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Música

Joseph O'Connor: "Un grupo de pop es como una familia disfuncional"

El premiado escritor irlandés, hermano de Sinéad O'Connor, transforma la banda sonora de su juventud en una novela, 'Reyes vagabundos', que relata el auge y la caída de una banda de rock

El escritor irlandés Joseph O’Connor, autor de ’Reyes vagabundos’.

En la novela ‘Reyes vagabundos’ (Impedimenta), el laureado escritor irlandés Joseph O’Connor (Dublin, 1963) relata cómo nace y muere un grupo de rock (los ficticios Ships in the Night) en el marco de la vibrante escena pop británica de los años 80. El libro (cuyo título original, 'The thrill of it all', está sacado de una canción de Roxy Music) combina humor y drama para brindar un conmovedor retrato del poder de los sueños juveniles y la destrucción que a menudo traen consigo. El autor sabe mucho, y de primera mano, sobre música pop. También sobre familias disfuncionales: es hermano de la cantante Sinéad O’Connor, aunque cualquier cuestión sobre este parentesco queda expresamente vetada en la entrevista por vía Zoom que atiende desde Oxford.  

Las novelas sobre grupos o artistas de rock and roll no ocupan un lugar muy destacado en el canon literario…

[Ríe] Es cierto. Yo mismo no recuerdo haber leído ningún libro sobre un grupo de pop de ficción que me gustara especialmente, aunque seguro que los hay buenos. Admiro las novelas de Nick Hornby, pero él escribe sobre la experiencia del fan de la música. Y, por supuesto, he leído muchos libros de memorias de músicos, que es un género que me encanta.

¿Por qué entonces decidió inventarse un grupo [los Ships in the Night] y escribir una novela sobre él?

Yo soy un escritor de ficción. Y sucede que a veces no eliges tú el tema de tus libros, sino que es el tema el que te elige a ti. En determinado momento, se te instala una idea en la cabeza y no te suelta y no te permite escribir sobre nada más. A mí me ocurrió algo así. Y todo por culpa de un libro de John Lennon que guardo desde que tenía unos 10 años.

¿Puede explicarme esa historia?

Cuando tenía esa edad iba algunos fines de semana a un sitio muy guay en Dublín que se llamaba Dandelion Market, donde vendían ropa, discos y libros de segunda mano. Un día compré allí el libro ‘Lennon recuerda’, que contenía la transcripción de dos largas entrevistas que John Lennon concedió a ‘Rolling Stone’ poco después de la ruptura de los Beatles. Y leerlo fue una gran conmoción, porque en la voz de Lennon había una mezcla de ternura, arrepentimiento, ira, amargura e incluso odio hacia sus antiguos compañeros de grupo. Cuando yo era un niño, pensaba, como todo el mundo, que estar en los Beatles era la mejor cosa que te podía pasar. Y, de repente, alguien que estaba allí me decía que no era así. Que un grupo es un lugar en el que se dan cita la ambición, la diversión y los sueños juveniles, pero donde también se desarrollan grandes dramas y terribles decepciones. Es como una familia disfuncional. Y esa idea me estuvo obsesionando durante años hasta que no tuve más remedio que dedicarle una novela.

"El amor, la amistad y los sueños juveniles, esas son las razones por las que la gente monta bandas de rock and roll"

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El motor de muchos de los mejores grupos es una historia de amor. Los Beatles son un ejemplo. Los Ships in the Night, también, ¿no?

Claro. El protagonista, Robbie Goulding, está convencido de que en la banda hay tres grandes músicos, uno de los cuales [Fran Mulvey] es un genio, y luego está él, algo así como un impostor. Y lo que descubre a lo largo del libro es que los otros no lo ven así. Fran le dice: “Los Ships eran Robbie Goulding y tres admiradores suyos”. Aunque a Rob le haya pasado inadvertido, esa admiración, que en realidad es amor, es lo que ha hecho funcionar al grupo. El amor, la amistad y los sueños juveniles, esas son las razones por las que la gente monta bandas de rock and roll.

Y luego la vida real se impone…

Sí, así es. Pero a mi juicio la mejor frase de siempre es ese verso de los Undertones que [el disc-jockey y radiofonista] John Peel hizo grabar en su lápida: “Los sueños juveniles son difíciles de batir”. Esa hermosa inocencia y rebeldía de la juventud es justamente lo que el libro pretende celebrar.

El libro también enseña que el precio de esos sueños es la decepción.

La gran tragedia que les ocurre a los Ships es que sus sueños se convierten en realidad. ¡Id con cuidado con lo que deseáis! Creo que tal vez habrían sido más felices si no hubieran triunfado. Hay una entrevista muy bonita en Youtube con el gran Wilko Johnson, guitarrista de Dr. Feelgood, que explica mejor lo que intento decir. Dr. Feelgood procedían de una pequeña ciudad de Essex llamada Canvey Island, un lugar bastante duro. Así que cuando se juntaron, se propusieron llegar a ser el mejor grupo de Canvey Island. Una ambición modesta, como ves. Un día hicieron una actuación en Londres; no fue demasiado bien, pero, en fin, habían conseguido actuar en Londres. Condujeron toda la noche de vuelta a Essex y, cuando cruzaron el puente hacia Canvey Island, pararon para fumar un pitillo y Wilko le dijo a Lee Brilleux [cantante de Dr. Feelgood]: “¿No es estupendo? El año que viene tal vez ya seremos la mejor banda de Essex”. La belleza de ese momento me parece algo bastante insuperable. Supongo que mi novela trata de explicar cómo casi siempre el momento de anhelar algo es más placentero y satisfactorio que la realidad de conseguirlo.

"La novela trata de explicar cómo el momento de anhelar algo es más placentero y satisfactorio que la realidad de conseguirlo"

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El libro está poblado de figuras de la escena musical de los años 80 que actúan como secundarios. ¿Tenía algún músico real en mente cuando creó a los componentes de los Ships in the Night?

Me esforcé por montar un grupo que no se pareciera a ningún otro de la época. Pero, por supuesto, hay ecos. No es posible escribir una novela con un personaje como Fran Mulvey, un cantante con vocación teatral al que le encanta cambiar de imagen, sin evocar de alguna manera a David Bowie. Es inevitable. Igual que si te inventas un personaje de un poeta irlandés de principios del siglo XX vas a arrastrar ecos de Yeats, quieras o no.

De todos modos, con su desacomplejada mezcla de géneros y de estilismos, los Ships parecen el tipo de grupo que solo podía haber existido en los 80.

Cuando ves hoy programas de ‘Top of the Pops’ o de ‘The Tube’ de esa época, es asombroso lo divertida e interesante que era la música pop. Si lo piensas, es increíble que alguien como Kate Bush, una mujer que no tenía pinta de estrella pop ni se comportaba como tal y que hacía canciones que no seguían la estructura clásica de tres acordes, tuviera tanto éxito. O que un grupo como Depeche Mode pasara en muy pocos años de ser una ‘boy band’ para adolescentes a convertirse en una banda electrónica seria e interesante. Esa falta de prejuicios hacía que fuera una época muy excitante para la música. Y odio oírme decir eso, porque sueno como un abuelo aburrido diciendo que todo era mejor en su tiempo. ¡Pero es que sospecho que realmente es así!

En los 80, muchas estrellas del pop tenían una posición política clara. A juzgar por las pullas que dirige a Billy Bragg en un pasaje del libro, se diría que no es usted muy partidario de mezclar pop y política.

¡Adoro a Billy Bragg! Cuando yo tenía la edad de los personajes de la novela, él era como un santo para mí. San Guillermo. Lo admiro y me siento muy cercano a él, y tal vez por eso me he permitido un poco de inocente diversión a su costa. Dicho esto, creo que la música pop de los 80 propició grandes conquistas políticas y sociales. El movimiento político más exitoso que yo he conocido en Gran Bretaña e Irlanda fue la campaña antirracista que promovieron las bandas de Two Tone: The Selecter, The Specials, The Beat… Ellos consiguieron que ser racista dejara de parecer guay. En mis años de universidad, era algo habitual soltar comentarios racistas para hacer reír. Y esas bandas tuvieron el coraje de salir y decir que ese comportamiento era una basura, lo cual tuvo una gran importancia.

La última actuación de los Ships in the Night tiene lugar en Barcelona. ¿Por alguna razón en especial?

Me encanta Barcelona. Pasé todo un verano allí, hará como 30 años, y, aunque hacía un calor infernal, me impresionó mucho. La vida nocturna, el legado cultural, la lengua, el sentimiento identitario de la gente…, todo eso hace de Barcelona un lugar fascinante. Así que supongo que había una cuestión de afecto personal. Además, la borrachera más grande que he pillado en toda mi vida fue en Barcelona. Una noche, [el novelista irlandés] Colm Tóibín y yo salimos a tomar algo por ahí con un grupo de gente y nos despertamos a las once de la mañana del día siguiente en la playa en Sitges. ¡Aún a día de hoy no tengo ni idea de cómo llegamos allí!

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