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Entrevista

Bartolomé Seguí: «Me dejó bastante tocado escuchar que los ‘boomers’ somos los nuevos cuñados»

«El aumento de mujeres en el sector del cómic ha contribuido a dignificarlo, están aportando temas que atraen a nuevas lectoras»

Bartolomé Seguí publica 'Boomers' | "No he querido hacer un manual para ‘boomers’, sino un retrato de mi generación"

Bartolomé Seguí publica 'Boomers' | "No he querido hacer un manual para ‘boomers’, sino un retrato de mi generación" Pere Joan Oliver

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Bartolomé Seguí publica 'Boomers' | "No he querido hacer un manual para ‘boomers’, sino un retrato de mi generación" Raquel Galán

Bartolomé Seguí, Premio Nacional de Cómic en 2009, publica Boomers, retrato de una generación desconcertada por el presente y que mira el futuro con incertidumbre. Hablará de ello el día 9 en Rata Corner y el 10 en Univers del Còmic.

¿Es un libro para boomers o para quienes quieran entender mejor a esta generación?

He querido hacer un retrato de mi generación, no un manual para boomers ni una biblia sobre nuestro comportamiento. Quería mostrar el momento en que nos encontramos quienes ya nos ha pasado media vida por encima, con preocupaciones como el sexo –que ya no es tanto–, los amigos que van cayendo, la jubilación, un futuro más incierto... Y mejor si también sirve para que la gente joven nos entienda un poco más.

Antes se decía «no estás en la onda» o «eres un pureta». Ahora usan boomer despectivamente. ¿Hay diferencias?

La diferencia es que éramos nosotros quienes antes decíamos esas frases y ahora las sufrimos. Con el libro me ha pasado lo que a las embarazadas, que solo ven embarazadas por todas partes. Llevo un tiempo en que solo oigo hablar de boomers y lo último que escuché me dejó bastante tocado: que somos los nuevos cuñados. Las nuevas generaciones nos ven así, como el abuelo cebolleta que sabe de todo, con ese puntito de nostalgia de otros tiempos. Sería un poco como Pérez-Reverte, el cuñado por excelencia. En el libro he intentado huir del esquema de la nostalgia pureta, la que piensa que ahora todo es horrible, y lo abordo desde el reconocimiento de que los tiempos cambian.

¿Como dice el personaje de Lola: «Los de ahora también son nuestros tiempos»?

Ella ofrece el contrapunto. No nos hemos muerto, continuamos aquí y tenemos muchas cosas que decir. Además, de algún modo, la responsabilidad de lo que ocurre también es nuestra.

Pero el protagonista reflexiona sobre si es posible «ser un apátrida temporal» y «perder la contemporaneidad».

Temía que todas las frases del inicio fuesen una paja mental, aunque a veces nos sentimos así o nos lo hacen sentir: que tal vez ya no es tu tiempo, como un fósil. No nos tienen muy en cuenta, no entendemos todos los códigos, los cambios sociales y tecnológicos nos cogen con el paso cambiado. Sin embargo, empiezo el cómic con una escena que casi parece ancestral, como fuera de lugar, pero es una imagen recurrente para mostrar que todos venimos del mismo lugar.

Boomers

Ernesto se lleva bien con Siri e incluso le hace bromas, pero a menudo las nuevas tecnologías son un grave problema.

Tanto el protagonista como yo somos del segmento más joven de la generación boomer. En cambio, quienes tienen 70 años o más lo suelen pasar mal teniendo que hacer todo por internet en vez de presencialmente y otras tantas novedades. Vengo de un mundo totalmente analógico y este es el primer libro que dibujo con una tableta digital, lo que ha sido un cambio de herramienta absoluto. Lo que más cuesta arriba se me ha hecho ha sido la promoción por redes sociales. A veces pienso: ¿estoy perdiendo el tiempo? A la gente le llega tanta información por internet que la inmediatez es también un olvido inmediato. Y en el caso de Siri, en parte la incluí para reflejar la incomunicación existente. Es más fácil hablar con máquinas y enviarnos audios de wasap que llamar por teléfono.

Muchos recuerdan a Lola y Ernesto con 30 años menos en las páginas de El Víbora. ¿Sentía que seguían existiendo, pese a no retomarlos hasta ahora?

Ellos y sus amigos fueron unos personajes con los que muchos jóvenes se sintieron identificados porque vivían las mismas cosas, iban a los bares de moda... Luego se terminó la serie y quedaron en el olvido, pero los dos pequeños retratos de Lola y Ernesto que hay en mi casa me dieron la idea para desarrollar Boomers. No quería contar la vida de Bartolomé Seguí, sino hacer algo más general. Me pareció divertido recuperarlos porque ahora tienen más o menos 60 años, como yo, y es una forma de explicarme a través de ellos.

Boomers

¿Fue difícil ponerles años?

Siempre me ha gustado que los personajes muestren una cierta evolución, como Pepe Carvalho [convertido en cómic por Seguí], no como Tintín, que no cambia. Lola tiene ahora el pelo blanco, otro se ha quedado sin un solo pelo en la cabeza y hay quien ha decidido ponerse bótox.

¿Piensa en cuando era joven, como el bonito epígrafe de Irene Vallejo?

Me quedé con la frase porque es verdad que nos gusta idealizar nuestra juventud y, a menudo, si la analizas fríamente, tal vez no fue tan fantástica. Simplemente es que éramos jóvenes y ya no.

¿Las referencias musicales a pie de página tienen un relato?

La música es muy evocadora y las piezas que cito tienen relación con determinados momentos de mi vida, pero las letras también han sido elegidas por su sentido dentro de la historia.

Pese a que le definen como «dibujante urbano», Boomers tiene bastante paisaje rural. ¿Le supone un gran cambio?

Siempre me ha costado mucho crear espacios naturales, estoy más cómodo con los escenarios urbanos, pero tenía curiosidad por probar y me lo he tomado como un reto. También me han costado las escenas de lluvia del principio, con un estilo diferente a lo que hago habitualmente. Para dibujar el recorrido que realiza Ernesto por Mallorca, en parte para reencontrarse con la isla de su infancia, hice fotos, aunque también hay recuerdos de sitios que frecuento y me gustan. No son escenarios que me salgan de manera natural.

¿La hija millennial abre la puerta a un nuevo libro?

Como yo también tengo una hija millennial, Gala Seguí, y se dedica al cine, le propondré que haga una película. Así el boomer lo habrá hecho en formato papel y la millennial, en audiovisual.

¿Cómo ve el auge del cómic?

Evidentemente tras este auge hay mucho manga y superhéroe, pero bienvenidos sean, ya que uno confía en que dichos lectores se acaben acercando a otro tipo de oferta. Además, las librerías ahora colocan los cómics en un lugar destacado en las estanterías, cuando antes eran publicaciones marginales. Esta dignificación se ha conseguido con la etiqueta de novela gráfica, el Premio Nacional de Cómic y otros factores, entre ellos el aumento significativo de mujeres en el sector que tiran con fuerza, como por ejemplo Ana Penyas [es la primera autora en ganar el Premio Nacional]. Están aportando temas diferentes que atraen a nuevas lectoras de cómic. Creo que durante mucho tiempo nos hemos estado mirando el ombligo y creando historias para nuestro público fiel, mientras nos olvidábamos de un público más genérico que también está ahí.

¿Qué tal las nuevas hornadas de ilustradores mallorquines?

Hay una cantera de jóvenes bastante importante y lo que me sorprende es su profesionalidad. Yo a su edad no la tenía.

Boomers

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