Sara Baras (San Fernando, 1971) llenará de sentimiento un escenario, el teatro romano de Medellín, ya de por sí mágico, con su espectáculo ‘Alma’ y lo hará este sábado dentro del Metellinum Festival (diez de la noche). Junto con la compañía de la bailaora y coreógrafa y unos colaboradores muy especiales, el teatro se verá envuelto en una noche en la que se fusionarán melodías de boleros conocidas y palos del flamenco en un homenaje de la artista gaditana a su propio padre, "un enamorado del bolero", explica. Con ‘Alma’, "no hay momentos tristes, aunque sí profundos", subraya. 

¿Qué hace de ‘Alma’ un espectáculo tan mágico? 

Yo creo que la misma energía. Es el entregar el alma y poder compartirla. Hace que haya una magia preciosa. 

¿Quiénes actuarán?

Alma es una fusión entre melodías de boleros conocidas y palos del flamenco muy tradicionales. La música la dirige Keko Baldomero y hay siete músicos en directo que son siete grandes artistas. En las voces está Rubio de Pruna y Matías López; Diego Villegas en las cuerdas; en la percusión Antón Suárez y Manuel Muñoz ‘El Pájaro’, que también son maravillosos; en la guitarra está Andrés Martínez y Keko Baldomero. Hay un chico que baila maravillosamente bien, Daniel Saltares, y cinco chicas que para mí son cinco ángeles. Y entre todos en directo lo mezclamos con el playback para el que contamos con la colaboración de Juana la del Pipa, Israel Fernández y Rancapino Chico. Y la colaboración especial de Alex Romero en el piano haciendo una versión de ‘Vete de mí’. Entre todos es alma, energía y todo positivo. No hay momentos tristes aunque sí hay momentos profundos. 

¿Qué hacen más especiales esas versiones de bolero?

El motivo de este espectáculo realmente es un homenaje a mi padre, un enamorado de los boleros. Fusionarlo con el flamenco no es la primera vez que se hace, pero de esta manera sí. El poder interpretar el palo del flamenco unido a una melodía o a una letra de bolero es algo diferente. Y el poderlo bailar, la parte coreográfica. También el poder unir estos dos registros es algo muy especial. Sinceramente creo que siempre me quedan algunos por hacer. Me encantaría hacer más, lo que pasa es que el espectáculo tiene que durar lo que tiene que durar. Hay tantas melodías bonitas y tantos palos del flamenco que también me gustaría interpretar que me planteo si el espectáculo podría tener segunda parte, tercera parte, etcétera (risas).

"El flamenco es un arte que se clava directamente en el corazón y que no entiende de pasaportes"

El ‘pellizquito’ lo pone el hecho de que sea un homenaje a su padre, también ha estado bajo la influencia de su madre, ¿siempre tuvo claro que sería bailaora?

La verdad es que sí. Comencé a bailar desde niña y es algo que ni siquiera me planteé. No conozco la vida sin bailar. Siempre pensé que iba a bailar, lo que no me imaginé nunca es que pudiera llegar tan lejos. Ni que se pudieran cumplir mis sueños de poder tener una compañía como la que tengo y de poder recorrer medio mundo con ella. 

No todo el mundo consigue premios tan prestigiosos como la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, ¿qué supone esto para usted y su compañía?

Es un orgullo el poder recibir premios importantes. Te vuelven a recordar que estás en el camino y que todo el esfuerzo va mereciendo la pena. Mi compañía es una compañía privada y se mantiene del público. No tengo nunca palabras suficientes para agradecer al público que es el que hace posible que sigamos ahí soñando y haciendo soñar. Llevamos 25 años de compañía, el recorrido es bastante amplio. Los premios te llenan de ilusión y de ganas. Por supuesto, los comparto con todas las personas que me han ayudado y con el público maravilloso que nos apoya desde el principio. 

Son 25 años en los que además la compañía ha sobrevivido a una pandemia. ¿Cómo ha sido la vuelta a los escenarios tras una cuarentena en la que se fue gestando ‘Alma’?

Quitando por supuesto a todas las personas que han sufrido, que lo han pasado muy mal, para nosotros ha habido momentos muy bonitos y ese ha sido uno de ellos. El volver a encontrarnos, a subir al escenario, dejarnos el cien por cien de lo que somos. Todo el equipo es fantástico, entrega todo lo que tiene a diario. La vuelta a los escenarios ha sido preciosa. Creo que con el público también, porque el volver a sentir su calor ha sido un regalo de la vida bestial. Lo teníamos todo, sobre todo el compartir. Parece como que tras la pandemia hemos dado más valor al abrazarnos, al estar juntos, al poder sumar energía con todos como una piña y eso ha sido precioso. 

¿Cómo animaría a la gente a acudir a ese espectáculo en un escenario tan bonito como el Teatro Romano de Medellín?

La verdad es que son lugares especiales. Les diría que hay unas dos horas en las que te dejas llevar por esta magia tan bonita que tiene el flamenco y, en este caso, también el bolero. Disfrutar de la belleza, del colorido, del espacio, de sentir esa energía. El espacio ya sabemos que es muy mágico, yo he tenido la suerte de bailar ahí en el Teatro Romano de Medellín y es un lugar muy especial. Así que quien se quiera pasar tendrá dos horas de cosas bonitas. Estoy dispuesta a bailarle y estamos dispuestos a entregarles el corazón, el alma o lo que haga falta. 

"La emoción no la sabemos interpretar, la sabemos sentir"

Dos horas de pelos de punta, imagino… En directo será precioso.

Nosotros muchas veces decimos que la emoción no la sabemos interpretar, la sabemos sentir. Por eso se transmite y la verdad es que son sitios muy especiales y nosotros ya estamos dispuestos a buscar ese duende y esa magia. Por lo tanto, yo creo que es muy bonito. Bueno, claro, a mí me gusta mucho (risas). 

Comentaba antes que nunca pensó que fuera a viajar y subirse a escenarios tan importantes nacionales e internacionales. A lo largo de su trayectoria, ¿cuál recuerda con un cariño más especial?

La verdad es que tengo muchísimos, no podría nombrar uno. Pero sí que hay teatros que he soñado que los conocería y no pensaba que iba a entrar por la puerta del artista y me iba a subir al escenario. Eso es maravilloso y puedo decir ciudades y teatros que ni los soñaba siquiera. Por ejemplo el de Sydney, el Opera House en Australia, en Londres, en Nueva York, en París… Hemos actuado por medio mundo. Hemos tenido esa suerte de hacer un recorrido bestial y el público se te clava. Hay lugares en los que piensas que a lo mejor va a ser más frío o no te van a entender, pero para nada. El flamenco es un arte que se clava directamente en el corazón y que no entiende de pasaportes. No tiene lengua. Eso en las giras es maravilloso. 

Entonces, hay una buena aceptación del flamenco en esos países. 

El valor de considerar el flamenco como un arte grande es gracias a artistas como Paco de Lucía, Carmen Amaya, Enrique Morente, Camarón, etcétera. Todos ellos nos han abierto la puerta del mundo. Han hecho que el flamenco sea un arte muy valorado. Le tienen un respeto precioso en medio mundo y eso te llena de orgullo. Estamos en festivales de música, de danza, de teatro… Festivales que son mundialmente conocidos y siempre hay un día dedicado al flamenco. Es algo increíble. 

"Ayudar no es una obligación sino un privilegio y el que pueda hacerlo, debe hacerlo"

Es una artista muy completa y muy solidaria, ¿por qué es importante que personas influyentes como usted muestren su labor humanitaria?

En mi baile hay un antes y un después cuando descubro que puedo ayudar a gente que lo necesita. Yo soy madrina de la Fundación 'Mi Princesa Rett' que precisamente es de Badajoz y poner tu granito de arena para ayudar, te cambia. Creo que es súper importante que todos seamos conscientes de que todos podemos ayudar. Ayudar no es una obligación sino un privilegio y el que pueda hacerlo, debe hacerlo. Yo sinceramente tengo admiración total por todos esos padres que luchan por sus hijos y que tienen una vida llena de entrega, de amor, de lucha por ayudarlos con este tipo de enfermedades. Hablo de la enfermedad del síndrome de Rett sobre todo porque es con la que más cerca estoy. También colaboro con todo tipo de asociaciones, fundaciones y proyectos solidarios del estilo porque me parece muy importante.