Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Escritor
Entrevista

Melcior Comes: «Las amistades de infancia son verdaderas historias de amor total»

A partir de un hecho real y anecdótico, en 'El dia de la balena', el escritor retrocede a la Mallorca de décadas atrás para hablar de emociones y mentiras

El novelista Melcior Comes. Pau Cortina/ACN

Melcior Comes (sa Pobla, 1980) publica El dia de la balena (Univers), novela en la que se pone en la piel del joven Martí Suau durante un verano en el que aparece una ballena muerta en la playa. Él y su mejor amigo, Bibi, se mueven en un mundo de adultos que no llegan a comprender porque nadie se toma la molestia de explicarles la verdad.

¿Definiría ‘El dia de la balena’ como una historia de nostalgia? En este caso sentimental, de aquella edad en la que tu mejor amigo era todo tu mundo...

Sí, es una nostalgia más bien psicológica. Sí hay una añoranza de las amistades de infancia que son verdaderas historias de amor total y absoluto. A veces las historias de amor que vivimos cuando somos adultos, heterosexual u homosexual, no tienen el grado de intensidad que tenían estos lazos que sentíamos con nuestros amigos cuando teníamos 10 o 12 años.

¿Se ha servido de sus propios recuerdos de niño para escribir esta novela?

Sí, todo lo que he puesto son cosas reales. Lo de la ballena exactamente es una cosa que me había explicado mi padre. Fue el 16 de enero de 1976 cuando salió una ballena allí [en la playa] y era mi padre el que fue a verla. Siempre había oído hablar de eso. Y resulta que Miquel Àngel Llauger, el poeta, también fue a ver esta misma ballena con su padre y ahora está escribiendo un dietario donde aparece este episodio.

Pero esta ballena, a la que se refiere el título, es más que un animal muerto en la playa.

Sí, es a partir de ese día que las cosas empezaron a descomponerse. Había un determinado orden, que ya estaba en precario, y es la gota que colma el vaso. Muchas veces cuesta saber cuándo empiezan a cambiar las cosas. Cuando las cosas empiezan a cambiar un día muy concreto, siempre te acuerdas de ese día. Y eso es El dia de la balena.

El libro está protagonizado por un adolescente y su mejor amigo, pero a través de ellos descubrimos otras tramas y personajes.

Es una historia que se mueve en unidades familiares, de los dos chicos y todo lo que tiene relación con el trabajo de sus padres, el divorcio de los padres del protagonista, la manera cómo se va adaptando a la nueva situación, la manera cómo los padres del protagonista tampoco encaran las necesidades emocionales de este hijo y eso les hace vivir en un estado enrarecido, de negación, de mentira. Están viviendo en una mentira dentro de aquella casa, negándose a afrontar lo que les está pasando y eso incrementa más esta sensación de falsedad que rodea al protagonista y que le hará cometer trastadas, que originarán el problema básico que da fuerza a la historia.

El libro contiene referencias a los Pixies, al cine, a Tintín. ¿Son las suyas?

Son cosas de aquella época. Comenzábamos a escuchar música internacional, que corría entre nosotros en cintas que nos grabábamos unos a otros, prácticamente nadie tenía un disco original... Todos teníamos una discografía amplia, pero todo eran copias de copias. Había mucho intercambio de películas de vídeo, películas grabadas de la televisión, de terror, sesiones domésticas de cine que eran bastante demenciales, era la manera de consumir cultura audiovisual y musical a mediados de los 90. Y era curioso porque ya se hacía al margen de la cultura de masas. Había un mainstreaming que era lo que te daba la radio y la televisión, y por alguna razón, había una serie de cosas que corrían al margen de todo esto. Esta generación que tenemos entre 40 y 50 años nos acordamos de estos grupos de música, algunos continúan en activo, como los Pixies o Dinosaur Jr. Nos enseñaron a escuchar, a sentir la música y a sentir nuestras emociones y sentimientos de otra manera.

Cuando publicó ‘Tots els mecanismes’, su anterior novela, dijo que fue un reto, más compleja, muy extensa. ¿Qué reto ha asumido con ‘El dia de la balena’?

Básicamente escribir una novela en tercera persona, que no lo había hecho nunca, todas mis novelas eran en primera persona y en Tots els mecanismes tenía todas las personas del mundo... Hacer un relato entero con esta estructura clásica, poniéndome en la piel de un chico, creando una trama muy unitaria, que fuera casi como un guion cinematográfico, que tuviera un problema y las ramificaciones de este problema... Era el reto de hacer una novela breve, concentrada, contundente. Luego hay los retos psicológicos, morales...

¿Cuáles eran?

Ser capaz de recordar, de vivirlo, la manera especial en que nos educaron a toda esta generación respecto a cómo se educa hoy a los hijos: se habla más con ellos, se les hace explicar realmente cómo se sienten, cómo ven las cosas... A nosotros, nada de esto. Hay un contraste y una crítica manifiesta, aunque no sea frontal y directa, sobre la manera cómo se gestionaba toda la vertiente psicológica de los jóvenes, la soledad última a la que nos abocaba esta particular manera de criarnos y de no escucharnos y de no ver lo que nos estaba pasando. El reto para mí era enfrentarme a esto de una manera que no fuera vindicativa, que no fuera agria, de pasar cuentas, de explicar una historia y hacer reflexionar al lector a través de una atmósfera, de una intriga, hecha con elementos muy cotidianos.

Aparece el viejo Súbac. ¿Es un guiño a los lectores de sus anteriores novelas?

Sí, me gusta que todas las novelas se relacionen un poco y que un personaje que ha sido principal en una pueda salir como secundario en otra, o como extra...Quien haya leído otras novelas mías podrá ver que todas ellas hablan de lo mismo y se relacionan de manera sutil. Son juegos que hago conmigo mismo.

Compartir el artículo

stats