Esto, definitivamente, no es El Mal Querer. De los disparos del opening de 2019 a los rugidos motorizados. De la duquesa de Alba de Tormes de Goya a los cascos luminosos obra de Carlos Sáez. Del Pienso en tu mirá al "Chica, ¿qué dices?". Rosalía cambió en Palma sus fusiones polígono-flamencas por bachatas reconstruidas, autotunes acaramelados, baladas sugestivas y una lírica trepidante. La catalana se enfunda en sus botas kilométricas y rompe una crisálida de arte urbano anticomercial que a la vez suena en todas partes y enfada -o confunde- a aquel que no encuentra la palabra para definirlo. Pero la hay: Motomami. 

La artista defendió con las fuerzas que le quedaban el Motomami World Tour 2022 ayer frente a un Son Fusteret enardecido, que colgó el cartel de 'entradas agotadas'. "Mallorca no os mentiré. Estoy muy feliz de hacer mi último concierto en España aquí, en esta tierra. Le estoy poniendo mi corazón pero estoy un poco enferma. No es un concierto como el de siempre. Alguna canción no está. Pero tenemos mucha ilusión y le pondremos todo el corazón", confesó al público mallorquín. 

Aún con problemas de salud, y desplomándose en ocasiones para toser, sirvió un concierto en bandeja de plata. Se presentó con un cambio de look al más puro estilo 'Mary Jane conoce a Ariel', con el que bromeó diciendo que el color se asemejaba a una sobrasada. Comenzó con fuerza con Saoko, Candy y las muecas de Bizcochito, que alguno intentó imitar entre la marea motomami. Un disfrute de estímulos constantes, cambios de registro, coreografías conceptuales y maestría visual encolada y hábil. Una conversación escenográfica que reunió sobre el escenario elementos como un operador de cámara en constante movimiento, móviles a manos de la cantante y los bailarines para ofrecer una perspectiva en primera persona del show o atrezzo de lo más minimalista e irónicamente a su vez extravagante, como un piano de cola o una silla de barbería.

"Si yo digo moto, tú dices…", y el resto de la historia se cuenta sola. A parte de collages y piruetas musicales, el tercer disco de la cantante son historias. Prueba de ello uno de los siguientes temas, G3 N15, dedicado a su sobrino Genís. Un momento íntimo, casi secreto, de los que inundan la garganta. Como también lo fueron Dolerme o Hentai.

Además, el concierto recordó algunos exitosos temas que no forman parte del complejo artificiario de MotomamiRelación, remix con Sech, Malamente, del segundo álbum de la cantante, o TKN, junto a Travis Scott, formaron parte del viaje al centro de la discografía de Rosalía.

Algunos afortunados consiguieron subir al escenario para bailar ‘Despechá’ por primera vez tras su estreno

No se debe olvidar el verdadero motor del Motomami World Tour: el baile. Ocho bailarines venidos de todas las partes de mundo arroparon a Rosalía con las coreografías de Triana Ramos o Mecnun Giasar. Neobulerías, influencias flamencas, danzas virales y ochos intimidantes. El público fue incapaz de detener los músculos de su cuerpo. 

Algunos incluso batallaron por su plaza al lado de estos profesionales para Yo x ti, tú x mi o Despechá. Solo unos pocos afortunados, escogidos por el equipo de Rosalía en función a sus atuendos y actitud, consiguieron subirse al escenario. Despechá se estrenó oficialmente hace una semana y ya acumula más de 13 millones de reproducciones. Sin embargo, era una de las canciones exclusivas que ya se cantaban en la gira, como también lo es Aislamiento

La catalana ha estado este fin de semana aprovechando su parada en las Baleares para rodar el videoclip en la playa del Portitxol. Aunque no ha sido la única vez que se ha dejado ver por la isla en su era Motomami. A finales del año pasado, junto a la artista y fotógrafa Carlota Guerrero, posaba en Mallorca al más puro estilo Katniss Everdeen para su nuevo álbum. 

Y es que para este proyecto, la cantante ha querido contar con la colaboración de múltiples artistas nacionales. A los ya mencionados Triana Ramos (coreógrafa) y Carlos Sáez (diseñador), entre muchos otros, se le suman la artífice de los looks motomami, la valenciana Pepa Salazar. Otro nombre español a destacar entre las filas de su conjunto musical es el del teclista mallorquín Llorenç Barceló.

El público se hizo con el foco de nuevo en La noche de anoche, colaboración en el álbum de Bad Bunny. Rosalía rompió la barrera artista-espectador y relevó el micrófono a varias personas de la primera fila, que soñaban con eso desde que habían empezado a hacer la cola más de 12 horas antes.

Una cita llena de caras conocidas, como el trapero mallorquín Rels B, el artista Fai Khadra o las princesas, Leonor y Sofía, según han asegurado varios medios. "Mallorca, aquí no cabe nadie más", sentenció Rosalía. Nadie quiso perderse esta esperada última parada del Motomami World Tour 2022 en España. Una velada que sin duda será recordada por muchos. Una noche con ‘E’ de "Ensaimada", ‘T’ de "Titánica" y, sobre todo, ‘M’ de "Motomami".