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Arte

Pere y Gabi Ignasi: «La escultura en vidrio debe estar en el exterior, al servicio de la luz»

Aba Art LAB presenta en Fontsanta Hotel ‘Las dimensiones del vidrio’, una muestra inédita de trece obras en vidrio caliente entre esculturas y móviles fruto de la investigación de estos artistas, padre e hijo

Pere y Gabi Ignasi, trabajando el vidrio Jessica J. Varela

Poner en valor y hacer llegar a los coleccionistas del mundo estas joyas made in Mallorca es un acto obligatorio. Una muestra inédita de trece obras de arte en vidrio caliente entre esculturas y móviles que son fruto de una investigación empírica de los artistas Pere y Gabi Ignasi, padre e hijo. En sus piezas se conjuga tanto la descontextualización del material como el surrealismo para que así las innovaciones técnicas permitan al vidrio transcender sus limitaciones.

Pere Ignasi con una larga, premiada e intensiva trayectoria artística, comenzó en el año 1973 con la exposición Pisa-papeles de mañana en Glas-Galerie, en Lucerna(Suiza). Desde entonces, sus obras han formado parte de numerosas exposiciones colectivas internacionales en Suiza, Finlandia, Italia, Bélgica, República Checa, Rusia y Ucrania, además de en España en el Museo Reina Sofía o aquí en Mallorca en el Centro Cultural de Can Balaguer. Su hijo Gabi, por su parte, se inició en 1993, de la mano de su padre. «Crecí en una casa donde tenía que sacar la bicicleta con cuidado para no romper piezas de vidrio que había por todo. A los 17 decidí involucrarme y aprender la técnica. En 2011 me trasladé a Londres para aprender la técnica del vidrio caliente con Michael Ruh y Adam Aronson, e hice algunas exposiciones pero en 2017 volví a Mallorca para trabajar de lleno mano a mano con mi padre», explica. 

Su inspiración viene de muchas maneras, a veces ideas preconcebidas inspiradas en la naturaleza, o en otros artistas, en la cultura maya, indonesia, etcétera. Otras, preparan piezas sobre ideas o material en el taller sobre el que trabajan. «Surge con el propio material. Observamos mucho la vida cotidiana y los detalles inesperados. El vidrio caliente da muchas ideas en el mismo momento que estás trabajando. A veces incluso los errores en el proceso te dan pie a elaborar una escultura y hasta una instalación de piezas», destaca Pere Ignasi, a lo que su hijo añade: «Mi padre tiene el músculo de la imaginación bastante fuerte y acumula muchas ideas, algunas ya están en la recámara y las desarrollamos. El trabajo del vidrio caliente es un trabajo de equipo. Hay muchas piezas en el taller que en el caso de estar solos sería imposible hacerlas». 

Una de las piezas creadas por Gabi y Pere Ignasi Jessica J. Varela

En Fontsanta hay dos partes. Una colección de móviles en vidrio que están en el exterior. «Piezas quinéticas que están en movimiento para sentarse y contemplarlas de forma hipnótica», dice Gabi. Y en el interior, dos instalaciones en el muro de entre 1,80 y 2 metros de altura para las que tuvieron que construir un horno específico. «El vidrio es un elemento duro y resistente. Hay que sacarlo fuera de las casas, en el campo, en el jardín, para que el vidrio esté al servicio de la luz», subraya Pere. Estas piezas realizadas con una técnica tradicional de cientos de años forman parte del arte contemporáneo. Esculturas rompedoras para conseguir ciertas formas y diferenciarse de la tradición utilitaria del vidrio. Carece de la necesidad de que sea soplado, se puede modelar, estirar o fundirlo como el bronce a más de 1.000º, asumiendo una consistencia similar a la lava que se puede manipular. «Nosotros rompemos con la tradición y hacemos nuestra locura de como deber ser este material. Además usamos el vidrio transparente, que da un efecto de hielo ya que mi padre tiene la necesidad de reducir a la esencia básica y el efecto de la luz». 

La velocidad en ejecución de su técnica es fundamental, ya que si no lo consigues a la primera hay que volver a calentar. Ser muy preciso y quizás hacer una pieza en 15 minutos, tras la cual hay una preparación previa y un proceso creativo que puede ser improvisado pero es habitual que sea muy largo en el tiempo con dos factores que implican dominar la física: la gravedad y el fuego

Pere Ignasi conoció a Dale Chihuly en los 80, uno de los artistas vivos más importantes del mundo, maestro de la escultura en vidrio soplado. Lo considera «mariposa» en el sentido de las formas, ya que sus piezas involucran muchos colores y están muy trabajadas. Es una referencia a quien le costó muchísimo vender por sus creaciones muy arriesgadas, pero que ha conseguido abrir el mercado mundial contribuyendo a la proyección de otros artesanos. 

La exposición podrá visitarse con cita previa hasta finales de octubre. 

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