Vilafranca vive estos días en un cuento. Cuando los vecinos abren las ventanas de sus casas, se topan con una ballena gigante que nada por la calle. Si van a la plaza dels Centenaris, la encuentran llena de cubos blancos con Pau y Joan del revés en dos de ellos, mientras Madame Roulotte se instala poco después en la plaza Major con su caravana para disfrutar de unas vacaciones que puede que no sean perfectas. Todo esto y otras muchas sorpresas tienen lugar durante el fin de semana tanto en la vía pública como en el resto de escenarios habilitados para la Fiet –la Fira de Teatre Infantil i Juvenil de les Illes Balears–. Y el cuento dice este domingo colorín colorado con dos finales felices: el reciente Premio Nacional de Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud en el 20 aniversario de la Fiet y el cartel de entradas agotadas que la feria ha colgado este año.

Las familias que acudan al pueblo del teatro, como lo llaman muchos niños, podrán asistir a los espectáculos gratuitos de calle, aunque no tendrán localidades para las representaciones de pago si no las han comprado antes. Las únicas que quedaban el sábado por la mañana eran algunas entradas para obras juveniles nocturnas, como por ejemplo Cr#sh, tothom pot caure, dirigida a mayores de 14 años, y el teatro circense de la actuación By ò Bu. El presidente de Sa Xerxa, la entidad sin ánimo de lucro que organiza la Fiet, cree que «el éxito de esta XX edición no se debe tanto al Premio Nacional, sino a que después de dos años de pandemia la gente tiene ganas de teatro», aseguró Jaume Gomila. «El público consolidado ha sido más previsor y ha comprado con antelación, pero todo el mundo puede venir y vivir el ambiente con las actuaciones callejeras y la ludoteca del parque Josep Maria Llompart», animó.

Este sábado estaba de bote en bote, como la plaza desde donde salió Kujira –«ballena en japonés»–. Los niños siguieron a la enorme marioneta azul construida por el Centre de Titelles de Lleida y el mamífero cazado durante siglos les dejó un mensaje final cuando se detuvo para que pequeños y mayores conozcan lo importante que es cuidar a los animales y el medio ambiente. Lo mismo hizo el elefante Hathii en la Fiet de hace un par de años y tuvo tanto éxito que ahora han traído a su compañera cetácea. También al mediodía, en la plaza Sant Joan, un clown-oficinista intentaba en Dis_Order mantener el orden en su trabajo y en la calle, aunque lo único que logró fue hacer reír a los numerosos asistentes al show. La primera actuación callejera de la mañana fue Waterfalls. Los cubos que la protagonizan acabaron tan desordenados como los papeles del otro espectáculo y el dúo de la compañía La Mecànica terminó empapado de agua.

En este cuento con diferentes historias no hubo bruja mala que amenazase con la suspensión de la Fiet por la falta de recursos. Ya lo vivieron el pasado agosto los miembros de Sa Xerxa, aunque la campaña de crowfunding dio sus frutos y «la gente ha respondido más» tras la obtención del Premio Nacional de Artes Escénicas.