El tenor mallorquín Joan Laínez está volcado en estudiar repertorios, ya que encadena un proyecto tras otro. Acaba de volver de Italia, donde ha ofrecido dos recitales, y a finales de mes actuará en Salzburgo, como ganador del concurso Grandi Voci, al que se presentaron más de 400 cantantes. 

«Yo diría que estoy comenzando. Estoy mostrando mi calidad vocal, mi trabajo», afirma el tenor sobre los diferentes recitales y concursos en los que ha participado y ganado. «Mi aspiración es cantar. La idea de poder hacer producciones y cantar ópera es lo que más me interesa. ¿Dónde? Donde sea, en sitios donde se pueda disfrutar de una buena orquesta», añade Laínez, quien es consciente de que actuar en los grandes teatros es muy difícil.

Esta pasada semana actuó en Italia, en Mola di Bari, en el Palazzo de Pesce, donde ya había cantado el año pasado, también tras haber ganado un premio. En esta ocasión, fue invitado por la organización. Y también cantó en el concurso lírico Jole di Maria, en pleno centro de Nápoles. En ambas ocasiones estuvo acompañado por la pianista Maria Victòria Cortés, con un programa en el que interpretaron obras de Samper, Parera Fons, Verdi y Puccini entre otros.

Hace dos semanas ganó Grandi Voci, en Austria, y el 31 de este mes tiene el concierto de ganadores del concurso. En julio volverá para interpretar Cavalleria rusticana y Pagliacci y un par de recitales con orquesta. 

Más citas con el público

Pero los compromisos profesionales son más. El próximo 14 de abril, en el Auditori de Porreres, ofrecerá el mismo recital que dio en Nápoles; en mayo tiene papeles protagonistas en dos zarzuelas, una en Palma y otra en Ciudad Real, y ya estará con los ensayos de la ópera La Traviata, programada en el Teatre Principal de Palma para junio y en la que el mallorquín será Gastone. Por ello, ahora mismo su única actividad es «estudiar, estudiar y estudiar repertorio», comenta el exdirector de Mallorca Gay Men's Chorus.

El tenor afirma sentirse más cómodo cantando óperas veristas, por el tipo de voz que demandan estas obras, en las que se requiere cierta resistencia para las notas agudas. El repertorio del verismo «cuenta historias de calle, no son de grandes príncipes ni princesas. Cavalleria rusticana trata de la vida de gente de un pueblecito, los amores y problemas. Pagliacci es la historia de unos artistas que van por los pueblos... Son cosas muy cercanas», explica Laínez.