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Obituario

Muere Wayne Shorter, la voz del misterio

El saxofonista y compositor, uno de los faros del jazz moderno, fallece a los 89 años

Wayne Shorter, en un concierto en Barcelona en 2014. Ferran Sendra

“¿Cómo ensayaremos el mañana? ¿Cómo nos enfrentaremos a lo desconocido sin una fórmula, sin guión?”, se preguntaba Wayne Shorter durante una entrevista con este diario en 2014. “Hay que atreverse a ser vulnerable”. No se refería solo a la música. Hablaba sobre cómo vivir. Tenía 81 años, estaba descubriendo la astrofísica y auguraba que si ciencia y arte se daban la mano asistiríamos a “un tsunami de ideas” que cambiaría nuestra forma de pensar. Y Wayne Shorter, saxo tenor y soprano, compositor y una de las brújulas del jazz del último medio siglo, vivió mirando siempre hacia adelante. Murió el jueves en Los Ángeles a los 89, dejando uno de los legados más imponentes del jazz moderno. 

Compositor mayúsculo, improvisador inconfundible, miembro de uno de los grupos más influyentes de todos los tiempos, pionero del jazz rock y referente para varias generaciones de músicos, Wayne Shorter fue un innovador. Nacido en Newark, Nueva Jersey, donde se crió junto a su hermano Alan, trompetista, Wayne despuntó a principios de los 60 como saxofonista y compositor en los Jazz Messengers de Art Blakey. De allí se lo llevó Miles Davis para completar un grupo capital, el quinteto con Herbie Hancock, Ron Carter y Tony Williams que entre 1964 y 1969 marcó el futuro del jazz. En el Miles Davis Quintet, fue el arquitecto sonoro y el compositor más brillante. Shorter compuso algunas de las piezas más perdurables del jazz de los últimos 50 años, en especial las que grabó durante los años 60 en discos para el sello Blue Note - 'Speak no evil', 'The all seeing eye'-. Intrigantes, llenas de misterio, muchas de las composiciones de Shorter entraron para quedarse en el repertorio del jazz y son hoy estándares, como 'Footprints', 'Juju' o 'Adam’s apple'. Fue el último en conseguir algo así.

Con su siguiente gran proyecto Shorter llegó a un público aún más amplio. Junto al teclista austríaco Josef Zawinul, con el que coincidió trabajando con Miles Davis, en 1971 puso en marcha Weather Report, que llevó la fusión del jazz con el rock y otras músicas a los grandes estadios. Durante 15 años la banda giró el mundo entero -en una visita a Barcelona Shorter se inspiró para escribir la elocuente 'Plaza Real'- y grabó discos que se colaron incluso en las listas de éxitos. Tras la disolución de Weather Report, Shorter retomó su carrera en solitario con discos en los que exploraba sonidos electrónicos pero que no tuvieron ni el reconocimiento crítico ni el eco de sus anteriores projectos. 

Interesado en lo que ocurría más allá del jazz, colaboró con Steely Dan, Joni Mitchell o Milton Nascimento, con quien en 1974 grabó 'Native dancer'. Fue un audaz acercamiento a la música brasileña, que descubrió a través de su segunda esposa, nacida en Portugal y criada en Angola. La vida de Shorter sufrió trágicas sacudidas. En 1985 murió su hija de 14 años. Shorter encontró refugió en el budismo, que marcó su forma de ver el mundo en adelante. Y en 1996, su esposa y su sobrina fallecieron en un accidente aéreo. 

Al poco tiempo grabó un disco a dúo con Herbie Hancock, '1+1' que supuso un punto de inflexión y su vuelta a la música en acústico. Su renacimiento artístico fue uno de los más sonados del jazz: en 2000, cerca ya de cumplir 70 años, armó un cuarteto con el pianista Danilo Pérez, el batería Brian Blade y el contrabajista John Pattitucci que volvió a marcar el paso del jazz de su tiempo y acabó por ser el grupo más longevo de su carrera. En disco, pero especialmente en directo, eran electrizantes: Shorter proponía ideas mínimas, casi haikus, y la banda las llevaba a territorios desconocidos. Fascinado desde pequeño por la ciencia ficción y la cultura pop -se ganó el apodo de Mr. Weird (“el Sr. raro”), que lució con orgullo-, al final de su carrera se embarcó en proyectos de una ambición enorme. En 2018 publicó “Emanon”, un triple disco en el que participa una orquesta y que venía acompañado de un cómic dibujado por él mismo. Y aún más: con la cantante y contrabajista esperanza spalding escribió una ópera, “Iphigenia”, que se estrenó en 2021. Su curiosidad no tuvo límites. “Creo que nacemos con una especie de mandato que nos arrebatan nada más nacer”, dijo en 2014, días antes del que sería un memorable concierto en l’Auditori de Barcelona. “Pero como las tortugas que llegan al mar al nacer, algunos de nosotros conseguimos sumergirnos en el océano de exploración que es la vida”.

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