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Mallorca y Cuba fusionan el arte de la improvisación en el Glosa Fest

Tomasita Quiala, la mejor repentista del mundo, y Luis Paz 'Papillo' recitaron una controversia sobre la vida y la muerte, tema elegido por el público. Los glosadores mallorquines precedieron a los cubanos y el clímax llegó con la unión de todos

Los glosadores mallorquines tras la primera parte del espectáculo DM

«Mallorca y Cuba se vinieron a juntar y consiguieron llenar el Auditorium de Palma», resumió Tomasita Quiala al compás de los aplausos de la platea, a rebosar este domingo en el Glosa Fest. «Son pasos de la misma vía bendita, que nos invita a soñar, islas rodeadas de mar y llenas de poesía», añadió Luis Paz, Papillo, que agradeció «la glosa mallorquina desde el fondo del alma y los autobuses que con sus luces encendieron el Auditorium de Palma».

Lo dijo en referencia al millar de personas que llegaron en buses gratuitos procedentes de la mayoría de los pueblos. Asistieron a la primera edición del festival organizado por la asociación de Glosadors de Mallorca, que contó con la mejor improvisadora del mundo y el también «imbatible» repentista (como les llaman en Cuba), que recitaron una controversia (una de las modalidades de este tipo de poesía espontánea).

Pidieron a los espectadores que eligiesen un tema y desde las butacas empezaron a proponer «vida», «muerte», «libertad» y otros, por lo que Tomasita optó por los dos primeros y solicitó de nuevo al público que escogiese quién defendía qué. A él le tocó la vida y a ella la muerte, que «es una señora de guadaña y cara triste que dice al que la viese: para ti llegó la hora».

Numeroso público se levantó a aplaudir entusiasmado. | DM

Pero como añadió Papillo, «menos mal que la vida entra en el vientre enseguida y anuncia otro nacimiento», dijo quien «en un ambiente de fiesta y con la sangre encendida, si acaso no hay otra vida, prefiero vivir esta», en respuesta a uno de los versos de Tomasita Quiala.

Antes de que subiese a escena la estrella del espectáculo, siete trovadores mallorquines fueron los primeros en mostrar el arte de la improvisación con sus glosas, cada vez más agudas a medida que iban calentando las palabras y animándose mutuamente con sus puyas. Los especialistas en el lenguaje mordaz rimado fueron Mateu Xurí acompañado por su mujer, Maribel Servera, y el trío formado por Macià Ferrer, Cati Eva Canyelles y Pau Riera.

Como afirmó Felip Munar, presentador del evento e impulsor junto a Xurí y Joan Bauzà, los improvisadores de ambas islas, la mediterránea y la caribeña, consiguieron crear «una de aquellas veladas que no querrías perderte nunca». Al final llegó el clímax, cuando todos ellos se unieron en el escenario para seguir haciendo «magia en un día de historia para nuestra poesía», en palabras de Mateu Xurí.

El sonador Murguita, Luis Paz 'Papillo' y Tomasita Quiala. | DM

El lingüista y divulgador de la cultura popular mallorquina, el colaborador de este diario Felip Munar, explica que en 1990 solo había tres glosadores en la isla, cuando se creía que la tradición estaba prácticamente muerta. Eran Ramon Socias, Joan Planisi y Rafel Roig. Pero a partir de 2003 se sumaron glosadores jóvenes a través de una serie de talleres que se organizaron y en 2010 se creó la asociación cultural Glosadors de Mallorca, formada por quienes sabían improvisar.

Poco a poco fue creciendo y en la actualidad hay hasta 40 glosadores, de los que seis son mujeres, un hecho insólito hasta ahora. Felip Munar apostó por «poner de moda» el glosat para su supervivencia y se ha logrado gracias a la «ilusión, perseverancia y capacidad de superación», tal como remarcó ayer en la presentación del Glosa Fest. Reivindica esta oralidad cantada como patrimonio inmaterial, una poesía improvisada en la que el ingenio y el factor sorpresa son los dos grandes alicientes, según se demostró en el Auditorium.

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