«Conozco casos de chicas que se han espantado en su primera experiencia sexual porque se han encontrado con chavales que les tiraban del pelo o las intentaban asfixiar copiando lo que han visto en vídeos porno en internet. El porno ha existido siempre, pero ahora muestra una agresividad hacia la mujer inusitada. Se están maleducando sexualmente con estas imágenes, que son su único referente. Los adolescentes están confusos, nerviosos, tienen dudas sobre cómo hay que actuar, pero si no tienen suficiente confianza con sus padres para preguntar, aquellos que carezcan de un poco de sentido común se pensarán que eso es lo que hay que hacer. Es más grave de lo que creemos», advierte Rocío Madrid.

Ante la «gran incultura sexual» existente, no solo en los jóvenes, también entre adultos, la popular actriz y presentadora de televisión anima a «divertirse y aprender» con Los monólogos de la vagina, que estará este viernes y sábado en el Auditorium de Palma. «Es obligatorio que vengan hombres y sobre todo adolescentes, chicos y chicas. Los colegios no se atreven a traerles a este tipo de funciones y es lo que tendrían que hacer porque aquí resuelven dudas que no explican en ninguna asignatura», destaca la protagonista con Olga Hueso y Albanta San Román.

Las tres protagonistas de 'Los monólogos de la vagina'

La primera versión de la representación de Eve Ensler fue en 1996, basada en el exitoso libro del mismo nombre escrito por esta autora feminista, y desde entonces la obra de teatro ha subido a escenarios de todo el mundo. La adaptación que viene a Mallorca está firmada por Edu Pericàs y, tal como afirma Rocío Madrid, «hubiese sido fantástico que el cambio fuera sustancial porque eso querría decir que se ha avanzado mucho en estas tres décadas, pero desgraciadamente hay muchos temas que continúan vigentes», lamenta.

Comedia con mensaje

La función es básicamente una comedia, aunque los mensajes entre líneas están muy presentes. De todos modos, remarca que en absoluto se ríen de los hombres. «Hay saturación de monólogos sobre la guerra de los sexos. Todo en la vida tiene su momento y tal vez fueron graciosos hace 15 o 20 años, pero ya no tienen sentido y no aportan nada nuevo. El teatro tiene el deber de plantar semillas más allá de hacer reír, de remover, que es lo que hace sobre todo la última parte de la obra».

La actriz se refiere al giro final en el que ella y sus compañeras de reparto se ponen serias con datos reales sobre violencia de género. «Tristemente es muy necesario explicarlo, aunque si se pudiese eliminar esta parte seríamos las mujeres más felices del mundo porque significaría que este tipo de violencia ha desaparecido». Rocío Madrid incide en que el único camino para lograrlo es la educación desde la infancia. «Los colegios tendrían que impartir educación emocional, que es tan importante como cualquier otra asignatura, y educación sexual en la adolescencia». Por ahora están Los monólogos de la vagina.