Para la consellera de Cultura, Patrimonio y Política Lingüística del Consell, Bel Busquets, el reto al inicio de este último curso de legislatura es «consolidar todo lo que se ha desarrollado desde el principio, es decir, que la cultura llegue a cada rincón de Mallorca y estar junto al sector». Lo harán «dando continuidad a las ayudas a empresas, autónomos y todo tipo de entidades culturales en los presupuestos del próximo año».
Considera que «las subvenciones han contribuido a la eclosión del mundo de la cultura tras superar la pandemia. Han dado mucho aire a los creadores y seguiremos en esta línea para que puedan continuar desarrollando todas sus producciones».
Asegura Busquets que «con la crisis de la covid se produjo un cambio importante» respecto a la visión del área que dirige como «la hermana pobre de la política». «Desde todas las instituciones se concedieron ayudas específicas y ahora la percepción es otra, ya que empieza a entenderse que es un sector económico que ayuda a diversificar», resume.
El balance es «satisfactorio, pero no ha sido una legislatura de diez. Siempre se puede hacer más», señala. Lo que queda pendiente en el cajón, «más que un proyecto concreto, se trata de poner sobre la mesa de todas las instituciones implicadas que se necesita más financiación para seguir realizando políticas públicas. La cultura también es cuestión de recursos, porque con más dinero puedes propiciar más producciones», en palabras de la responsable insular.
Recientemente, el Consell y el Govern fueron criticados por los organizadores de la prestigiosa Fira de Teatre Infantil i Juvenil de Vilafranca (Fiet) debido a que la disminución de las ayudas hacía peligrar el evento. Bel Busquets explica, en relación a su área, que «se les ha concedido una ayuda nominativa por el 20 aniversario, por lo que este año tendrán 15.000 euros extra». Sobre la reducción general de 50.000 a 40.000 euros, afirma que «se produce desde hace tres años tras un ajuste de la cantidad máxima. No es nuevo, aunque es una carencia que la ley vigente no contemple algún tipo de deferencia a eventos culturales tan reconocidos y consolidados como la Fiet», lamenta.
También hubo un conato de cierre en el Teatre Sans por falta de ayudas públicas. Sin embargo, el espectáculo continuará en este emblemático espacio escénico del casco antiguo de Palma, ya que el Consell ha «recuperado la subvención que no se le pudo dar en 2021 y este año han podido presentarse sin problemas a las ayudas de 2022. Además, como han cumplido su 30 aniversario, se les concede otra nominativa específica por ello», según indica Bel Busquets.
En el Teatre Principal de Palma, que depende directamente de la institución insular, la temporada ha comenzado con la bajada de precios de las entradas con el fin de contrarrestar la inflación. La consellera resalta asimismo que «los menores de 30 años tienen hasta un 50% de descuento con un precio máximo de 25 euros», una apuesta tarifaria cuya «voluntad es acercarse a un público joven, que es el futuro del teatro».
Por su parte, el Teatre Principal d’Inca comienza nueva etapa la próxima semana con el nombramiento de Miquel Àngel Raió como director. «Formamos parte de la fundación y le abriremos las manos para que pueda disponer de la programación del Principal de Palma, igual que hasta ahora, ya que el espacio escénico de Inca debe convertirse en el epicentro de la comarca del Raiguer», afirma.
Infraestructuras
En materia de equipamientos, el área de Cultura del Consell está pendiente de inaugurar el centro de poesía contemporánea en la Casa-Museu de Blai Bonet, en Santanyí. «Será a finales de este año o principios del próximo y lo gestionará la Fundació Mallorca Literària», avanza Busquets. No puede poner fecha al inicio de las obras en el Museu de Mallorca destinadas a subsanar los problemas de humedades que padece. «El inmueble es del Ministerio, por lo que se encarga él, aunque el proyecto ya está aprobado y se prevé que las obras empiecen con cierta inminencia», concluye la responsable de Cultura.
