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El desconocido Museo Bíblico de Mallorca

La Casa de la Iglesia en Palma reúne en una sala centenares de piezas arqueológicas, una momia egipcia y valiosos fragmentos de papiros

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El desconocido Museo Bíblico de Mallorca B. Ramon

El Museo Bíblico es un lugar desconocido por muchos y atípico. Para empezar, está situado en la última planta de la Casa de la Iglesia, en la calle Seminari de Palma, y solo se puede visitar concertando una cita. Escolares, catequistas e investigadores son quienes más lo frecuentan. El anuncio de que unos fragmentos de papiro egipcio pertenecientes al texto filosófico más antiguo de la humanidad se encuentran en este lugar ha despertado interés por conocerlo.

Este museo fue creado en 1913 por el obispo Pere Campins y el sacerdote, rector del seminario y arqueólogo mosén Bartomeu Pascual Marroig, quien participó en excavaciones arqueológicas y aportó muchas de las 750 piezas expuestas. «La gente de las escuelas, en vez de tenerse que al Museo Británico o a otro más lejano, tienen aquí una parte de Egipto y Mesopotamia, Roma... porque abarca todo el Próximo Oriente antiguo y está dedicado a la Biblia. Intentamos mostrarla a través de las piezas que hay aquí, de una manera más visual», explica el gerente de la Comisión del Museo Bíblico de Mallorca, Gerardo Jofre-Granda.

Pese a que esconde joyas arqueológicas, este museo pasa tan inadvertido que la noticia del hallazgo de los fragmentos de papiro egipcio de 4.000 años de antigüedad que hace unos días ocupó titulares de muchos medios ya se había lanzado sin ninguna repercusión hace unos años, confirma su gerente.

Esos fragmentos de papiro tan valiosos siguen expuestos en este museo, metidos en un cuadro colgado de una de sus paredes y protegidos por doble cristal, con el que, según González-Granda, pueden seguir así sin temer por su estado, a la espera de ver qué se hace con ellos. A él le preocupa más el sarcófago de la momia, también egipcia, que muchos años atrás estuvo en el Seminari Nou, donde se creó este Museo con piezas que los sacerdotes trajeron de sus viajes a Tierra Santa y también con regalos.

El cuerpo vendado y su sarcófago ocupan dos vitrinas pero su deterioro es evidente. Para combatir la humedad, dentro de las grandes urnas de vidrio hay unos cuencos con materiales absorbentes, explica el gerente de esta sala.

Quien haya visitado este museo años atrás lo encontrará igual, ni siquiera posee un sistema de iluminación propio de un museo. Sobre esta cuestión, Gerardo Jofre González-Granda asegura que es un problema de presupuesto.

Los miembros de la Comisión del Museo Bíblico se encargan de hacer de guías de las visitas que se conciertan, llamando a la Casa de la Iglesia o por correo electrónico. En esta gran sala también hay tablas cuneiformes sumerias y babilónicas, de muy pequeñas dimensiones, algunas de ellas datan del año 2000 a.C. «Hay una en concreto que no hace referencia a una transacción de ganado a cambio de algo... Lo que explica es que una madre pide a un dios que le dé cuerda a su hijo, más vida, y esto para nosotros es interesante», destaca el gerente del Museo Bíblico.

Tras anunciar la importancia que tienen los papiros egipcios, el Museo está recibiendo muchas más llamadas para ser visitado, no hasta el punto de desbordarles, pero sí para replantearse cómo organizarlas. «Siempre, lo que más llamaba la atención era la momia, como es la única que hay en Balears, pero ahora son los papiros, a raíz de que Marina Escolano hizo este estudio», apunta González-Granda.

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