Un pequeño marco de madera tallada originó la exposición The Immortal que el artista Alain Urrutia (Bilbao, 1978) inaugura este jueves, 26 de enero, en la Galería Pelaires. El pintor buscó y pintó la imagen, en este caso un cráneo, que podía encajar mejor en ese marco y ha hecho lo mismo con todas las piezas que ahora exhibe en Palma. La de Urrutia no es la única exposición que se inaugura en este espacio, también se presenta Tales of disorder, una muestra colectiva comisariada por Cristina Anglada.
«Lo que he hecho ha sido mirar mucho los marcos y encontrar qué imagen creía que habitaba dentro de cada uno», explica Urrutia sobre la muestra que hasta marzo se podrá contemplar en la planta noble de Pelaires. Por esa razón, en dos marcos iguales se pueden contemplar prácticamente la misma imagen, porque esa es la que el artista considera la mejor para ‘habitar’ esa pieza, y en un marco del siglo XIX, el más antiguo de la exposición, ha colocado la imagen más contemporánea.
The Immortal tiene diferentes capas, una de ellas es la elección de imágenes preexistentes que se reconstruyen, todas en blanco y negro, pero otra es la de darle una nueva vida a los marcos, muchos de ellos ya habían sido desechados y se han restaurado para esta exposición.
Entre los marcos recuperados, hay una excepción. Se trata de un marco nuevo, arrinconado en su estudio, que Urrutia veía cada día cuando jugaba al ajedrez. «Al final me di cuenta de que la imagen que está detrás de ese marco era la mía jugando al ajedrez. Lo que representé es una partida de ajedrez de 1851 que se llama La inmortal. Para mí es un cuadro histórico, no porque represente una partida de ajedrez histórica, sino porque cuando tú estás mirándolo hay una guerra. En la exposición hay retrato, paisaje y este sería el cuadro histórico. Me gustaría que la gente entendiera los cuadros de esa manera, porque hay un jaque mate en tres, me gusta esa idea...», explica el artista.
Al mismo tiempo, la planta baja de Pelaires reúne el trabajo de tres artistas, la austriaca Sarah Bechter, la portuguesa Inês Zenha y la argentina Mercedes Azpilicueta. «Las he reunido trabajando con un concepto que es el desorden, que unido a lo salvaje, de alguna manera quiere hablar de lo impredecible, de lo que está fuera de categorización, del caos primordial de la naturaleza y de cómo ellas lo trabajan desde la ficción y la narrativa», explica la comisaria Cristina Anglada.
Textil, papel, cerámica y pintura componen esta exposición en la que las cosas no son lo que parecen, remarca Anglada. «El desorden es explorado como una secreción de formas híbridas, fluidas, mezcladas, en continua metamorfosis», destacan desde la galería.