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Nit de l'Art 2022

Amparo Sard reflexiona en ‘Origen’ sobre el peso de ser artista y mujer

La galería Baró inaugura hoy esta exposición de esculturas, dibujos y NFT, que se podrá ver hasta el 30 de octubre - Hierro y papel predominan en este espacio que muestra su evolución

Amparo Sard, junto a una de sus nuevas obras. B.RAMON

Amparo Sard (Son Servera, 1973) presenta en la exposición Origen «la culminación» de las sensaciones experimentadas a lo largo de su carrera y el resultado de esa «necesidad de saber más» sobre lo que le rodea. Con esculturas de hierro que la representan a ella en posturas recogidas o una Amparo sobre otra en un gran pieza de papel agujereado, Sard también reflexiona sobre el peso de la propia vida y sobre el hecho de ser artista y mujer. Origen se inaugura este jueves en la galería Baró de Palma (calle Sanç, 13), dentro del programa de la Nit de l’Art y permanecerá instalada hasta el 30 de octubre.

Origen reúne nuevas obras de Amparo Sard, como esas esculturas de hierro y los grandes dibujos creados a partir de perforaciones en el papel, pero también su Autorretrato Háptico, el primer NFT táctil. La artista continúa planteándose cuestiones relacionadas con la sociedad que nos envuelve y qué entendemos por el arte y «estas nuevas maneras de ver, de percibir las cosas, cómo se mueven los hilos para trasmitir la misma trascendencia pero con estos tiempos tan agobiantes, en que no llegamos...».

Para la de Son Servera, «no hay una línea divisoria» cuando habla de arte y cuando lo hace de su vida

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En la que es su primera exposición individual en Baró, hay varias figuras de mujeres dobladas sobre sí mismas, «como piedras» que chocan con el concepto de modernidad líquida planteado por Bauman, explica la creadora. Del cuerpo deforme de una de esas esculturas ha nacido un árbol y tiene su razón. «Sigo trabajando en ese sentido, de ahí esa deformidad de los cuerpos, esa degradación, esa forma no solo de protección, de donde resurge algo de vida, sino que al mismo tiempo está deformando el cuerpo, ese lugar entre lo seguro y lo incierto, esas formas de recogimiento que llevan el peso de una misma encima...», explica Sard, para quien «no hay una línea divisoria» cuando habla de arte y cuando lo hace de su vida. «Es un constante análisis, porque creo que los artistas necesitamos constantemente entender el entorno para, de alguna manera reconfortarnos, comprender. Siempre digo que los artistas somos unos seres ultrasensibles que necesitamos comprender nuestro entorno. Luego nos damos cuenta que entender la vida es una utopía, es imposible», añade sobre sus reflexiones.

La artista posa sobre una de sus esculturas de mujer. B.RAMON

En uno de los cuadros de papel perforado, como los que marcaron sus inicios como artista, Sard ha dibujado a una mujer sobre otra, «una Amparo sobre la otra Amparo, luchando sobre ella». También de una de ellas nace un árbol, pero una gran vagina se superpone a la escena y esconde la identidad de las mujeres. En estos momentos, la artista necesitaba expresar esa reivindicación sobre su propia vida, algo que en el pasado no había enfatizado: «Una mujer luchando, porque no había hecho falta o yo no era consciente. Estaba tan contenta por el trabajo hecho y por lo bien que me han tratado siempre, que no era consciente. Vas recogiendo las buenas palabras y con eso estás satisfecha. Pero luego te das cuenta de que la balanza no está como debería estar. Y te das cuenta que realmente por ser una mujer, aunque yo pueda estar contenta con mis éxitos, la balanza sigue sin estar en su sitio».

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