En una mano una copa y en la otra, una panada; la vista puesta en un cuadro, escultura, instalación o vídeo, y el oído entregado a la tertulia, entre amigos o familiares. Así han vivido este sábado el Palma Art Brunch la mayoría de amantes del arte contemporáneo que han decidido adentrarse en alguna de las 26 exposiciones programadas para una edición que ha estado marcada por el ritmo pausado de las visitas, el tiempo soleado, casi estival, y una reseñable presencia de turistas extranjeros.

Como también sucede en las otras dos fiestas artísticas del calendario, el Palma Summer y la Nit de l’Art, el Art Brunch ha ido de menos a más en cuanto a número de visitantes se refiere. Flojo al principio y mucho más concurrido a la hora de la sobremesa. De los trece espacios expositivos abiertos, la Horrach Moyà, Pelaires y Pep Llabrés han sido algunos de los que más afluencia de público han recibido. Precisamente en esta primera galería ha tenido lugar el ‘sus’, con un emotivo homenaje al fallecido Juan Antonio Horrach Moyà. Ha tenido lugar en la que fue su casa, en la galería de la calle Catalunya, temprano, a las 10.00, una hora antes de que empezara la fiesta, que se ha desarrollado entre las 11 y las 14 horas.

Público familiar

El público familiar ha sido protagonista, al igual que los turistas extranjeros, a pesar de que algunos desconocían la celebración de esta fiesta. «Quizá se le podría dar una mayor publicidad, con carteles o banderas publicitarias, pero eso es un tema de presupuesto. Estaría bien que las instituciones nos ayudaran más, porque con el Palma Art Brunch ponemos a esta ciudad en un nivel cultural más que alto», ha subrayado el galerista Pep Llabrés. «Ojalá vuelvan a visitarnos tantas personas como en años anteriores, porque desde la pandemia todo ha cambiado y cuesta acercar a la gente a las galerías. Deberíamos potenciar más a la juventud y los colegios», ha añadido Llabrés, en todo momento pendiente de Aina Albo Puigserver, que ha presentado nuevas obras bajo el título Com un temple infinit, exposición con la que indaga en la naturaleza de las emociones humanas. «En un día como hoy la gente se siente cómoda y siempre hay algunos que se acercan para pedir alguna explicación sobre mi trabajo», ha confesado la artista, «ilusionada y esperanzada» con el Brunch.

Aina Albo Puigserver, protagonista en Pep Llabrés

Balance del camino recorrido y mirada puesta en el futuro

Entre los galeristas ha primado el optimismo, sobre todo por el camino recorrido. «Siento algo similar a cuando la Nit de l’Art llegó a los 25 años. Hoy cumplimos 18, y recuerdo que cuando empezamos Palma estaba prácticamente cerrada los sábados por la mañana. Había que fer ciutat», ha rememorado Xavier Fiol, quien también ha dejado caer alguna reclamación: «Estaría bien una presencia internacional más directa, se podría invitar a medio centenar de coleccionistas potentes, pero eso entra en la carta a los Reyes Magos».

Tres mujeres, cada una con su estilo, con su lenguaje artístico, Claudia Peña Salinas, Jorinde Voigt y Leonor Serrano Rivas, se han erigido en protagonistas en Pelaires. «La versatilidad es clave», ha afirmado Frederic Pinya, otro galerista con la mirada puesta en el futuro: «Llevamos muchos años luchando, y tenemos un tejido galerístico que hay que aprovechar. La cultura tiene que ser vista como una industria. La endogamia es nuestro peor enemigo. Queda un trabajo muy largo por hacer».

Aba Art Lab exhibe obra de Pedro Oliver

La Baró, galería que, situada en los márgenes del recorrido, ha abierto sus puertas al arte de Elias Crespin y Fernando Renes, este último con una muestra que incluía piezas dedicadas a «todos los amantes» y también «a los desertores»; Fran Reus, con tres proyectos individuales; y L21, con Edu Carrillo, también se han llenado de amantes del arte contemporáneo.