A Margalida, del cantautor de la nova cançó Joan Isaac, sonaba en la infancia de Joan Lluís Oliver, el director de fotografía del primer largometraje documental de las cineastas Constança Amengual y Francesca Mas. Los tres, junto a la montadora Núria Guillen, se han sumergido en el presente, «en Mallorca, en calma», y el pasado, «en Barcelona, con la herida y la catarsis», de Margalida Bover. Es la mallorquina que enamoró a Salvador Puig Antich, la última persona ejecutada con garrote vil por el franquismo. Las cartas que le envió desde prisión antes de su muerte aparecen en momentos clave de la cinta estrenada este miércoles en el Atlàntida Mallorca Film Fest, aunque la protagonista es ella, «una persona que cautiva y que fue la víctima anónima» de esta historia que en septiembre será proyectada en Manacor.

Margalida vive tranquila en un piso cerca del mar en Capdepera y enseguida abrió sus puertas a las cineastas noveles. «El primer día ya nos contó muchas cosas y de inmediato nos dimos cuenta de que era un relato muy potente», destacan. Compartieron cenas, paseos por la playa –«le encanta pasear, siempre va caminando a todas partes»– y la experiencia de viajar a Barcelona con Margalida Bover para asistir a un homenaje a Puig Antich. «Las heridas que siempre la han acompañado no se pueden cerrar del todo, aunque después de tanto tiempo este acto y el documental le han servido para digerir su historia», afirman las directoras y guionistas de la película Margalida.