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Contra la libertad de expresión

Escribir es peligroso: la infinita lista de autores asesinados

Un sinfín de escritores han sido atacados y asesinados a lo largo de la historia

Federico García Lorca, Anna Politkovskaya y Naguib Mahfuz.

El ataque sufrido por el escritor Salman Rushdie en Nueva York no es por desgracia un caso único, ni siquiera raro. El Pen Club lleva años advirtiendo de los asesinatos y encarcelamientos de escritores y periodistas. A lo largo de la historia son infinidad los autores asesinados o atacados o perseguidos. La libertad de expresión implica riegos. Basta ver algunos casos, de los muchos que existen, que aquí recordamos.

Entre los autores eliminados por ser considerados enemigos del islam destaca el escritor egipcio Farag Foda, que fue asesinado a tiros en las cercanías de su casa de El Cairo en junio de 1992 por un miembro del grupo integrista Asamblea Islámica. Y en octubre de 1994 el novelista egipcio Naguib Mahfuz fue apuñalado en el cuello por un integrista acompañado de otro en pleno centro de la capital egipcia, cuando el premio Nobel de Literatura en 1988 se dirigía en automóvil a su tertulia semanal en un casino de la ciudad. En 1996, Mahfuz fue calificado de "hereje" y sentenciado a muerte por grupos de radicales islámicos. Desde entonces permaneció prácticamente recluido en su hogar, con salidas esporádicas y controladas por la policía, hasta su muerte en 2006.

Los fanáticos yihadistas asesinaron también el 7 de enero de 2015 a 12 personas, en su mayoría los trabajadores de la revista satítica Charlie Hebdo, entre ellos algunos de los ilustradores estrella de la publicación como Chab, Cabou, Honoré, Tignous y Wolinski. Haber caricaturizado y satirizado al profeta Mahoma había sido el motivo para asesinar a sangre fría con fusiles de asalto y otras armas a todos aquellos que vieron en la redacción ese día.

Shahzahan Bachchu, editor, poeta y bloguero bangladesí de 60 años que escribía sobre temas seculares, fue asesinado por islamistas en el centro de Bangladesh (India) en junio del 2018.

En Afganistán, después de que los talibanes asumieran el control en Kabul hace un año, fueron asesinados los miembros del Pen Club Abdullah Atefi y Dawa Khan Menapal.

Pero no solo al islam más intransigente molestan los escritores. Durante una manifestación pacífica en Myanmar (Birmania), por lo menos cinco escritores fueron asesinados por el Ejército de la Junta gobernante, dice el informe de 2021, que resalta el asesinato de los poetas Myint Myint Zin y K Za Win.

Nedim Yasar, locutor de radio y expandillero de origen turco fue asesinado a tiros en 2018 en Copenague (Dinamarca) el día del estreno de su libro sobre sus experiencias en el mundo de las pandillas.

Anna Politkóvskaya, escritora y periodista rusa nacida en Estados Unidos, fue asesinada a balazos en el ascensor de su casa en 2006. Premiada internacionalmente, documentó con detalle las masivas violaciones de los derechos humanos cometidas por las tropas rusas durante la segunda guerra de Chechenia. Cada vez que le daban un premio recordaba del peligro que suponía Vladimir Putin.

Pier Paolo Pasolini, cineasta, ensayista y escritor, también fue asesinado. El 2 de noviembre de 1975, Pasolini fue atropellado varias veces con su propio coche en la playa de Ostia. Era un intelectual incómodo para el poder, con su ideario de izquierdas y su abierta condición de homosexual.

Federico García Lorca, poeta y dramaturgo granadino, fue obligado dejar su casa un mes después del golpe de Estado fascista que desencadenó la Guerra Civil española. Un grupo de guardias y falangistas fueron a buscarle y fue ejecutado junto a otros hombres. Su cuerpo todavía no ha sido hallado.

Del 12 a 13 de agosto de 1952 en Moscú fueron ejecutados en secreto bajo órdenes de Stalin en el sótano de la prisión Lubyanka trece de los más destacados escritores, poetas, artistas, músicos y actores yidis de la Unión Soviética. Entre ellos figuraban el escritor David Bergelson y los poetas Itzik Feffer y Leib Kvitko.

La lista podría seguir y seguir hasta la nausea, y más si añadiéramos autores perseguidos, como Roberto Saviano, que vive bajo escolta permanente desde 2006, cuando desveló en 'Gomorra' los negocios de la Camorra.

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