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Entrevista
Antonio Canales Bailaor

"Sin darme cuenta fui creando un estilo que ahora se enseña en los conservatorios"

Antonio Canales inaugurará el 8 de julio la 2ª edición del ciclo ‘Flamenco en el Soho’ que se podrá disfrutar hasta el 17 de julio - Para el artista de Triana bailar es una necesidad igual de importante que respirar - Tiene su propia compañía desde 1992, ha dado la vuelta al mundo bailando, acumulado galardones como la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes 2020, y ha pasado incluso por programas como Supervivientes o Sálvame

Antonio Canales durante una actuación.

De pequeño su padre no le dejaba bailar, pero a Antonio Gómez de los Reyes, conocido artísticamente como Antonio Canales, "se le iban los pies". Su carrera está colmada de galardones, pero también de algunos momentos oscuros de los que logró salir para seguir defendiendo su reconocimiento como uno de los mejores bailaores de los últimos tiempos.

Inaugura el Ciclo de Flamenco con su espectáculo ‘La guitarra canta’ ¿cuál es el papel de la guitarra en el universo flamenco?

La guitarra es ‘la madre del flamenco’, aunque lo primero es la voz. De entre todos los instrumentos, es la guitarra la que consuma matrimonio con la voz, y con la que tienen ‘el hijo’ que es el baile, y el que a mi me toca.

¿Qué es para usted el flamenco?

Para mí el flamenco es mucho más que un arte, es una forma de vida. Un universo que se vive en su composición, olores y comidas, y que se transmite de forma oral. Yo he crecido escuchando a mi madre cantando, porque el flamenco no es algo que puedas aprender a través de Google. Tienes que convivir con ello. Yo rogaba a mis abuelas, mis tías y mi madre que me enseñasen eso que ‘canturreaban’ todo el día.

Director, bailaor, coreógrafo, actor... ¿qué faceta le llena más?

No sabría decirte porque soy un ‘hombre de Renacimiento’, me gusta hacer muchas cosas, aunque sé que lo mío ha sido ser un gran intérprete de baile. Pero ser docente es algo que me ha gustado siempre. Tengo una escuela, desde hace veinte años, y por ella han pasado casi todos los que hoy son estrellas. A mí no me gusta ser solamente bailarín, me gusta hacer estrellas. Cuando veo que alguien tiene ese brillo, me gusta enseñarle todos mis trucos y secretos.

A mi padre no le gustaba que bailase. Era otra época, pero a mí se me iban los piés

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Hay gente que quiere morir bailando y otros que se quieren retirar a tiempo ¿a qué grupo pertenece usted?

Yo ya me voy retirando un poco como es normal. Soy como el humo, que llega y se va lentamente. Pero sé que mientras pueda sentarme en una silla, necesitaré bailar. Porque el baile es una necesidad para mí como respirar.

¿Cómo definiría su estilo?

Mi estilo es un conjunto de vivencias y épocas. Como los pintores que tienen su época azul o negra, yo he tenido mi época de asilvestrado, una más educacional y una más pura al volver de París, en la que quise infectar el flamenco de todas las nuevas dimensiones. Sin darme cuenta fui creando un ‘estilo canalista’ que ahora se enseña en los conservatorios. Un estilo que sigue todavía vivo porque aún sigo creándolo.

¿Qué amenaza hoy al flamenco?

La pandemia. Pero no la pandemia de este virus, sino la pandemia de la desidia. Como decía Lorca, un pueblo sin arte, es un pueblo muerto en vida. Y el ser humano con el consumismo y la velocidad, cada vez lee menos y va menos al teatro. Lo quiere todo mucho más rápido. Además, a la cultura ya no se la ayuda como antes. En el siglo XX había diez academias concertadas por el Ministerio de Cultura, hoy no queda ninguna.

Para mí, el baile flamenco es ese caramelo dulce que quita el sabor a mortandad que traemos desde la cuna

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¿Cree que se ha perdido la esencia de los antiguos tablaos?

Totalmente, además con la pandemia ha habido muchos que han caído heridos de muerte. Y esto es terrible porque los tablaos y los cafés cantante son las catedrales del flamenco donde los jóvenes tienen que aprender.

¿Qué lección extraería de su paso por Supervivientes y Sálvame?

No me puedo quejar porque bastante bien parado he salido de esa jungla. Lo que hice fue agarrar todo el dinero que pude a Mediaset para tener una vejez relajada. Yo era consciente de que era un terreno muy peligroso, por eso les dije lo que pensaba y jugué un ratito nada más. Además, vi la oportunidad de darle un espacio al flamenco, porque que cada vez tiene menos.

En anteriores declaraciones ha confesado que "llegó a tocar el infierno, pero no se quedó en él". ¿Qué fue lo que hizo que no se quedase en él?

Soy una persona que me gusta enchufarme a la ilusión, igual que enchufamos los móviles para cargarlos. Siempre insisto que solo puedes curarte tú, haciendo una regresión hacia ti, tu infancia y tus valores. Se puede salir, y no solo de esa droga, sino también de la del alcohol, el tabaco o la de los móviles.

El pasado 28 de junio se celebraba el Día Internacional del Orgullo LGTB con grandes festividades ¿cree que la bisexualidad está aceptada en España?

Aceptada está, lo que no está es ‘sabida’. La gente dice que sale del armario, pero las personas no dicen abiertamente que son bisexuales, porque aún hay risitas y parece que eres un vicioso que te gusta todo. Falta aún ese respeto que hay que empezar a enseñar a los niños desde pequeños.

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