense que la vida no tendría ningún sentido si no estuviera la muerte.

¿Es creyente?

No, por ahora. De momento soy pensante, que quiere decir intentar comprender lo que estoy haciendo en cada momento de mi vida.

¿Con quién prefiere no discutir estos temas?

Con un ignorante.

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