Se inició en la fotografía de forma autodidacta, participando en los concursos que se convocaban cuando iba al colegio. Eso inspiró a Clàudia Ruipérez a ser la primera en su familia en coger una cámara profesional. Aunque su destino parecía estar marcado por el derecho y la administración de empresas, un revés de la vida la cruzó con el arte de plasmar iris. En su etapa viviendo en Alemania, probó la experiencia y le sorprendió lo "especial" y "diferente" que era su ojo. A partir de ese momento, no pudo borrar la imagen de su cabeza y, ante un posible finiquito por parte de la empresa en la que trabajaba, empezó a maquinar el concepto, pionero en Mallorca. "Necesitaba hacer algo por mí misma y, aunque no funcionara, que hubiera hecho todo lo posible por conseguirlo", sentencia la artista. 

Ruipérez estudió las cámaras que necesitaba para practicar la fotomacrografía o, en otras palabras, el arte de poder captar hasta las cosas más pequeñas gracias a lentes especiales, y montó ella misma todo el engranaje: una pequeña caja oscura que imita una lámpara de hendidura. Como en todos los inicios, estuvieron muy presentes sus amigos, a quienes utilizó de conejillos de Indias hasta llegar a dar con el entorno técnico idóneo para inaugurar Eyedentity en el corazón de Palma. 

La primera de este estilo en Mallorca

La propuesta es la primera de este estilo en la isla. Tras su éxito en Europa, se ha ido instalando poco a poco en las localidades españolas y, actualmente, vive su momento de mayor popularidad. La oftalmología asegura que todos tenemos los ojos azules, incluso bajo nuestro color natural de ojos. La primera persona con este color de ojos vio la luz del día hace 10.000 años y, en algunas culturas, se asoció con el diablo. Sin embargo, el tono se debe a la cantidad de melanina que se acumule en el cuerpo con el paso del tiempo. Para la artista, el azul es un color que le suele gustar a todo el mundo, pero ella tiene otras preferencias: "Para mí la revolución son los ojos marrones".  

Una de las obras de Eyedentity. Clàudia Ruipérez

Un 'souvenir' diferente

Un órgano que ya ha fascinado a familias, parejas y turistas, según cuenta la dueña del establecimiento. Algunos visitantes, optan por la fotografía de iris como recuerdo alternativo de su paso por la isla: se edita un montaje con sus imágenes oculares y una foto de sus vacaciones en Mallorca, que envía a su país de origen para que cuando aterricen les espere en casa un souvenir único. Entre los otros clientes que la contactan por redes sociales, también destaca familias que buscan crear un árbol genealógico con las fotografías y ver su herencia genética. 

La fotógrafa Clàudia Ruipérez posando con muestras de su trabajo. MANU MIELNIEZUK

Los mejores ojos son los marrones

En Eyedentity los clientes pueden hacerse con una copia de su ojo en lienzo, metacrilato, póster o, en cualquier caso, otra copia en papel de foto. Aunque puede ser que algunas de las parejas que acuden para compartir la experiencia y llevarse un montaje de sus dos ojos unidos prefieran llevarse dos copias. Según la fotógrafa, incluso los más escépticos salen satisfechos: “Ayer vino una persona que no creía en este proyecto y se la hizo por hacer. Descubrió que su ojo no era marrón y se emocionó. Los ojos son muy divertidos, tienen líneas y puntos. Al final salió encantado”.