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«Entono un Hosanna, por llegar a mi edad haciendo lo que me gusta»

Joan Company (Sant Joan, 1954) no exterioriza su decepción tras haber sido apeado con 69 años de la dirección de la Coral Universitària de Balears, que ha ejercido durante 46 años. Se mantuvo un cuarto de siglo al frente de la Coral de la Orquesta Sinfónica de Galicia, seguirá de Mestre de Capella de la Seu.

Joan Company Bernardo Arzayus

Para que se haga cargo del tipo de entrevista: «¿Lo echan?».

¿A mí? No. Tengo la ventaja de ser funcionario de carrera, mi edad de jubilación fue hace cuatro años y el miércoles cumplí 69. Prefiero que la Coral empiece el próximo curso con un nuevo director.

¿Qué pieza musical describe su situación actual?

Soy del repertorio que hago en cada momento, ahora la Gran Misa en Do Menor de Mozart. Vitalmente empieza a tempo lento, y se remata con un Hosanna, que entono por llegar a mi edad haciendo lo que quiero.

¿Le han molestado las formas al despedirle?

No, porque sabía que esto llegaría algún día, son dos y dos. Lo tengo interiorizado y asumido, le daré todo mi apoyo a mi sucesor.

Elegirá a su sucesor, ¿ya sabe quién será?

No soy insustituible. En Mallorca hay más de una persona capacitada, y puede haber sorpresas procedentes de fuera de la isla.

Tal vez la Universitat confiaba en que usted diera el primer paso para dejarlo.

No he dado pasos adelante ni atrás. Disfruto de una prórroga anual desde que cumplí 65 años, y siempre me habían dicho que sí.

¿Cómo reaccionaron sus cantantes al anunciarles el martes que no continuaba?

Con caras de sorpresa, ojos abiertos, lágrimas y aplausos, después de haberme cantado el Happy Birthday por mi cumpleaños. Fue un momento muy emotivo, quise que lo supieran por mí antes de que se convocara el concurso.

¿El rector actual tiene poco oído musical?

No lo sé, en el poco tiempo que lleva no he podido evaluar si lo tiene. Ha venido a conciertos, pero no mantenemos una relación frecuente.

¿El rector Jaume Carot es el responsable de su abrupta salida?

No, la condición de funcionario ha de acabarse algún año, y prefiero que sea hoy. Se da la circunstancia de que él es rector.

Ningún alto cargo de Mallorca lleva 46 años en su puesto.

Me lo han dicho, debo ser una rara avis. Aparecí en el momento de creación de la Universitat, era un alumno de quinto curso de Filosofía y Letras en Son Malferit cuando empezó la aventura de la Coral.

¿Era usted muy caro?

No he robado nada a nadie. Soy un funcionario de carrera, al frente de una coral que ha cantado en los principales auditorios españoles y de las capitales europeas. Somos pareja de hecho de la Orquestra Simfònica. Tal vez no haya otro ejemplo como el nuestro.

Director musical es un trabajo de mucho ego.

No tengo un gran ego. El director no ha de ser un dictador, pero sí autoritario para hermanar los instrumentos o las voces.

¿La dirección de la Coral le ha dado poder?

Poder no tengo, pero a mi alrededor se han hecho muchas cosas. Cursos universitarios, fundé la Partitoteca y el Centro de Documentación Musical, he trabajado con autores mallorquines y hemos creado las filiales.

Me refería al poder social.

Tengo un cierto grado de conocimiento en el mundo social, porque algo he aportado. Hemos llegado a muchísima gente.

No se jubila, dirigirá la coral de la Catedral.

Soy el Mestre de la Capella de la Seu, un coro de cámara histórico. Me lo ofrecieron cuando había dejado Galicia, tras casi 25 años al frente de la Coral de la Orquesta Sinfónica.

¿Ha reconducido la problemática coral catedralicia?

Está bien pacificada, lo importante es que aprovechas el hecho religioso y el monumento de la Catedral. Estéticamente, es maravilloso encontrarme allí.

Se ha multiplicado el número de niños mallorquines que estudian un instrumento.

Estoy totalmente a favor, porque la electrónica es demasiado peligrosa, facilita la existencia cuando la música es una cuestión de disciplina, esfuerzo y sacrificio, virtudes que no están de moda. La vida no acompaña hoy, porque es complaciente y busca la simplicidad. Puede haber condiciones innatas, pero has de trabajar para tocar.

¿La música está tan polarizada como la política?

Por fortuna, no. En la música se tiene en cuenta el mérito, mientras que el avance en política no es por el valor de las personas. Es una actividad que me produce rechazo.

¿Qué música sonará el día de su despedida?

La despedida será en agosto en el Festival de Pollença, y cantaremos un Mendelssohn, el compositor que recuperó a mi idolatrado Bach. Será mi última obra.

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