La cantante Zahara actúa este viernes en Barcelona -una de las últimas fechas de su gira- tras lanzar ‘Reputa’, revisión del álbum de éxito ‘Puta’ de la mano de un amplio elenco de cómplices que se han prestado a transformar las canciones, como Rodrigo Cuevas, Alizzz o La Oreja de Van Gogh

‘Reputa’ es un disco peculiar, en el que ofrece las canciones de ‘Puta’ con otros tratamientos aportados por cada uno de los invitados. ¿Quería que pesaran más ellos que usted misma?

No quería hacer el mismo disco, pero con invitados, ni rehacerlo por mí. La idea era escuchar las ideas y voces de los demás. Me apetecía encontrar esa variedad de sonidos, y ser yo una especie de curadora. El resultado es un poco esquizofrénico, porque cada ha hecho su canción con total libertad. Partía de mis ganas de celebrar un disco que ha sido muy importante en mi carrera y llevarlo a otro nivel, más festivo, con humor y amistad.

‘Puta’ no era un disco surgido de la diversión: hablaba de abusos, maltratos y ‘bullying’ sufridos en carne propia.

Ahora lo estoy reviviendo y fueron entre seis y nueve meses sintiéndome empantanada y triste. Escribirlo era parte de la liberación y del tormento.

¿Y en ‘Reputa’ se trataba de dejar todo eso atrás?

Dejarlo atrás es peligroso, porque parece que quieras huir de los problemas, y lo que hay que hacer es aprender a vivir con los traumas de tu vida.

Musicalmente, el espectro de este disco es enorme, desde folk tradicional a experimentación electrónica. Ahora parece que cualquier cosa es posible en un disco de Zahara.

Tengo esa sensación y me parece bastante positiva. En los discos de Rosalía, por ejemplo, hay mezcla y fusión, y ella se expresa como le apetece sin ningún tapujo. Eso ya venía pasando y cada vez sucede más, sobre todo con la música de raíz. Me encanta que las músicas no sean lugares estancos con unas normas que hay que seguir.

Aquí están María José Llergo y Rodrigo Cuevas.

Cuando compuse ‘Dolores’, para Rodrigo, mi inspiración ya fue él. Le dije a Martí (Perarnau) que mi sueño siempre fue hacer un disco de copla, y él me dijo: “pues compón tu propia copla”. Ah, ¿se puede componer una copla? Ahí está. En Rodrigo y en María José, la tradición se nota muy auténtica, y con referentes distintos a los de mi abuela. De esa unión sale un sonido nuevo, cuando parece que la música está ya toda inventada.

La Oreja de Van Gogh aborda ‘Médula’. ¿A favor de difuminar las fronteras con el ‘mainstream’?

A mucha gente le sorprende que estén ahí, y a mí, porque lo veía como un grupo fuera de mi alcance. Pero es gente fantástica, fan de mi música y con muchas ganas de hacer la canción. Siempre he intentado romper los prejuicios.

La remezcla de ‘Ramona’ por parte de Pretty Pretty 2000 toca territorio tabú: se mete en el reguetón.

Fue divertido ver las reacciones: “qué divertida”, “me flipa”… Hubo gente, menos, que fue más en plan “qué estás haciendo”, “te vendes al reguetón”… Qué perdidas están algunas personas. El reguetón no es bueno ni malo, depende de la canción, de la letra, de cómo te lo pases escuchándolo. Condenar al reguetón por existir es un fallo grandísimo.

Ahí hay una fractura generacional: “esto no es ni música”.

Y yo acabo empatizando por eso. El ‘beat’ del reguetón es fantástico, me encanta. Y pasa una cosa, sobre todo a las mujeres: la mayoría de las letras son machistas, y estás disfrutando del tema en cierto contexto y tienes que generar una culpa y no poder bailarlo. ¡Más presión sobre nosotras! ¡Te lo estás pasando bien, y tiene que haber un juicio! Me parece terrible.

‘La hostia de Dios’ es el único tema nuevo, que no formaba parte de ‘Puta’.

Lo compuse cuando estaba grabando el disco, pero no la entendía en aquel contexto porque el álbum habla de mí, en primera persona, y aquí me refiero a lo que vivimos las mujeres en general. Porque ‘Puta’ ha sido un disco revolucionario, pero la vida sigue igual. Se habla más del machismo, y del patriarcado, y de la salud mental, pero no se producen cambios.

¿Qué le parece el personaje de Rigoberta Bandini?

Me parece fantástico, ¡formo parte de él como fan a muerte de Rigoberta! Ya era muy fan de ‘Too many drugs’, y ‘In Spain we call it soledad’ me provocó envidia, ganas enormes de haber escrito esa canción. Se ha inventado algo y era necesario que surgiera un perfil así, tan original y con tanto humor.

¿Se esperaba que ‘Puta’ diera tanto que hablar y generara incluso tanto ruido?

Cuando componía las canciones estaba absorta en mi historia, y trabajé con mi psicóloga dejar de preocuparme por lo que los demás pudieran pensar. Más tarde, se cogió la portada y se manipuló, y se habló de lo que a un partido político le interesaba. Tuve que volver a la psicóloga y fue muy doloroso. Sobre todo, que hubiera tanta gente que me odiara por algo que se habían inventado. Porque había provocación en aquella portada, pero para invitar a la conversación sobre el machismo. Me odiaban porque estaba llamando puta a la virgen, cuando esto yo no lo hice.

Se refiere a Vox. ¿Han seguido señalándola?

Yo ni los menciono. No, que yo sepa. Ya viví ‘bullying’ en el cole, y ahora debo vivir ese otro ‘bullyng’ y no poder expresarme… Sinceramente, da miedo.