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Escritor
Entrevista

Manuel Avilés: «En ‘El gato tuerto’ cuestiono la vulneración del principio de igualdad»

El exdirector de la cárcel de Palma y actual escritor de éxito presenta su último libro el martes en el centro cultural Sa Nostra

Manuel Avilés con su nueva publicación. |

El conocido exdirector de la cárcel de Palma Manuel Avilés es escritor de ensayo y novela y colaborador habitual en varios medios de comunicación. Hasta su jubilación, fue funcionario del cuerpo especial de Instituciones Penitenciarias, subdirector de gestión del centro de Fontcalent, en Alicante, y director del centro penitenciario de Nanclares de la Oca, en Álava, entre otras funciones, además de responsable de la prisión palmesana. Ha impartido conferencias y cursos sobre criminalidad, terrorismo y gestión penitenciaria en universidades de todo el mundo. El martes presenta su último libro, El gato tuerto, en el centro cultural Sa Nostra.

¿En qué momento de la vida se encuentra actualmente?

Me dedico a escribir y a ir en moto, que es lo que me gusta. Me acuerdo de los Bribones Bikers mallorquines, con los que iba los sábados. Vivo en un momento digno del gran Cicerón: nec metu nec spe (No temo a nadie y no espero nada). Es lo más parecido a la felicidad.

Su nuevo libro trata sobre un caso judicial. ¿Qué le sedujo de esta historia real que se parece a tantas otras?

Es difícil responder a esta pregunta sin destripar el libro. La protagonista es una mujer excepcional que se casa con un negro cubano. Se puede decir negro y no pasa nada porque ahora los expertos maquillan el lenguaje y a mí no me meten en vereda. No es una novela romántica. Donde parece que todo es miel, vino y rosas, surge una gravísima situación. Solo escribo novela negra e histórica. El caso de El gato tuerto me ha llenado de tristeza. Vivimos en un régimen de libertad. Todo se puede criticar desde el respeto. Respeto la libertad y la ciencia jurídica de los jueces, pero no los creo infalibles. Mi modelo, aunque no le llegue ni a la alpargata escribiendo, es Emile Zola y el caso Dreyfus. Respeto no es sinónimo de servilismo ni de falta de espíritu crítico.

¿Qué tiene usted de distinto después de haber vivido experiencias tan duras?

En Mallorca dije un día que si buscaban que yo tratase a los presos como un expediente, que trajesen a otro. Todo el mundo me vio cesado y no pasó nada. Mercedes Gallizo es una mujer valiente y sensata. Era cuando en la cárcel de Palma organizaba conciertos con mi compadre El Cigala, con Raimundo Amador, veladas de boxeo y concentraciones de motos. También lo hice en otras cárceles, no se había hecho antes ni se ha vuelto a repetir. He sido siempre políticamente incorrecto y no cambiaré a la vejez.

Una pregunta incorrecta. ¿Usted se fue de Mallorca o le echaron?

Yo me habría quedado en Mallorca el resto de mi vida. No soy militante socialista ni me pienso apuntar, pero soy alérgico a la derecha y a la derechona. A finales de 2011 me empezaron a llegar noticias de los planes que tenía para las prisiones de las islas el señor que entonces presidía a los populares en Balears, que creo que ahora está en la cárcel por corrupción política. No sé si aquellos planes que me llegaban eran verdad o mentira, aunque eso me llevó a no entrar en ese juego. El 29 de diciembre de 2011 mandé mi carta de dimisión al recién nombrado como secretario general de prisiones, militante popular. Y eso fue todo. No me echaron, me fui.

El libro que acaba de publicar, El gato tuerto, ¿es un libro machista?

En absoluto. Tengo hija, hermanas, nietas, sobrinas, he tenido mujer y tengo al amor de mi vida cerca. ¿Cómo no voy a querer que la mujer sea bien tratada, respetada, valorada como el ser valiosísimo e imprescindible que es? Lo que cuestiono en El gato tuerto es la vulneración del principio de igualdad. Yo defiendo a la mujer hasta las últimas consecuencias: igual trato e iguales oportunidades en caso de conflicto, pero esta situación, me temo, no se produce. Antes de contestar a esta entrevista he leído que el Gobierno «impone una reducción de un 15% en la nota de las mujeres para acceder a la Guardia Civil, para incrementar su presencia». ¿Eso qué es? Vergonzoso.

La mujer ha estado oprimida durante siglos. Es una situación nefasta con la que hay que terminar a cualquier precio, pero no me vale seguir la ley del péndulo y que ahora el oprimido pueda ser el hombre. Todos iguales ante la ley. El martes en Sa Nostra me presentan dos grandes: Maria de la Pau Janer, profesora, escritora y Premio Planeta; y Pedro Horrach, mente jurídica brillante donde las haya.

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