Una vez le preguntaron: «¿Qué es lo que más le gusta hacer?» Y Cristina Macaya respondió: «A mí lo que más me gusta es vivir». Fue poco antes de que le detectasen el cáncer que el pasado jueves acabó con su vida en su casa de Establiments. Los calificativos para definirla han sido muchos, como la anfitriona o la reina del verano en Mallorca, pero sobre todo «fue una persona muy profunda, cercana y de gran corazón», como dijo emocionado Tomeu Català, el presidente de Projecte Home, tras conocer su fallecimiento. El velatorio tendrá lugar hoy a partir de las 16 horas en el tanatorio de Son Valentí, en Palma, y el entierro se celebrará en la intimidad, probablemente oficiado por Català, a quien le unía una gran amistad.

Cristina López-Mancisidor Gordillo (Madrid, 1945), viuda de Javier Macaya, tuvo cuatro hijos y 17 nietos, y durante muchos años fue conocida por ser la pareja de Plácido Arango, el propietario de la cadena de restaurantes VIPS, un habitual de Formentor. Pero ella se labró un nombre propio en Mallorca, donde se asentó hace más de dos décadas en la finca de Es Canyar. Allí fue la anfitriona de personajes tan ilustres como el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton, el escritor Carlos Fuentes, el diseñador Valentino, los duques de Kent, los príncipes de Mónaco, la actriz Gwyneth Paltrow, el cantante Van Morrison y un largo etcétera.

Una de sus últimas apariciones públicas fue en noviembre de 2021, cuando acompañó a otro amigo, el actor Michael Douglas, a la galería Horrach Moyà a una exposición fotográfica. Ya estaba enferma y había sido operada en varias ocasiones, aunque según destacó Català, lo sobrellevaba «con una gran fortaleza física y psicológica». Apasionada de las artes, frecuentaba las galerías de Ciutat, no faltaba a las colectivas estivales organizadas por Pep Pinya y fue patrona de la Fundación Yannick y Ben Jakober, a los que también estaba unida.

PEDRO P. ALONSO

Además, su vertiente altruista es muy destacada por quienes la conocieron, ya que «ayudaba a personas e instituciones que lo necesitasen, fuesen de un grupo u otro, sin importarle cuál. Si veía que podía echar una mano, ya fuera de forma directa o a través de amigos, lo hacía», como afirmó el presidente de Projecte Home, donde colaboró continuamente. Català también recordó que en la Cruz Roja, donde trabajó durante más de una década, creó el Sorteo de Oro. En 2006 fue reconocida con el premio Women Together de Naciones Unidas por su trabajo para mejorar las condiciones de vida de mujeres encarceladas con sus hijos, ya que contribuyó a la construcción de una unidad de madres en prisión.